Indignación y resistencia popular en la calle

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Aspecto de la movilización estudiantil del 10 de octubre en Plaza de Bolívar. Foto William Garavito.

Octubre se ha convertido en un mes de grandes ebulliciones y conflictividad social dada la reactivación de la movilización y la protesta como respuesta a las políticas del Gobierno nacional que pretenden afectar de manera directa a los sectores populares, favoreciendo a los grandes empresarios, los ricos y las trasnacionales como parte del afianzamiento del modelo neoliberal que ocasiona el incremento de la marginalidad, exclusión y pobreza.

El establecimiento recurre a maniobras jurídicas que cercenan los alcances de las consultas previas, las consultas populares contra la gran minería y la tutela, sumado a los constantes anuncios del partido de gobierno de hacer modificaciones sustanciales a los Acuerdos de Paz, evidenciándose el incumplimiento de lo pactado con la antigua guerrilla de las FARC-EP y la negativa a la continuidad del diálogo con el ELN.

El escenario político ha sido particularmente complejo, dada la violación y vulneración de derechos humanos, expresada especialmente en el asesinato de líderes sociales y defensores de DD.HH., que desde enero de 2016 ha cobrado la vida de más de 360 personas bajo el manto de la impunidad; a lo que se suma la ausencia de garantías para la movilización y la protesta social, situación que tiende a radicalizarse con el anuncio del Ministro de Defensa de reglamentar la protesta social y con la proliferación de panfletos amenazantes, las detenciones arbitrarias y el desplazamiento en varias regiones por el paramilitarismo.

Esta situación causa la indignación y la resistencia social que hoy está en las calles confrontando al régimen y sus agentes, proyectando nuevos escenarios hacia una democracia plena como fundamento de la paz con justicia social.

Entre estos, destacamos la Asamblea Legislativa y de los Pueblos, espacio autónomo que contribuye a la unidad estratégica del campo popular, el Segundo Encuentro Nacional del Movimiento Ríos Vivos que proyectó acciones por la defensa del ambiente y, la contundente movilización nacional universitaria convocada por la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior – Unees a la que sumó la Asociación Sindical de Profesores Universitarios – ASPU exigiendo el aumento en el presupuesto, la elaboración de un plan de saneamiento de las deudas y la condonación de créditos con el Icetex.

Para los próximos días las expresiones de movilización y unidad se incre-mentarán con el Seminario Interno de la Coordinación de Organizaciones Sociales – COS que proyecta el diseño de una agenda común de movilización, el XII Foro Nacional de Derechos Humanos bajo el lema “Defender la Vida, Construir la Paz”, del 15 al 17 de noviembre, cuyo propósito es visibilizar la compleja situación de violación de Derechos Humanos a partir del Tribunal Nacional e Internacional de denuncia, así como con las movilizaciones que desde las universidades se siguen convocando.

En este escenario la labor de las y los comunistas es afianzar en cada sector social la validez de estas movilizaciones, la necesidad de la unidad, y de impulsar nuevas iniciativas que converjan en un gran movimiento contundente en defensa de los derechos, de la paz; arrebatándole al régimen su agenda e imponiendo la que realmente requiere el pueblo colombiano.