“Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida en que han resultado damnificados por el conflicto”
Alberto Acevedo
En un comunicado de prensa, difundido el pasado 4 de mayo desde Ginebra, Suiza, la organización armada vasca ETA confirmó el final de su trayectoria y el desmantelamiento de sus estructuras. “Esta última decisión la hacemos para favorecer una nueva fase histórica. ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él”, dice la declaración.
Después de 60 años de lucha insurgente contra las estructuras centrales de poder de la corona española, reivindicando el derecho del país vasco a su independencia y soberanía, la ETA confirma el final de su “su ciclo histórico y su función”. Pero sin renunciar a otras formas de lucha política afirma: “El principal reto será construir un proceso como pueblo, que (contemple) la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes, tanto para abordar las consecuencias del conflicto, como para abordar su raíz política e histórica”. ETA cree que “materializar el derecho a decidir será clave para el reconocimiento nacional”, con miras a la edificación de un país vasco reunificado, independiente y socialista.
En un comunicado que llamó la atención de la prensa internacional por lo escueto, ETA no hizo mención alguna de las víctimas y el daño causado durante más de medio siglo de guerra insurgente. En cambio sí trascendió que la decisión fue tomada después de una discusión en la que participaron unos 3.000 miembros del grupo, y la propuesta de la dirección del movimiento contó con el respaldo del 93 por ciento de ellos.
Escenarios de convivencia
El acuerdo de desmovilización total incluye la celebración de una Conferencia Internacional, que se celebró el fin de semana en la población vascofrancesa de Cambo, con participación de varios invitados internacionales, entre quienes se cuenta el líder del grupo político Sin Fein, de Irlanda, Guerry Adams; Jonathan Powell, del gabinete de Tony Blair, en Gran Bretaña y la activista noruega de derechos humanos, Go Harlem Brundtland. Las secciones del Partido Popular y del PSOE en el país vasco, no asistieron al evento. En cambio Podemos Euskadi, envió un delegado, por considerar útil participar en “todos los espacios que supongan pasos para la consolidación de escenarios de paz y convivencia”.
En la conferencia se planteó una política de paz y canalización de las secuelas de la violencia; lucha por la democracia y la diversidad de igualdades; un esfuerzo social por la convivencia, y la construcción de un escenario de libertades, soberanía y bienestar para el pueblo vasco y en general para todas las nacionalidades que hoy confluyen bajo bandera española.
Rajoy anuncia venganza
Pese a que en el comunicado no se hizo mención a las víctimas, el 8 de abril anterior, ETA había pedido ‘perdón’ y reconoció el daño causado durante más de medio siglo de lucha armada. “Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida en que han resultado damnificados por el conflicto”. En ese momento habló de la causa vasca como su propia causa.
La reacción del gobierno central del presidente Rajoy, antes que aceptar el llamamiento a un diálogo civilizado, de reconciliación, sin tener en cuenta las dificultades con los pueblos de otras nacionalidades, fue un mensaje de retaliación y venganza. Los integrantes de ETA “deberán pagar por sus culpas” y “no habrá ningún tipo de impunidad para ellos”, advirtió el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoilo.