José Ramón Llanos
Dos países latinoamericanos de pequeña superficie están dando al mundo una lección ejemplar de política protectora del medio ambiente y de la salud de su población: Costa Rica y El Salvador. Estas decisiones políticas muestran una población con gran visión de futuro y una clase dirigente muy valiente. Costa Rica prohibió la explotación del oro a cielo abierto. El Salvador acaba de prohibir la explotación minera metálica.
La ley que prohíbe la minería metálica en El Salvador, aprobada en marzo, es el fruto de una lucha de más de diez años de las organizaciones sociales, las comunidades contaminadas por la minería, agrupaciones políticas, sociedades científicas y las autoridades religiosas. En efecto, en el año 2005, se creó La Mesa Nacional frente a la Minería Metálica de El Salvador; surgió también la M4, con el mismo objetivo: Luchar contra la minería metálica financiada y desarrollada por empresas multinacionales.
Un año después de denunciar en los sindicatos, en las cooperativas y en los barrios, la contaminación ambiental, el envenenamiento del río San Sebastián, lograron grandes movilizaciones de la población contra la actividad minera en el país.
En diciembre de 2006, La Mesa redactó un proyecto de ley que presentó ante la Asamblea Legislativa, cuyo objeto es prohibir la minería metálica en el país.
Para concitar la atención de la población salvadoreña en las acciones contra la minería, fue muy útil la declaración que en 2010 emitió el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas: “El Salvador es el segundo país de mayor deterioro ambiental en Las Américas después de Haití”
Igual que en Colombia una política equivocada, los sobornos y aún los asesinatos de los líderes ambientalistas Marcelo Rivera, Ramiro Rivera y Dora Sorto, permitieron que la Pacific Rim, Martinique Minerales, Minerales Morazán, entre 1998 y 2003 obtuvieron 29 licencias para explotar algunas minas.
Logro popular
Estos hechos en lugar de acobardar a la población salvadoreña estimularon la lucha de la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica, la M4, las comunidades afectadas por la contaminación, las autoridades religiosas las cuales finalmente obtuvieron la derrota de las multinacionales mineras.
Esta se concretó en El Salvador con la “ley de prohibición de la Minería Metálica”, en cuyos diez primeros artículos determina la prohibición de la minería metálica, el cierre de todas las minas de esta naturaleza y elimina las licencias otorgadas anteriormente. El artículo primero de la ley 639 determina la prohibición de la minería metálica “en el suelo y subsuelo del territorio de la República”. El artículo 2 explica claramente la naturaleza de la prohibición:
“Alcance de la prohibición
“Art. 2. La prohibición a la minería metálica incluye las actividades de: exploración, extracción, explotación y procesamiento, ya sea, a cielo abierto o subterráneo”.
Esa ley debería constituir un referente para todos los gobiernos del mundo.