Zabier Hernández Buelvas
@ZabierHernndez
Creo que es hora de ir reconociendo que la decisión de unir en una primera fase de acuerdo político electoral a la Colombia Humana y la Unión Patriótica, ha sido una decisión acertada.
El nuevo partido Colombia Humana-UP, además de permitir inscribir juntos candidatos en las distintas circunscripciones del país, con motivo de las elecciones regionales que se celebrarán el 27 de octubre, nos permite visionar el horizonte estratégico de la construcción de una gran fuerza alternativa que sea capaz de darle a Colombia un gobierno justo, solidario y democrático y que le dé todas la condiciones favorables a los Acuerdos de La Habana para su implementación.
En la última semana de inscripciones en Bogotá tuve la fortuna de acompañar y participar en las sesiones de la coordinación nacional conformada por compromisarios de Colombia Humana y de la Unión Patriótica y digo la fortuna porque fue una verdadera escuela de concertación, debate (a veces álgidos), argumentaciones, contra argumentaciones, teorizaciones, construcción de metodologías para abordar las diferencias y los problemas de las regiones y ciudades de nuestra Colombia. Se expresaron en este ejercicio las diferencias ideológicas y políticas, pero ante todo se hizo visible la unión de voluntades y convicciones sobre la posibilidad real de construir buen vivir en los territorios.
¿Qué debemos aprender uno del otro? La Colombia Humana debe aprender de la UP las dinámicas de organización de un partido político, que tiene unos estatutos, un programa y una línea política construida en su congreso, unas instancias y unos órganos a los cuales debe sujetarse en al trabajo político y ciudadano de masas. La Unión Patriótica debe aprender de la Colombia Humana esa capacidad de conectarse con la gente, la audacia para interpretar a la ciudadanía y la flexibilidad para abordar la iniciativa ciudadana, convirtiéndola en acción política.
Ambas fuerzas debemos estar conscientes de la necesidad de seguir impulsando la más amplia convergencia social y política para una nueva Colombia en paz con justicia social. Hay muchos obstáculos por vencer. Los casos de Bogotá, Nariño, Atlántico y Valle, por citar solo algunos, nos muestran que se necesita seguir trabajando en niveles de madurez, comprensión mutua y de toma de decisiones asertivas que en vez de crear fisuras, amplíen la base de apoyo de la propuesta de convergencia amplia y alternativa donde tendremos que jugar un papel de cohesión y de construcción colectiva transformadora.
Todos y todas tenemos el deber de realizar un trabajo en todos los lugares y territorios para que esta unión electoral, se convierta en el proyecto político ciudadano de masas que nutra la gran convergencia amplia, alternativa y humanista que necesitamos para transformar definitivamente a Colombia.