Con el fin de asumir la actual crisis económica por la que atraviesa y “garantizar un desarrollo sólido y sostenible”, la transnacional Renault, anunció la semana pasada que despedirá a 4.600 trabajadores de sus plantas en Francia y a 10 mil más de sus factorías en el resto del mundo. Con la medida busca recortar gastos por 2.000 millones de euros al año, reducir la producción de vehículos tradicionales en un millón de unidades y comenzar en Francia la producción de automóviles eléctricos.