José Luis Díaz Granados
El poeta colombiano Fernando Rendón, fundador y director del Festival Internacional de Poesía de Medellín, nos ha hecho saber que el Ministerio de Cultura ha cancelado su apoyo financiero a este trascendental evento, que en 2007 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, por medio de una ley que año tras año el Gobierno se ha negado a cumplir.
El festival, que está considerado uno de los más importantes del mundo desde su fundación en 1991, se originó bajo la expresión del poeta franco-caribeño y Premio Nóbel de Literatura, Saint-John Perse, cuando explica que el poeta diga a todos claramente el gusto de vivir en este tiempo fuerte. Y que por lo tanto, nuestra convocatoria se formula en la señal que nos enlaza y se erige rito y festejo.
En 2006, entre más de 70 candidatos de 40 naciones que se destacaban como activistas por la paz, la verdad y la justicia social, la Fundación “Right Livelihood Award”, de Estocolmo, Suecia, otorgó al Festival Internacional de Poesía de Medellín, el Premio Nóbel Alternativo, “en reconocimiento al coraje y a la esperanza en tiempos de desesperación”. Dicha distinción bastaría para identificar el magno evento conducido por el maestro Rendón y su estupendo equipo de poetas altruistas, como uno de los símbolos con que la Colombia positiva y maravillosa quiere germinar, en medio de las tinieblas de una larga secuela de violencia y de odio que ha dominado en las últimas décadas la patria de León de Greiff, Luis Vidales, Gabriel García Márquez, Alejandro Obregón, Rafael Escalona, Fernando Botero, Álvaro Mutis y Rafael Puyana.
Apoyo solidario
En 28 años de constante presencia pública, cuya memoria está impresa en las diversas ediciones de la revista Prometeo, este prestigioso y multitudinario certamen ha contado con la participación de centenares de poetas de todas las lenguas y nacionalidades (incluidas las etnias nativas y supérstites de múltiples territorios del mundo), con las más variadas modalidades de la expresión lírica como la poesía sonora, la danzaria, la mímica, la experimental y la política, así como también con la presencia de celebrados vates como el nigeriano Wole Soyinka, Premio Nóbel de Literatura 1986, Evgueni Evtushenko, Blanca Varela, Eugenio Montejo, Juan Gelman, Gonzalo Rojas, Sainkho Namtchylak (conocida por su canto difónico tuvano o Xöömej), Nuno Júdice, José Emilio Pacheco, Haroldo Dos Campos, Hans Magnus Enzensberger, César López, Eduardo Dalter, Aitana Alberti, Jorge Enrique Adoum, Gerry Loose, Khalid Raissouni, Hannae Aad, Hugo Mujica, Cheng En-li, Bárbara Pogácnik y el poeta estelar de Colombia, Giovanni Quessep, entre otros.
Cada año aumentan las audiencias multitudinarias que se agolpan en parques, plazas, auditorios, plazoletas y ágoras de Medellín –y de otras ciudades de Colombia-, para escuchar devotamente la poesía como supremacía del verbo y del arte en general. Audiencias que soportan con exquisita paciencia y profundo júbilo la intervención de todos los poetas, incluso bajo los más sofocantes veranos de la capital de la Montaña hasta sus más torrenciales aguaceros.
Nos resulta, por todo ello, inexplicable el proceder del Gobierno nacional al cancelarle el apoyo financiero a un festival que significa la más bella y noble cara ante el mundo de la Colombia soñada por todos, sobre todo, en el momento histórico en que la paz debe entronizarse de manera definitiva en nuestra patria.
Le hacemos llegar al maestro Fernando Rendón, líder mundial de la poesía, nuestros sentimientos de solidaridad incondicional. Es impensable que se quiera anular el único evento que ha convocado cumbres de paz y reconciliación nacional, frente a otros eventos (teatrales, danzarios, etc.) en donde se ve claramente cómo el oficialismo cultural los privilegia, sin ningún soporte que los justifique a plenitud.