La muerte ha tocado de nuevo nuestras puertas e insistimos en que no es a la que no tendrá señorío a la que rendimos homenaje; es a la vida de un luchador a la que aplaudimos, a la que miramos con respeto y reconocimiento. El camarada Jaime Sepúlveda como se llamaba a sí mismo, cuando con rigor de comunista se autocriticaba, ha terminado su tarea partidaria. Nos corresponde a nosotros hoy decir “el camarada Sepúlveda” ha cumplido con la responsabilidad asignada.
Expresamos nuestra admiración por este hombre que en medio de su enfermedad, con interés y entusiasmo recibía en su casa a los compañeros de célula para ocuparse de los temas de campaña. Su decisión no nos dejó decaer frente a la adversidad de su estado de salud, con convicción materialista aprovechó los últimos hálitos de vida para interesarse, como siempre, en todos los sucesos de la ciudad. Nunca cedió al dolor ni hizo de su situación un drama ni una tragedia. Maravilloso ejemplo de concepción de vida.
En este momento de respeto por un hombre de rigor, de disciplina, no podemos pasar por alto su amor por la poesía y la cultura, no olvidaremos que fueron muchas las veces que desde su responsabilidad frente a la dirección de una reunión, su inicio lo hizo con la lectura de un poema, seguido de una exaltación por la poesía y la cultura; lo vimos siempre en los eventos artísticos y culturales, amante de la canción social, que compartía con los camaradas. La sensibilidad de este hombre, no riñó con su rigor comunista, en él estos dos aspectos se complementaron, sin que la emoción lo hiciera perder la severidad que lo caracterizó ni esta última le alejara del disfrute de lo bello.
Nos sentimos agradecidos de haber sido sus camaradas, nos sentimos satisfechos de haber sido reconvenidos en algunos momentos por su rigor y templanza hará parte de nuestra memoria histórica. Corresponde despedirlo con un verso como él lo habría hecho por otro camarada.
Señora muerte que se va llevando
Todo lo bueno que en nosotros topa!
León de Greiff “Señora Muerte” Por los amigos muertos.