Zabier Hernández Buelvas
Se le hace tarde para demostrar que es el presidente de todos los colombianos, con agenda propia, carácter y liderazgo”. La frase es de Viky Dávila, periodista del poder, uribista y duquista; “El problema de Duque es que es un presidente muy malo”: Iván Marulanda del Partido Verde: “Duque gobierna a Colombia como si fuera una finca uribista, a gritos de capataz” Ramiro Bejarano en El Espectador. “Aman la guerra. Usan a las Águilas Negras, para disparar, intimidar y asesinar. Siguen matando mujeres, delante de sus hijos. Mientras Iván Duque pasea por Europa diciendo que van a defender a los líderes. Gobierno mentiroso” Aída Avella dirigente del partido Comunista y la UP. “Duque debe abandonar su militancia antiacuerdo” Luis Moreno Ocampo, exfiscal de la Corte Penal Internacional.
Es difícil encontrar en la historia colombiana un presidente que haya acumulado en tan poco tiempo de ejercicio presidencial tantos críticos y opositores de tan diversas corrientes, condiciones y posiciones. Esto solo es entendible por la incapacidad para asumir responsabilidades de Estado y por la injerencia indebida de unas fuerzas retardatarias reunidas hoy en el uribismo y el conservatismo más atrasado del establecimiento.
No hay gobierno, no hay Estado justo y equilibrado. Los únicos que creen y tiene gobierno son los sectores uribistas que se ven beneficiados con la impunidad y siguen acumulando riqueza sobre la sangre de nuestros líderes y lideresas. Pero definitivamente no hay gobierno, no hay presidente, no hay capacidad de decisiones para dar garantías mínimas a la vida de los habitantes de vastos territorios, para garantizar el ejercicio democrático de las organizaciones sociales, comunitarias, étnicas y populares.
No hay gobierno, no hay presidente. Por el contrario hay Águilas Negras, hay campañas de desprestigio a la oposición, hay planes de asesinar a dirigentes políticos, sociales y a excombatientes, hay desconocimiento y violación de los acuerdos de La Habana, hay militarización e inseguridad, hay desidia, impunidad, hay negación de leyes anticorrupción y un presidente títere que no se da por enterado.
Es hora de la gran unidad convergente alternativa que asuma el gobierno, es la hora de la gran movilización nacional e internacional, es la hora de exigir la renuncia del mal gobierno, es la hora de reorganizar al campesinado y junto a los movimientos sociales urbanos coincidir en un verdadero paro social político y nacional que produzca a cambios en la actual coyuntura del país.
Duque asediado hoy por amigos y enemigos, necesita un empujón. Ayudémosle a renunciar y generemos una crisis institucional en el régimen que remueva aspectos retardatarios que no dejan avanzar la paz con justicia social.