Las Constituciones de muchos países consagran el principio de que los derechos de los niños prevalecen sobre los demás. En Israel eso es letra muerta
Alberto Acevedo
Unos mil niños y jóvenes palestinos, 73 de ellos menores de 14 años, han sido detenidos en lo que va corrido del año, y puestos en prisión por las fuerzas armadas israelíes, según denuncia del Centro de Estudios para los Prisioneros Palestinos, contenida en un informe de septiembre.
“Bajo instrucciones directas de los dirigentes políticos y de seguridad israelíes del más alto rango, las fuerzas de ocupación apuntan sistemáticamente a los menores para disuadirlos de participar en la resistencia, negarles su derecho a la educación y destruir su futuro”, señala el documento.
Tras su detención, todos los niños fueron sometidos a diferentes formas de tortura y malos tratos. En algunos casos las tropas israelíes detuvieron a niños y jóvenes después de haberles disparado y herirlos, algunos de ellos en forma grave. Varios de ellos fueron sometidos a interrogatorio en las camas de los hospitales.
Sin agua ni comida
Un muchacho de 15 años ya ha estado dos veces en la cárcel y ahora vive refugiado en su propia tierra. Durante varios meses de detención se preocupaba por la forma en que iba atrasándose en sus estudios. Finalmente, le tocó dejar el colegio. Otro chico brindó su testimonio: “Me llevaron a un campo militar en Jerusalén y allí me obligaron a firmar un papel en hebreo, aunque no quería ni entendía. Me tuvieron el primer día sin comida ni agua. Me interrogaron varias veces sin que tuviera abogado”.
A Hussan, un niño de 14 años, lo detuvieron sin una razón, y lo confinaron en aislamiento en un espacio que él calificó como ‘asqueroso’. Los soldados israelíes justificaron la detención en el hecho de que le vieron la intención de perpetrar un ataque. ¿Cómo se detecta la intención? ¿En la mirada? Algunos niños son sacados de sus casas durante redadas que hacen los soldados a altas horas de la noche, cuando las familias duermen, generando mayor dolor en los hogares.
Es decir, a los niños, como a muchos adultos en resistencia, se les juzga no solo por actos que potencialmente cometen, sino por sospecha, una figura que ha existido en las peores dictaduras. Más aún, en Cisjordania, los niños son juzgados por tribunales militares.
Detención administrativa
Según el informe del Centro de Estudios para los Prisioneros Palestinos, en este momento al menos 230 niños continúan entre rejas, violando convenciones internacionales de derechos humanos. Tres de ellos se encuentran bajo detención administrativa, una forma de captura en la que al detenido no se le imputan cargos de ninguna naturaleza, por consiguiente, tampoco se les inicia proceso penal alguno, y tampoco se les concede la libertad.
Bajo esta modalidad, muchos prisioneros afganos acusados de pertenecer a Al Qaeda o a grupos talibanes, permanecieron casi 20 años detenidos en la prisión de Guantánamo, sin que se les hubiera imputado cargo penal alguno.
El informe comentado asegura también que, de los niños detenidos, 102 fueron condenados ya a varias penas de cárcel y el resto queda pendiente de juicio. Las condiciones de encarcelamiento, insiste, son extremas, enfrentan insultos, amenazas, torturas.
Guerra en pandemia
Más grave aún: “Las autoridades israelíes aprovecharon la pandemia del covid-19 como herramienta para reprimir y aterrorizar a los niños palestinos en sus cárceles al no brindarles medidas sanitarias contra el virus y mantenerlos en aislamiento solitario, con el pretexto de la cuarentena”, segura el escrito.
En otro informe anterior, del mes de julio, se dice que las tropas israelíes arrestaron, en el primer semestre de 2021, a 5.400 palestinos, incluidos 854 menores y 107 mujeres. En una mirada global, desde la ocupación palestina en 1967, hasta el año 2020, las cifras hablan de más de un millón de palestinos detenidos, de los cuales 50 mil eran niños. Además, muchos pequeños han sido asesinados en choques con las tropas invasoras.
El pasado mes de mayo, bajo los bombardeos israelíes a la Franja de Gaza, 67 niños murieron por el arrasamiento de los aviones de combate contra la población civil, y centenares quedaron heridos. Esos niños son un tipo de víctimas del conflicto. Pero los que sobreviven al horror, son otro tipo de víctimas. La Unicef reclama que estos necesitan asistencia urgente, para superar las secuelas de la guerra de agresión contra su pueblo.
Los niños son el futuro, dicen los filósofos, y lo ratifican los manuales de pedagogía. Las constituciones nacionales de muchos países consagran el principio de que los derechos de los niños prevalecen sobre los demás. Pero en Israel eso no se aplica, es letra muerta. El ejército israelí no tiene compasión alguna por los niños palestinos. Libra una guerra contra los padres, en lo que les es más sagrado: sus hijos.