Rubén Darío Arroyo Osorio
Más allá de las estadísticas que señalan un crecimiento de la inseguridad en las capitales de departamentos de Colombia, especialmente en Barranquilla tanto por atracos callejeros, a pasajeros y conductores de buses urbanos, asaltos a residencias, robo de celulares, cosquilleo, riñas, fleteos, robo electrónico, entre otros. Pero en todo caso entre 2016-2017 el uso de armas de fuego (87%) y el sicariato, (58%) registran el mayor volumen de participación en los actos dolosos que, generan víctimas de homicidios o gravemente heridos.
La policía aplica el nuevo Código, Ley/1801/96, desde enero/97, ha instalado cámaras en puntos críticos, nuevos CAI, hay más patrullajes en motos y vehículos, prohibición de parrilleros-hombres, en ciertas zonas del norte de la ciudad, anuncios de recompensas, incluso el alcalde en su desespero e incompetencia propone patrullajes del ejército, entre otras acciones.
Frente a esta situación los delincuentes capturados duran pocos dias en la prisión, salen por vencimiento de términos o cualquier otra falla en los procedimientos judiciales. Salen en libertad, vuelven a reincidir, revisan su prontuario y los antecedentes delictivos son alarmantes. El burgomaestre se queja de la poca colaboración de la ciudadanía, a quien le pide mayor compromiso y más resultados. La policía, festeja cuando las cifras de homicidios bajan en algún período comparándolo con años anteriores. Bastante paradójica la situación del mandatario local.
No se trata de inculpar a secas a los ciudadanos venezolanos que llegan al país buscando oportunidades laborales en nuestra nación, ni a los compatriotas que regresan a sus lugares de origen. Debe reconocerse que, objetivamente existe una creciente ola de vandalismo y delincuencia común de bandas delictivas armadas de manera ilegal, mientras a los ciudadanos de bien se les prohíbe la tenencia y porte de armas.
Además, ¿qué confianza y apoyo puede brindar la ciudadanía a los agentes del orden, si en muchos casos delictivos se registra la participación directa de agentes de policía o complicidad con los responsables de actos dolosos y criminales? Se impone un mejoramiento de la inteligencia, contra inteligencia y superación de las causas estructurales, como el desempleo y precarización laboral. Se impone una ofensiva decisiva contra las bandas criminales que circulan en la ciudad y el departamento de manera temporal y permanente. La seguridad ciudadana nos compete a todos, pero al Estado y los gobernantes les incumbe la responsabilidad constitucional de garantizarla.