Estancamiento y decrecimiento

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Sede principal del Banco de la República en Bogotá.

En los cálculos del Banco de la República el desempeño de la economía es aún peor de lo anunciado por el Gobierno: el crecimiento del PIB se ubicó en el 2.3% y el déficit comercial en el 4.1% del PIB

Andrés Álvarez
@RAndresAlvarez 

Las valoraciones sobre el desempeño de la economía colombiana presentadas por el Banco de la República, Banrep, difieren bastante con las presentadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, y el gobierno de Duque, aún más, develan la ineficacia de su política económica y los efectos negativos de sus decisiones en materia de paz y relaciones exteriores sobre el aparato productivo nacional.

En la presentación del DANE de hace dos semanas anunció que el PIB en el primer trimestre del año había crecido solo el 2.8%, el desempleo continuaba su escalada hacia el 10.8% y la pobreza que se había reducido de manera permanente en los últimos 10 años muestra una tendencia a crecer nuevamente en la “era Duque”. En los cálculos del Banrep, el desempeño de la economía es aún peor de lo anunciado por el Gobierno, el crecimiento del PIB se ubicó en el 2.3% y el déficit comercial en el 4.1% del PIB.

Contracción de la demanda agregada

Las cifras del Banrep, muestran que en el primer trimestre de 2019 la demanda agregada se contrajo, debido a la caída en la inversión, las exportaciones y el gasto del gobierno, que no logró compensar el aumento del consumo final de las familias.

La caída en la inversión fue estrepitosa, cerca de -1.5, a pesar de la reducción de la renta corporativa a las empresas en la reforma tributaria de 2018 (Gráfico 1).

Por otra parte, la balanza comercial muestra déficit creciente, exportaciones de bienes y servicios han caído debido al débil crecimiento económico mundial, que tiende a agravarse con el incremento de la guerra comercial que Estados Unidos inició contra la República Popular China, y que ahora bajo el pretexto de la inmigración ilegal quiso extender a México. A la caída en las exportaciones se adiciona un mayor volumen de importaciones. (Gráfico 2).

Por otra parte, el menor gasto social gubernamental, producto de la política de austeridad, está resultando de apalancar el decrecimiento (Grafico 3).

Las explicaciones

El Gobierno intenta ocultar el estancamiento económico. Las tendencias claramente recesivas – falseando las declaraciones del gerente del Banrep- argumenta que es producto del ajuste en la política económica y que será temporal, incluso anuncia señales “inequívocas” de que en lo que resta del año el PIB mejorará, debido las entradas de Inversión Extranjera Directa, IED, los buenos resultados de la producción manufacturera y agropecuaria, además de los nuevos Tratados de Libre Comercio, TLC, con Francia e Israel.

Empero, la realidad económica es tozuda, nuevamente se evidencia que la reducción de los impuestos a los empresarios no conduce per se a que estos desarrollen nuevos proyectos productivos, amplíen la capacidad de la nación para producir mayores bienes y servicios, y que en este punto los gobiernos anteriores y el gobierno Duque nuevamente se han equivocado. Han perjudicado la capacidad de compra de las familias colombianas financiando el gasto gubernamental con impuestos a los más pobres.

También los inversionistas privados nacionales y extranjeros observan con preocupación las irresponsables acusaciones e iniciativas contra las otras ramas del poder promovidas por el presidente Duque, el senador Uribe Vélez y sus copartidarios. Observan como se ataca el proceso de paz y los organismos multilaterales que acompañan la débil implementación del Acuerdo de Paz.

En en un momento de incertidumbre y bajo crecimiento del PIB mundial, donde nuestras exportaciones mas importantes ligadas al sector minero- energético, tienden a decrecer en términos de volumen y valor, es necesario limitar la dependencia externa, mediante esquemas de promoción y protección de otros sectores generadores de divisas, así como los que solo producen para el mercado interno.

El recorte del gasto social, los anuncios de fusión de entidades del Estado y austeridad fiscal, en medio de los ataques a la justicia y el turbulento escenario mundial pueden acelerar aún más el decrecimiento económico en lo que resta del año, produciendo más desempleo y pobreza.

Frente a ello nuestra apuesta debe ser la defensa del patrimonio público que se venderá con el argumento del déficit fiscal, evitar la pretendida remodelación del Estado para proteger el empleo y el ingreso de lo servidores públicos, así como los recortes al gasto social vía austeridad fiscal.

En el horizonte de mediano plazo, está la construcción del sujeto social y político unitario que impulse un modelo de desarrollo nacional más autónomo, creador de riqueza, empleo de calidad y mayor igualdad social.