Ho Chi Minh: El poeta que venció tres imperios

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Ho Chi Minh

Para el pueblo vietnamita, el 2 de septiembre es su día nacional pues recoge dos hechos históricos importantes de su memoria colectiva: es la fecha de proclamación de la Independencia y también conmemora la defunción del Tío Ho

Harold García
@HaroldGarciaP95

El 2 de septiembre para el pueblo vietnamita representa más que un día en el calendario, puesto que es el punto de inflexión histórica más importante de esta nación asiática. En primer lugar, por ser la fecha en la que Ho Chi Minh proclamó la independencia y el nacimiento de la República Democrática de Vietnam en la Plaza Ba Dinh de Hanoi en 1945, y también por ser la conmemoración que anualmente se realiza por la defunción del Tío Ho, quien a la edad de 79 años y tras un repentino infarto, falleció en 1969.

Un sentimiento anti colonial

Para el año de 1940 se contaban ya cinco décadas de dominio colonial francés, quienes desde 1887 ocuparon los territorios de la denominada indochina francesa, protectorado colonial que devastó económicamente a las actuales Laos, Vietnam y Camboya, generando empobrecimiento material, detrimento cultural y un fuerte proceso migratorio.

Esta realidad no le fue ajena al protagonista de nuestra historia, Nguyễn Sinh Cung, más conocido como Ho Chi Minh, quien migró a Francia en 1917 a la edad de 27 años. Allí desempeñó labores propias de un migrante proveniente de una colonia, fue cocinero en un barco francés, pintor de antigüedades y retocador de fotografías en París, labores que a su vez alternaba con sus inquietudes políticas que se multiplicaban con un escenario internacional caldeado por la Primera Guerra Mundial y el nacimiento del primer Estado organizado por obreros y campesinos en Rusia.

Tras su paso por el país galo, militó en el Partido Socialista y en 1920 fue cofundador del Partido Comunista de Francia, donde se destacó por ser el encargado de formar los comités anti colonialistas del Partido y además por su destacada participación como delegado al V congreso de la Internacional Comunista, donde develó su postura crítica a las lógicas coloniales que aún mantenían partidos como el francés y el británico.

En esta participación se destaca la siguiente intervención: “De acuerdo con Lenin, la victoria de la revolución en Europa Occidental depende de su estrecho contacto con el movimiento de liberación nacional contra el imperialismo en las colonias y en los países dependientes; la cuestión nacional, como Lenin nos enseñó, forma parte del problema general de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado (…) En este terreno, lo que nuestros partidos han hecho equivale a prácticamente nada. Por mi parte, habiendo nacido en una colonia francesa y siendo miembro del Partido Comunista francés, siento decir que nuestro partido ha hecho muy poco en favor de las colonias”.

Esta activa militancia anticolonial lleva a Ho Chi Minh a ser el encargado de las cuestiones coloniales de los principales periódicos revolucionarios de la Francia de la década de los veinte, allí participó en L`Humanité, La Vie Ouvriere y Le Pariá, en este último como director, lo que le permitió fortalecer su cualificación política y acelerar la marcha hacia la acción revolucionaria en contra del colonialismo.

La declaración de independencia

Fue en el verano de 1940 cuando las fuerzas japonesas invadieron indochina, en el marco de la Segunda Guerra Mundial donde los Aliados y las fuerzas del Eje disputaban posiciones de guerra en los territorios coloniales y nacionales que correspondían a los países enfrentados. En esa oportunidad fueron los franceses quienes huyeron de indochina, dejando a los japoneses con el control militar del territorio y en consecuencia dejando a los pueblos de Laos, Vietnam y Camboya en una situación de doble colonización.

Así lo declaraba Ho Chi Minh: “Desde esa fecha, nuestro pueblo fue sometido al doble yugo de franceses y japoneses. Su sufrimiento y su miseria aumentaron. El resultado fue que, hacia finales del pasado año y principios del actual, desde la provincia de Quang Tri hasta el norte, más de dos millones de nuestros compañeros- ciudadanos murieron de hambre”.

Es entonces bajo esta situación que la VIII Conferencia del Comité Central del Partido Comunista de Indochina orienta a su militancia para la creación del Viet Minh, fuerza insurgente que adoptaría la táctica de la guerra de guerrillas con el objetivo de buscar por los caminos de la lucha armada la liberación nacional, el aniquilamiento del yugo francés y ser contendor militar para derrotar al fascista ejército japonés del emperador Hirohito.

El desarrollo de esta confrontación posibilitó el debilitamiento de los ejércitos coloniales y a su vez permitió un crecimiento orgánico y de masas de las fuerzas rebeldes que bajo la orientación política y militar de Ho Chi Minh y Võ Nguyên Giáp lograron llamar a la insurrección nacional tras la capitulación japonesa frente a los aliados, consiguiendo con ello y en presencia de medio millón de personas en la plaza de Ba Dinh, declarar la extinción de la monarquía y establecer la República Democrática de Vietnam.

Es entonces en dicha declaración donde el Tío Ho estableció lo siguiente: “Los franceses ha huido, los japoneses se han rendido, el emperador Bao Dai ha abdicado. Nuestro pueblo ha roto las cadenas que le han aprisionado durante cerca de un siglo y ha ganado la independencia para Vietnam. Al mismo tiempo ha derrocado el régimen centenario de la monarquía y establecido un régimen de república democrática (…) Nosotros, el gobierno provisional del nuevo Vietnam, en representación de todo el pueblo vietnamita, declaramos que de ahora en adelante rompemos todas las relaciones de carácter colonial con Francia, cancelamos todos los tratados firmados por Francia y Vietnam, y abolimos todos los privilegios mantenidos por los franceses en nuestro país. Todo el pueblo vietnamita está unánimemente decidido a oponerse a todos los perversos planes de los colonialistas franceses”.

Estas sentencias del Viet Minh, fueron decisivas para lo que acontecería en Vietnam. Tras la declaración de independencia los franceses iniciaron un proceso militar de ocupación sobre los ya liberados territorios por la insurgencia, acción que desencadenó una guerra de nueve años largos que se resolvió con una contundente victoria en 1954 en la batalla de Dien Bien Phu, demostrando ya por segunda vez el poderío moral del pueblo del Vietnam contra los agresores colonialistas.

Así fue que tanto en 1945 contra las fuerzas fascistas del Japón; como en 1954 contra el ejercito de ocupación francés, que los vietnamitas le demostraron al mundo su determinación en el campo de batalla y en el campo de las ideas, pues tras haber liberado el norte de la nación las fuerzas de reunificación del Viet Minh (norte) como del Việt Cộng (sur) agruparon esfuerzos en el Frente Nacional de Liberación del Vietnam para consolidar la actual República Socialista, la cual fue conquistada tras la avasallante victoria que pondría en retirada a las tropas de los Estados Unidos el 30 de abril de 1975.

Las tres victorias fulminantes al imperialismo dejan a su paso una enseñanza que para el campo popular será inolvidable y que quedan en evidencia en el “poema de propaganda”:

Un pueblo y un ejército valerosos

No conocen nada imposible.

La raíz hace sólido al árbol,

El palacio de toda victoria

Se construye sobre el pueblo entero.