“Nos queda seguir aunando esfuerzos para crear nuevas condiciones emancipadoras y democráticas para posibilitar un camino distinto al de la exclusión y el exterminio del contendor. Bogotá tuvo unos resultados que podemos catalogar de importantes” Román Vega

Carolina Tejada
Desde muy temprano en la ciudad capital se hablaba de un triunfo por la paz. Los boletines mantuvieron el margen ganador y finalmente se logró llegar a 1,4 millones de votos por el sí para un 56,07% de votos, frente a 1,1 millones por el no, 43,92%. A pesar de esta importante votación que pone a los bogotanos como una fuerza importante frente a la necesidad de la paz negociada, sacando el 20% de la votación a favor de los acuerdos, la abstención reinó como en todo el país. Con un 53,67% Bogotá supera el nivel de abstención en comparación a otras elecciones en el país.
Las localidades que dijeron sí
Entre las localidades que superaron su índice de votación se encuentran: Usaquén, Engativá, Candelaria, Teusaquillo. En otras localidades como Usme, Bosa, Ciudad Bolívar el no logró elevar la votación.
Sin embargo, tan pronto se conocieron los resultados que daban como ganadora a la campaña del no, miles de personas en diferentes partes de la ciudad se empezaron a concentrar hasta altas horas de la noche, con banderas blancas y música la ciudad comprendió que el sentimiento que cubría la capital era de pena y angustia.
VOZ dialogó con Román Vega, uno de los promotores del sí, y esto fue lo que comentó: “Los resultados del plebiscito dan una victoria pírrica a los que levantaron la bandera de no a los acuerdos de La Habana. Sin embargo lo que esos resultados demuestran es que hay prácticamente un empate entre quienes defendemos la solución política con base en los acuerdos y aquellos que quieren imponer sus políticas no incluyentes en el país”.
Así mismo comenta que se vivieron momentos de expectativa, y que ahora es el momento de seguir trabajando por consolidar una sociedad más democrática. “Nos queda seguir aunando esfuerzos para crear nuevas condiciones emancipadoras y democráticas para posibilitar un camino distinto al de la exclusión y el exterminio del contendor. Bogotá tuvo unos resultados que podemos catalogar de importantes, más aun cuando se decía que Bogotá tenía una postura débil frente a la paz. A diferencia de los territorios donde existe un poder paramilitar y ultraderechista, aquí se evidencia un respiro democrático”, afirma Vega.
En ese mismo orden de ideas, asegura que lo que se viene para los sectores democráticos es un trabajo doble: “También se viene la unidad de los sectores democráticos y de diversos sectores sociales que se pusieron la camiseta y que, a través del diálogo abierto, lograron aclarar la cantidad de mentiras que se crearon alrededor del proceso de paz”.
Mientras tanto se siguen convocando encuentros ciudadanos para rodear los acuerdos y buscar caminos que conduzcan a que en Colombia se pueda construir la paz.