
Paula Trujillo
Cartagena, uno de los principales destinos turísticos del mundo, ha empezado a reactivar su economía. Gran parte de la atención de los visitantes está en el centro histórico, pues es una de las joyas para el turismo nacional que se ha visto sometida a un plan de reactivación, luego de cinco meses y medio de parálisis total.
A pesar de la reactivación económica, gran parte de la ciudadanía cartagenera podría sumarse a las 268 mil habitantes que se encuentran en situación de pobreza, según un informe dado a conocer por Cartagena Cómo Vamos, lo cual podría ocasionar que se llegará a la mitad de la población.
A lo anterior, se suma que esta ciudad tiene un indicador de pobreza de 9 puntos porcentuales, por encima de las principales ciudades del país, según la información dada a conocer por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE. Del total de habitantes, 25 mil no tienen siquiera acceso a agua potable y 45 mil no cuentan con alcantarillado.
Activación sin informales
La ciudad tiene una alta dependencia económica del turismo, pues este sector genera más de 180 mil empleos: guías, voceadores turísticos, músicos, bailarines, floristas, artesanos, conductores, cocheros, los asociados a los servicios alrededor de las playas, las palenqueras y los tinteros, entre otros. Todos los empleos formales e informales dependían de las visitas que habían estado y siguen estando escasas, aun en el periodo de reactivación.
En medio de la reactivación económica, los trabajadores informales se han visto sometidos a situaciones difíciles como el hecho de que a un artista callejero los policías le quiten su parlante, su herramienta de trabajo.
La Dirección General Marítima, Dimar, exige un sinnúmero de requisitos para poder abrir negocios populares de comidas tradicionales a matronas en las playas, dejándolas sin oportunidades, ya que no tienen la capacidad para hacer los trámites que solicita.
A esta situación se enfrenta la señora Diela Mayame, quien ha tenido un negocio de fritos por 27 años en la playa del Laguito. De este puesto se beneficiaban 10 mujeres cabezas de hogar, que tienen a su cargo entre tres y cuatro hijos.
A doña Diela le pidieron desalojar en 20 minutos. A pesar de que las matronas pidieron una prórroga de dos días para hacerlo ellas mismas, recibieron como respuesta un rotundo no. Esta acción fue acompañada por policías que estaban en la disposición de incautar las herramientas de trabajo, si no eran sacadas. La señora Diela afirmó: “Nos quitaron las carpas, nos quitaron todo de ahí… Nosotras tenemos derecho al trabajo, derecho a la igualdad… Para mí es una injusticia”. Además, agregó, “se supone que la reactivación de Cartagena deber ser para todo el mundo”.
Al parecer, la Alcaldía no las tuvo en cuenta en su plan de reactivación económica. Son mujeres que llevan más de seis meses sufriendo no solo la pandemia, sino dificultades para sobrevivir. Las preguntas que a muchos ciudadanos les surgen son ¿A quién está beneficiando las medidas del gobierno actual? ¿La reactivación solo aplica para unos cuantos? ¿Qué tipo de ciudad se pretende configurar?
Por otra parte, algunos negocios se han visto obligados a cerrar y aún no pueden abrir a pesar de sus esfuerzos por seguir adelante, ejemplo de ello son las tiendecitas donde las personas iban a tomarse una cerveza. Además, las plazas solo serán utilizadas por unos cuantos empresarios privilegiados.
La gentrificación es un proceso de transformación urbana, en el que la población original de un sector empobrecido es progresivamente desplazada por otra de más poder adquisitivo. Partiendo de esta definición, se puede decir que al parecer se está aprovechando la pandemia para avanzar en estas medidas.
Es un proceso deshumanizante que están sufriendo hoy las clases populares, pues se están aprovechando de su baja capacidad económica, ya que no pueden reparar ni mantener sus negocios, dejando a los trabajadores informales sin nada qué hacer o sin una fuente de ingreso.