Las movilizaciones y el cántico de miles de estudiantes en diferentes ciudades exigiendo al gobierno nacional incrementar el presupuesto de las instituciones públicas de educación superior, para detener el avance mercantilista al que se ha visto sometido el sistema educativo, son la más importante muestra que en el gobierno Duque los sectores populares, democráticos y alternativos estamos dando como evidencia de la persistencia de un movimiento social activo, dispuesto a defender en las calles y con propuestas sus derechos conquistados al calor de la lucha popular.
Para fortalecer esta lucha es necesario impulsar un debate más amplio sobre el sistema educativo, que ancle el movimiento por la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad en el campo de las acciones alternativas antineoliberales y anti sistémicas que sedimenten los contenidos y reivindicaciones para elevar los alcances de esta lucha.
En la actual situación se están enfrentando dos visiones de país: la de la oligarquía colombiana que prioriza el fortalecimiento del sector financiero y la enajenación de los recursos de la Nación al pago de la deuda externa, descargando la responsabilidad fiscal en los sectores más pobres, mientras exonera las ganancias del gran capital y continúa desviando los recursos de la educación pública al sector financiero con el reencauche de propuestas como el Programa Generación E, el Icetex y el sistema de financiación contingente al ingreso. La segunda visión corresponde a un nutrido movimiento universitario que ha logrado nuclear diversos sectores del campo revolucionario, democrático y alternativo en torno del pliego de exigencias de la Unees; que tiene como puntos cruciales la ampliación de la base presupuestal de las instituciones de educación superior públicas, ganar recursos para la inversión en infraestructura, planta docente, y el mejoramiento del bienestar universitario.
La pregunta que surge entonces es ¿Cómo lograr que este movimiento trascienda la coyuntura y se consolide un gran frente amplio por la educación pública, gratuita y de calidad? Lo primero sería encaminar la disposición a la acción de las fuerzas de izquierda progresistas y demócratas, rodeando y acompañando el proceso de movilización, así como el diálogo buscado por el movimiento universitario, cerrando filas contra los intentos gobiernistas de segmentarlo y particularizarlo del que han sido cómplices los rectores de las universidades en días pasados.
Lo segundo es diversificar las iniciativas de movilización, en respaldo al pliego nacional presentado y lo tercero, consiste en vincular el movimiento universitario con las dinámicas y reivindicaciones del movimiento social, ganando respaldos y acompañamientos mutuos en defensa de la educación, así como de las reivindicaciones de otros sectores, necesarias para la transformación nacional.
La tarea consiste en respaldar al movimiento universitario en la apertura formal y con alcances suficientes de una mesa de negociación que responda de manera inmediata a las exigencias presentadas y de manera estructural que vincule los acuerdos logrados desde la visión de la educación pública como derecho en el Plan Nacional de Desarrollo. Esto en contexto de otras movilizaciones y debates que se avecinan como el cumplimiento a los acuerdos entre el gobierno y Fecode y la discusión en torno del salario mínimo para el próximo año.