Incapaz y mentiroso

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Presidente Iván Duque.

José Ramón Llanos

Las tenebrosas denuncias hechas por la revista Semana en su más reciente edición, dejan en cueros a generales y a otros funcionarios del Gobierno y al mismo presidente Iván Duque. Las graves faltas de algunos miembros del generalato, exigen decisiones radicales de la Fiscalía, de la Procuraduría y de los parlamentarios de la oposición: verdes, de la Colombia Humana, de la Unión Patriotica y parlamentarios honestos de todos los partidos.

Es necesario precisar que los oficiales implicados en la corrupción, son un grupúsculo que no compromete a la mayoría de soldados, suboficiales y oficiales que actúan ceñidos a las más estrictas normas éticas y dispuestos a los más grandes sacrificios para servir a la institución castrense.

Lógicamente, las Fuerzas Armadas en Colombia están al servicio de la burguesía y de los latifundistas, y por supuesto, también al servicio de los inversionistas extranjeros que poseen grandes capitales invertidos en las actividades mineras, que tanto contaminan y destruyen el medio ambiente.

Los hechos relacionados con el ascenso y caída del general Nicasio Martínez y otros cuestionados y separados de las Fuerzas Armadas, dejaron desnudo también al presidente Iván Duque y a los parlamentarios que votaron los ascensos de esos militares.

El entuerto tantas veces mencionado de Nicasio Martínez, le demostró a la opinión nacional e internacional que Iván Duque es un redomado mentiroso. Aseguró que el general implicado había renunciado a las Fuerzas Armadas, porque después de tanto tiempo dedicado al servicio del país, le parecía justo dedicarle algunos años a la familia. Ya todos saben que le mintió de manera grave al país y convirtió en hazmerreir internacional la imagen de la nación. Recordemos que el año pasado, presentó ante la ONU, denuncias contra Venezuela soportada en fotografías tomadas en lugares y tiempos diferentes a los señalados en los pies de fotos. Como se ve, lo de mentiroso es maña vieja.

Su incapacidad  ha hecho posible el asesinato de los líderes sociales, lo llevó a perder más de 8 meses de su Gobierno, tratando de ponerle zancadillas a la JEP y de tratar de crear una institución diferente para juzgar a los militares implicados en los crímenes de estado llamados falsos positivos. De lograr su objetivo, el país hubiera perdido la oportunidad de conocer y juzgar a los militares culpables de esos crímenes de estado y las familias de las víctimas no hubieran tenido oportunidad de conocer a los responsables.

Ante tantos desaciertos y faltas a la ética del presidente, los generales acusados de corrupción, ¿qué hacer? Exigirle a la Fiscalía de la nación a comprometerse a concluir las investigaciones en el curso del presente año, igual compromiso debe asumir la Procuraduría.

En cuanto al Presidente, ¿qué hacer? Solo el movimiento social unido, combativo, con objetivos claros, puede impedir que siga diseñando políticas para enriquecer más a la plutocracia y depauperizar al pueblo y entregar los páramos y sus fuentes de agua a las multinacionales mineras. Es necesario asimilar y aplicar las enseñanzas de los movimientos sociales exitosos de Ecuador, Chile y Francia.

Los parlamentarios deben comprometerse a no seguir aprobando ascensos irresponsablemente, para pagar favores o para satisfacer peticiones de amigos y familiares. Así se podría evitar la vergüenza de generales delincuentes. Por su valiente oposición a los ascensos de los militares ahora cuestionados, los parlamentarios de la oposición merecen la gratitud de Colombia toda.