Desde hace 34 ediciones, el semanario VOZ se ha integrado en una fiesta llena de color, arte, música y política. Este 13 de octubre llega de nuevo para hacernos bailar, pensar y actuar a favor de una Colombia en paz y con justicia social
Redacción Cultural
El 15 de julio de 1979, el Coliseo Cubierto El Campin fue el primer escenario dispuesto a presenciar lo que se convertiría después en una tradición en la izquierda colombiana que ha marcado un hito en la historia: el FestiVOZ. La fiesta más importante de los marxistas colombianos contaría con la presentación de más de 140 artistas de talla nacional e internacional, entre los cuales vale la pena destacar a Totó la Momposina, la Negra grande de Colombia y, desde Cuba, Rumbavana. El FestiVOZ ha sido testigo de primera mano de muchos discursos, poemas, obras y hasta lanzamiento de libros, por ejemplo, una década después del tan memorable 15 de julio y al siguiente día de la muerte del líder político Luis Carlos Galán, la poeta Mery Yolanda Sánchez, le mostró al mundo su primer libro “La ciudad que me habita”.
Por los micrófonos del FestiVOZ han pasado cientos de personas que desde sus oficios le han mostrado al país que el semanario Voz es la vanguardia de la prensa alternativa y que en efecto, cumple con las palabras de Nelson Mandela sobre la prensa crítica: “Una prensa crítica, independiente y de investigación es el elemento vital de cualquier democracia”.
Por años el festival se ha autofinanciado gracias a los lectores que siguen creyendo en las palabras de las 2999 ediciones del periódico oficial del Partido Comunista Colombiano. Torneos deportivos, donaciones y venta de artículos han sido tan solo algunas de las formas de financiación que han permitido que esta gran fiesta trascienda la historia. Decenas de generaciones han gozado de este festín, han bailado, reído y sobre todo han sido testigos de cómo el FestiVOZ sigue manteniéndose en pie, a pesar de los obstáculos por los que ha tenido que pasar.
De VOZ al FestiVOZ
Además de lo que ya se ha dicho, es importante resaltar que la tradición rebelde no se ha quedado solamente en la militancia de base, ni en el trabajo con las personas, sino que ha logrado salirse de los esquemas tradicionales, es decir, a pesar de los cientos de bloqueos que se le han realizado al legado del pensamiento crítico, el Partido Comunista cuenta hoy con un periódico que buscó la manera de conectarse por medio de la música y de la fiesta con las personas allegadas a esta forma de pensamiento político. Esto se logró por medio de un festival que este 13 de octubre cumplirá su edición número 34. El FestiVOZ, además de construir arte en torno a la paz, también es creador y tejedor de redes, pues es el escenario donde cientos de personas se permiten conocer a gente nueva, reencontrarse con viejos amigos, amigas y camaradas, intercambiar contactos e historias, es la forma de gritar que la paz no es una utopía, que el cambio es posible y que la fuerza de la izquierda colombiana sigue en pie de lucha.
El legado leninista
Las personas que reconocen a Lenin y a su forma de pensar como agitador y propagandista saben el nivel de importancia que él mismo les daba a los periódicos como órganos oficiales de los partidos políticos. “Un periódico no es sólo un propagandista colectivo y un agitador colectivo sino también un órgano colectivo”, Los periódicos “Avante” de Portugal y “L’ Humanité” de Francia, han sido algunos de los medios de comunicación más importantes del PC a nivel mundial.
Hace 40 años el FestiVOZ vio la luz con una clara referencia de los partidos de Portugal, Italia y Francia. En el PCC ad portas de su cumpleaños 49, se estaba dando el primer lanzamiento de la campaña electoral para la renovación de los concejos municipales y las asambleas departamentales. Además, el Pleno del Comité Central recibía desde la Cárcel Modelo de Bogotá, un saludo del vocero comunista Álvaro Vázquez, quien cumplía una condena por proclamar sus ideales políticos en medio del represivo “Estatuto de Seguridad”.
El panorama nacional no era tan alentador como el internacional, mientras en Nicaragua se celebraba el triunfo de la Revolución Sandinista en marzo de 1979, un proceso que le puso fin a la familia Somoza después de 45 años de dictadura, sustituyendo el poder por un gobierno progresista de izquierda, en Colombia en la región del Magdalena Medio, aproximadamente 30 familias eran desalojadas de sus casas y trasladadas a Hato Nuevo, lugar donde quedaron completamente abandonadas y sin refugio. Mientras esto sucedía, el movimiento anticomunista iba saliéndose con la suya. En lugares como San Vicente de Chucurí, los panfletos en contra del movimiento comunista eran los protagonistas. Las advertencias firmadas por el MCAC (Movimiento Campesino Anti Comunista), atacaban directamente a la ideología y los principios, convirtiéndolos en los principales enemigos. Pero no todo era tan malo. La bancada joven revolucionaria, se preparaba para el Festival Nacional de la Juventud que en esa edición tenía una novedad: con el fin de reivindicar a los jóvenes trabajadores del campo, sus conocimientos y actividades, se crea el Festival de la Juventud Campesina, un lugar en el que convergerían diferentes sectores sociales y culturales con el fin de no excluir a nadie. El encuentro fue el 4 y 5 de agosto en Fusagasugá, y llegaron cientos de jóvenes a disfrutar de un festival lleno de esperanza y, sobre todo, de arte.
Invitación
En cada edición el FestiVOZ se renueva y llega con nuevas presentaciones y sorpresas, a luchar en contra de la injusticia social, a hacer una lectura sobre el panorama coyuntural que está viviendo el país. Esta edición 34 llega en momentos de nuevos “falsos positivos”, de opresión a los estudiantes, de riesgo de vida de los líderes sociales en los que los principios de la paz están en la cuerda floja. Es más importante que nunca permanecer unidos y unidas.
FestiVOZ se configura como el espacio de encuentro en el cual se puede hablar, debatir y consolidar una fuerza creativa para contrarrestar las apuestas de un sistema hegemónico capitalista alejado de la humanidad. FestiVOZ es el espacio perfecto para entender la coyuntura que está viviendo el país y además es un escenario para proyectar otras tres mil batallas por la paz y la democracia.