Homenaje al pintor Ángel Loochkartt

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Violencia.

José Ramón Llanos

Con motivo del homenaje ofrecido en la FILBO 2017, al pintor barranquillero Ángel Loochkartt, aprovechamos la presencia del intelectual costeño Álvaro Suescún para entrevistarlo. Destacamos que Álvaro Suescún es el autor del libro Loochkartt, Retratos de Ángel, lanzado en la feria. El texto que ofrecemos a nuestros lectores es el fruto de las preguntas y respuestas de este diálogo con Álvaro Suescún.

La familia Loochkartt es de origen holandés. El abuelo, que también se llamaba Ángel, llegó al país dirigiendo un barco que encalló en Puerto Colombia. Mientras se surtían las diligencias de recuperación de las mercancías que traía la nave, el abuelo de Loochkartt permaneció en Barranquilla, allí formó familia, tuvo sus hijos, uno de los cuales fue el padre de Ángel Loochkartt, quien tenía el mismo nombre, Ángel.

Ángel Loochkartt realiza sus estudios en Barranquilla. Terminó la carrera de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Posteriormente, hace estudios de postgrado en Italia: en Milán y Roma. Pero él en varias entrevistas y declaraciones para sus biógrafos destaca que su formación fundamental la recibió en Barranquilla.

De vuelta a Colombia se radica en Barranquilla y ejerce la docencia en la escuela de Bellas Artes. Al renunciar a la decanatura Alejandro Obregón, Loochkartt, durante cuatro años, se desempeña como decano.

Después viaja a Los Ángeles, Estados Unidos y allí ejerce la docencia en la universidad, durante tres años. Retorna a Colombia, se radica en Bogotá, es nombrado profesor en la Universidad Nacional y después dirige la Facultad de Bellas Artes en la mencionada institución, donde se pensionó.

A partir de los años 70 inicia una fase que aún no ha terminado, expresar en su pintura la realidad social del país. Por una parte, la identificación con los elementos culturales de Colombia y por otro lado expresa en su obra su sensibilización, denuncia y compromiso ante los graves problemas de la realidad colombiana.

Como consecuencia de lo anterior, traslada su residencia al barrio La Candelaria de Bogotá. Allí identifica el problema de las mujeres que se ven obligadas a salir del lugar nativo, debido a los problemas de la violencia y que terminan vendiendo su cuerpo, este hecho él lo expresa en una serie de pinturas llamadas Las Mal Sentadas. También identifica otros problemas sociales que los recrea estéticamente en la serie llamada Hampones.

“La respuesta social a esa manera de expulsar a los campesinos de sus regiones nativas, tradicionales es la guerrilla. Entonces trabaja una serie que se llama Como Nos Duele Este País.” Y aparecen entonces las pinturas Los Guerrilleros”.

Como consecuencia de la confrontación armada de los guerrilleros y el Estado los campesinos que la violencia obliga a desplazarse, lleva a Loochkartt a realizar la serie Desplazados.

“El escalonamiento del conflicto va conduciendo a diversas facetas en su obra pictórica, producto de una toma de conciencia”. Esta expresión de la problemática social en la obra de Ángel Loochkartt, en palabras de Álvaro Suescún “puede explicar en parte, el hecho de que no sea un artista comercial”, debido a que es una obra crítica. Pero es tal la calidad de la misma que en el exterior se reconoce que es una obra trascendental. Hasta el punto que se le considera hoy como el artista plástico más importante del Caribe, por encima de Obregón, Grau y Álvaro Barrios”.

“Aparte de estos elementos temáticos, Loochkartt tiene otros méritos. Él es un hombre fogoso, se expresa en una pincelada de gran vigor, tiene un gran mérito, no trabaja con fotografías, no trabaja con modelos, no trabaja con imágenes preconcebidas, trabaja con la memoria y su imaginación. La mayoría de los pintores tienen una ayuda adicional, muy difícilmente el pintor, cualquiera que sea, trabaja con la memoria, la mayoría de los pintores se instalan frente a un escenario, ubican un caballete y empiezan a reproducir lo que hay frente a sus ojos, en los tiempos actuales estos escenarios han sido reemplazados por imágenes, ya sean fotografías, serigrafías, litografías o cualquiera de los medios de reproducción de imágenes. El trabajar con memoria desde este punto de vista se es más creativo. Por tanto Loochkartt es un pintor, pintor. Casi toda obra del Loochkartt es realizada a lo que los críticos llaman a la prima, no tiene corrección. El talento es talento y cada cual tiene su manera de expresarlo. La mayoría de los pintores trabajan en óleo porque el óleo es un material pastoso, que permite trabajarlo y trabajarlo hasta que quede conforme al escenario que se está reproduciendo, porque el óleo permanece blando por lo menos cuatro días.  Por eso un pintor puede hacer un paisaje y al día siguiente no estar conforme con lo que tiene y puede mejorar o desmejorar y hasta el cuarto día puede corregir. No obstante Loochkartt, pudiendo hacerlo no lo hace, trabaja a la prima y lo que eso es termina siendo. Y lo otro, es que los modelos están en su memoria.”

“Es a partir de los años 70 que Loochkartt asume que la paleta cromática del carnaval es única. Eso le produce una variación del color, solamente producto de su relación con el trópico, con el caribe y empieza a explorarla, al principio de manera abstracta, se ve el congo avanzando, más que un congo avanzando se ve el movimiento de la figura a través del color.

Las primeras reproducciones, por llamarlo de alguna manera, de las figuras del carnaval de Barranquilla se dan en el movimiento. Pero poco a poco en la medida que va desarrollando su investigación, se da cuenta que es posible detener el movimiento fugazmente para darle una mayor connotación al sujeto que es el que termina haciendo la valoración de la temática del carnaval, o sea aparece inicialmente la forma de congo, porque ejerce sobre él una especial atracción, él se disfraza de congo.

Pero después se va dando cuenta que el carnaval es muy rico en su paleta cromática, y esa expresión se da a través de diversos sujetos, entonces se encuentra con los coyongos, con los monocucos, con la mujeres disfrazadas, con la marimondas, con las bailadoras de cumbias, se va encontrando con una serie de personajes que los va trasladando al lienzo. Si bien es cierto que sus primeras reproducciones sobre el carnaval están fincadas en las figuras del congo ya después desaparece el congo para ser reemplazado por un espectáculo mucho más amplio que es el carnaval en si mismo.

Pero igualmente con el carnaval también hay muchas expresiones virtuales por ejemplo las escenas de Puerto Colombia, por ejemplo los retratos de los personajes mitológicos del carnaval, entonces poco a poco se va reduciendo eso en otras series temáticas que él va desarrollando y explotando en la medida en que su estado anímico se lo está sugiriendo y le requiere que vaya expresando en su pintura. Pero siempre de manera expresionista que es una combinación entre lo figurativo y lo abstracto. Eso es, más o menos en términos generales la pintura de Loochkartt. El estilo no ha variado, lo que ha variado son los temas”.