Colombia es un país atrasado con respecto a la agenda feminista latinoamericana. VOZ habló con Sara Tufano, precandidata por el Polo Democrático Alternativo al Senado, sobre la relación entre la política y el feminismo, y la importancia de este tema en una posible legislatura progresista
Violeta Forero – Adelita SM
¿Por qué es importante hablar de feminismo en Colombia?
-El feminismo es una lucha que han librado las mujeres en muchos momentos de la historia por la emancipación de ellas mismas, y que a su vez conlleva a otros cambios para toda la humanidad, no solamente para ellas. Sabemos que en América Latina hay sociedades muy machistas, donde todavía hay un atraso en el reconocimiento pleno de los derechos de las mujeres; además, en estos países hay grupos de tendencias fascistas cuyas agendas tienen que ver con este retroceso.
¿Qué avances ha tenido el actual momento que vive el feminismo en la política?
-En participación política está la Ley de Cuotas, pero ahí debemos considerar la perspectiva de clase cuando hablamos de las mujeres, porque al momento de hablar de clase, tenemos que ver a qué mujeres han beneficiado esos avances. En política vemos que las mujeres que se han favorecido son principalmente las que pertenecen a proyectos de derecha y cuyas principales reivindicaciones no tienen nada que ver con una agenda feminista. Entonces, lo que estamos viendo es que, si bien hay unos avances, las mujeres que están llegando a cargos de representación, solo benefician a su proyecto político y a su clase social.
¿Cuáles consideras que son las luchas feministas que hacen falta dentro de la política actual?
-Teniendo en cuenta la respuesta anterior, lo que se necesita es que haya una mayor participación de mujeres que provengan de otras corrientes políticas, que avancen en temas esenciales como los derechos sexuales y reproductivos; la despenalización del aborto, reivindicación que está sobre la mesa todos los días, y donde hay una constante disputa con algunos sectores sociales y políticos que están empecinados en retroceder el camino que se ha ganado hasta ahora. Otros temas que me parecen fundamentales, pero que son considerados secundarios, son la economía del cuidado y la importancia del trabajo doméstico.
El feminismo tiene que empezar a vincular esos debates con la crítica al sistema económico. Debemos entrelazar diferentes temáticas; por ejemplo, hablar de feminismo antirracista. Eso es algo que no se menciona. Por eso la candidatura de Francia Márquez es histórica, porque en Colombia es difícil imaginarnos una presidenta mujer y negra.
Pacto Histórico feminista
¿Qué factores podrían influir para erradicar el machismo en la política?
-Eso es lo que las feministas intentamos hacer día a día en estructuras en las cuales la mayoría de los cargos de dirección son ocupados por hombres. De entrada, se entiende que algo sucede al interior de los partidos políticos para que no haya mujeres en estos espacios. Acá entra entonces el tema de la paridad y de las listas cremallera en el Pacto Histórico, pero ¿qué pasa si esto se anuncia a nivel nacional y al interior de los partidos que hacen parte del Pacto no hay una lucha para que también haya paridad en sus listas o en cargos de dirección? ¿No es una contradicción? Ahí hay un tema de instrumentalización de la campaña por la paridad. El que haya listas paritarias y cremallera hace muy atractivo al Pacto, pero eso también debería discutirse al interior de los partidos políticos, de lo contrario, estaríamos llevando mujeres capacitadas a espacios de representación sin pensar en los relevos generacionales. El pacto debería ser feminista.
Gustavo Petro hace poco salió diciendo que él había sido el creador del feminismo popular y tú fuiste una de las primeras personas que le respondió ¿Por qué sales a responderle ante esta afirmación?
-Las mujeres del Pacto Histórico no nos podemos quedar calladas frente a esas afirmaciones. Acá hay un problema muy grande y es lo que impide la madurez política en los partidos de izquierda. No hay que tenerle miedo a la crítica, y quien la haga, no se puede convertir en una enemiga del proceso. Eso no debería ser así. Quizás a Gustavo le falte estudiar más sobre feminismo. Su entrevista con El País de España invisibiliza el papel que hemos tenido las mujeres y nuestras luchas. Nosotras no estamos diciendo que Petro no es la opción, al contrario, estamos diciendo que él es una opción de cambio, pero que tiene que mejorar en ciertos temas y eso está bien. Lo que está mal es celebrarle todo sin mirar críticamente lo que está diciendo.
En las calles y en las instituciones
¿Qué debates crees que se podrían poner al interior del Congreso de la República trayendo a colación la agenda feminista?
-Creo que hay varios, pero yo escogería la erradicación de las violencias basadas en género dentro de los partidos políticos, los derechos sexuales y reproductivos, y la economía del cuidado. Es importante entender que la violencia política contra las mujeres lo que pretende es que quienes están denunciando o quienes están entendiendo la política sin violencia de género, se salgan de los partidos, que se desentiendan, que dejen de militar. Aunque yo soy optimista con lo que está sucediendo, mientras los partidos progresistas estén pasando por transformaciones, solo hay una tendencia y es a mejorar, si no, desaparecen. Vemos que esos cambios traen renovación de cuadros, rutas y guías en contra de las violencias.
La lucha feminista es vista por algunas personas como radical. Nos tildan de “feminazis”. Hay que exigir que los hombres se eduquen y nosotras debemos hacer un acompañamiento también. Todavía hay mucho desconocimiento y miedo hacia el feminismo y algunos hombres piensan que queremos que ellos desaparezcan. Por esto es tan importante la agenda feminista en los partidos mixtos.
¿Qué tanto le ha aportado el poder legislativo al feminismo?
-El feminismo está en las calles haciéndose escuchar. En la política pocas mujeres se reivindican como feministas, entonces no es la rama legislativa la que promueve el movimiento, sino al contrario, son las mujeres que están en las calles las que están impulsando la agenda. En el debate público el tema de las mujeres y del feminismo es secundario, entonces, aunque sí es importante, en el orden del día hay cosas “más importantes”. Teniendo en cuenta esto, podemos entender por qué el debate feminista está tan atrasado en muchos escenarios, incluyendo en el escenario legislativo.
¿Crees que han existido avances en términos feministas desde la firma del Acuerdo de Paz?
-Lo más significativo ha sido la presencia de mujeres exguerrilleras en el Senado. La mayoría de las mujeres eran de partidos tradicionales y llegan estas lideresas, que no solamente son de izquierda, sino que dejaron las armas, y eso ya dice mucho. Es sumamente interesante que llegaron a impulsar proyectos para el conjunto de la sociedad, no solamente para ellas. Eso ha sido un triunfo del proceso de paz. Además, no podemos olvidar que hay varios proyectos productivos hechos por mujeres que salieron de la guerrilla. En muchos casos, estos proyectos han sido exitosos, convirtiéndose en referentes de la reincorporación, gracias al esfuerzo de los y las excombatientes, no del Gobierno. La reincorporación política ha sido muy importante, pero el problema, como en todos los partidos, es que al partido Comunes también le hace falta una agenda feminista.