Ricardo Arenales
Obnubilados por la poderosa máquina de opinión que forman los grandes medios de comunicación norteamericanos y por la imagen de afroamericana, primera mujer que en su condición es postulada como fórmula vicepresidencial del Partido Demócrata, al lado de Joe Biden, no pocos observadores de variadas tendencias políticas, magnifican la figura de Kamala Harris, ex fiscal general y senadora de los Estados Unidos.
Algunos la presentan como una mujer de tendencias centristas y le abonan que en los últimos años ha tenido alguna relación política con el candidato de tendencias izquierdistas Bernie Sanders. Pero no hay que llamarse a engaño. Ella misma, recientemente dijo a los medios de comunicación: “No estoy intentando reestructurar la sociedad. Solo estoy intentando atender los asuntos que despiertan a la gente en la mitad de la noche”.
El conocido analista Noam Chomsky ha recordado recientemente que Estados Unidos está dirigido por el sector empresarial para sus propios beneficios, que es la fórmula que representa Biden, y que Kamala Harris está lejos de la imagen de “fiscal progresista” que le fabrican los medios desde que presentó su candidatura presidencial en 2019. Algunos van más allá y destacan la figura de Harris por su crueldad.
Prontuario
Chomsky se refiere al tiempo en que Harris fue fiscal, en el cual mantuvo gente inocente en la cárcel, se opuso a que reos con posibilidades de alcanzar su libertad pagaran una fianza; se opuso rabiosamente a que el Estado reconociera el pago de indemnizaciones a personas injustamente encarceladas y defendió la idea de que los delincuentes no violentos permanecieron en prisión sin la posibilidad de beneficios como la redención de penas.
Se opuso a una serie de beneficios para el pago de penas extramurales, con el fin de que los prisioneros siguieran trabajando y se convirtieran en mano de obra barata. Deliberadamente ocultó pruebas para evitar que otros detenidos recuperaran su libertad. Se opuso a que los prisioneros de orientación transexual fueran a un sitio de reclusión acorde con sus preferencias de género.
Contra la izquierda
En plan de hacerse elegir senadora y después como precandidata presidencial del Partido Demócrata, Harris reconoció que en sus épocas juveniles algunas veces se fumó un porro de marihuana, seguramente con la intención de buscar simpatías entre sectores juveniles. Sin embargo, durante su gestión como Fiscal General el Distrito de San Francisco, condenó a casi 2.000 personas por delitos relacionados con la marihuana.
A Biden, la fórmula vicepresidencial le aporta una dinámica más fresca, dado que el candidato ya tiene 77 años de edad; porque en la recta final de la campaña consiguió millonarios recursos de la empresa privada, la industria turística, las grandes tecnologías y el sector financiero de Wall Street. Y porque la presencia de Harris, de alguna manera frustra el camino a sectores más de izquierda en el Partido Demócrata, que aspiraban a esa nominación.
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