Félix Corredor: Un revolucionario de “armas tomar”

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Félix Corredor

En la noche del pasado 23 de octubre llegó la amarga noticia del fallecimiento del dirigente popular y militante comunista Félix Corredor. Una larga batalla contra el cáncer se llevó a un imprescindible de la revolución

JUCO Valle

El pasado 21 de octubre se citó a una jornada de movilización preparatoria del Paro Cívico Nacional. La alegría, rebeldía e insumisión se desbordaron en las calles. La juventud, la clase trabajadora, los estudiantes, las mujeres y, en general, el pueblo colombiano, gritó al unísono por un gobierno democrático y popular. En Cali, el Partido Comunista Colombiano se movilizó, codo a codo, unitario, coherente y combativo. Sin embargo, existía un sinsabor en el ambiente. En medio de la movilización fuimos notificados que la situación de salud del camarada Félix Corredor se había agravado.

Un gran vacío empezaba a notarse desde hace un tiempo con su ausencia en la sede del Partido. Las reuniones del Comité Ejecutivo Regional perdían sus largas y profundas intervenciones, que destilaban conocimiento, experiencia y esperanza. En la noche del 23 de octubre llegó la amarga noticia: el camarada había fallecido. Una larga batalla contra el cáncer se llevó a un imprescindible, a un histórico, a un revolucionario ‘de armas tomar’.

Cuadro revolucionario

Félix fue militante comunista desde muy joven: compañero del legendario Hernando González Acosta, y miembro del Comité Central de la JUCO y del PCC en diferentes épocas. Su capacidad política, su espíritu unitario, su rechazo al sectarismo, su coherencia y su disciplina, lo hacían un cuadro revolucionario con notables cualidades.

Nunca fue un militante de escritorio: cumplió con creces las tareas que el Partido dispuso, incluso las más dispendiosas; fue un camarada ‘de agarrar maleta’ y organizar la revolución. Prueba de ello fue su notable acompañamiento a la organización de los obreros de la industria de la caña de azúcar, donde asesoró a Sintracañaizucol y reconstruyó el trabajo de corteros del Partido en Palmira, donde por un tiempo fue también integrante de la Junta Directiva de las Empresas Municipales. En Cali, fue un dirigente cívico y barrial de Floralia, y posteriormente un líder comunitario y edil en la Comuna 5.

Solidario e internacionalista

Su destacado trabajo político jamás opacó su innegable capacidad intelectual: asistió como delegado del PCC a numerosos eventos de partidos hermanos en la URSS, la RDA, China, RDPC y Cuba, de donde derivó su inapelable solidaridad e internacionalismo. Por esta razón estuvo muy activo en el trabajo con el Comité de Amigos de Cuba en Cali.

La vida nunca se le antojó fácil: siendo técnico del Instituto Técnico Central, desde la crisis de los noventa, debió dedicarse a la venta y reparación de computadores. Era gran amigo de la ciencia, “desarmaba un balín y reparaba lo irreparable”, tal como anotaba su sobrino, Camilo Serrano Corredor. Con limitaciones y dificultades, entregó sus mejores años a la causa de los trabajadores, al Partido Comunista Colombiano y a la revolución socialista. Fue un hombre popular y de temple, que combinó la dureza de la resistencia con la ternura del porvenir.

A él dedicamos este corto texto, y a su familia agradecemos la inamovible convicción de su camino y de sus pasos. Al mismo Félix Corredor que declaró, sin vacilaciones, su amor a la organización y su férrea pasión por la transformación. A Aurora Benítez, su esposa y compañera de vida; a sus hijos, hermanos y familiares, nuestro abrazo solidario y condolido. Estaremos a la altura de su legado, comprometidos con su ejemplo de vida digna y de entrega por los ideales más nobles.

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