Desde la semana pasada, el departamento del Chocó y las ciudades de Barrancabermeja, en Santander y Buenaventura, en el Valle del Cauca, han sido escenarios de paros y protestas cívicas que reclaman cumplimientos en acuerdos y mayor atención del Gobierno central.
Luego de días de manifestaciones, los dirigentes cívicos en Quibdó tuvieron una reunión con delegados de la presidencia de la República, los ministerios de Transporte y Medio Ambiente, pero no se concretaron acuerdos.
“En el tema de vías, nos dijeron que para la vía a Pereira y a Medellín hay apenas 339 mil millones de pesos, pero en los acuerdos dice que son 720 mil millones y no muestran garantías para que se cumpla. Necesitamos que nos muestren las fuentes de financiación de cada obra. Ellos sólo dicen que no hay plata. Les decimos que lo que se invertía en la guerra lo dejen a inversión social, más en estos departamentos. No vemos voluntad, por eso el paro sigue”, explicó Hermencia Palacio, líder cívica.
Modernización
Por otra parte, miles de habitantes de Barrancabermeja acudieron al llamado de organizaciones cívicas, la administración municipal, la Unión Sindical Obrera, USO, y dirigentes políticos, para que se tomaran las calles de esa ciudad el pasado 17 de mayo, y así exigirle al Gobierno nacional y a la dirección de Ecopetrol el cumplimiento en el plan de modernización de la refinería.
En unidad y de manera pacífica, explicaron la importancia del desarrollo de esa obra, no solo en empleos para ellos y en el sostenimiento económico de la ciudad, sino al nivel macroeconómico, es decir, en las finanzas del país. En ese contexto, rechazaron también las maniobras privatizadoras de la estatal petrolera.
Portuarios parados
En Buenaventura, más de 80 organizaciones populares, sindicales, cívicas y barriales, se unieron para cesar actividades y pedir condiciones de vida digna. Y es que según, John Jairo Castro, trabajador portuario, hace tres años fue cerrado el hospital con el que contaban, lo que ha generado grandes problemas en ese derecho. Por eso, la apertura de uno de tercer nivel, de acuerdo con las necesidades de sus habitantes, es una de las peticiones. El primer puerto de Colombia no tiene hospital.
En el ámbito laboral, -anota John Jairo- cuentan con un desempleo del 62% y los pocos que tienen trabajo lo desarrollan de manera tercerizada. Relaciones que se dan en el sector salud, el eléctrico y el portuario. Esto sin tener en cuenta los bajos salarios y la persecución sindical, temas que ya se habían discutido con el Ministerio de Trabajo, pero sin soluciones.
La expansión portuaria que ha producido fenómenos de violencia y desplazamiento de los sectores de bajamar, más la falta de inversión en educación, recreación y proyectos productivos, son entre otros asuntos sin solución.
Los habitantes buscan la declaratoria de la emergencia económica, social y ambiental, porque además, una gran parte de la población está afectada por la respiración de polvillo de carbón que hay en el ambiente. El paro es indefinido e irá hasta que haya acuerdos.