La economía: entre el Covid-19 y la geopolítica del petróleo

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José Ramón Llanos

El llamado Lunes catastrófico, 9 de marzo pasado, es la consecuencia de la incertidumbre creada en las principales Bolsas de los grandes centros financieros de la economía capitalista, más precisamente, el nerviosismo de los grandes inversionistas ante los efectos desvastadores del Coronavirus y las contradicciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, más Rusia y el gran productor de petróleo, Arabia Saudita.

La disputa gira entorno a qué hacer para evitar la caída de los precios del crudo, o más exactamente, qué cantidad de petróleo disminuirle al mercado para lograr ese objetivo y especialmente determinar cuánta debe ser la disminución de la producción de cada uno de los países mayores productores, principalmente los de la OPEP.

En principio, la rápida expansión del Covid-19 introdujo súbitamente la incertidumbre en los mercados, dado el impacto de esa epidemia inicialmente en la economía china en momentos en que se respiraba una relativa tranquilidad en la economía mundial, debido al acuerdo parcial en la guerra de aranceles desatados por Donald Trump, dirigido fundamentalmente contra la economía de la potencia asiática.

El Covid-19 afectó el comercio exportador chino, este impactó negativamente la industria del país y lógicamente las importaciones de las principales materias primas compradas en occidente, por ejemplo las vendidas por Estados Unidos.

Pero el problema se complicó con un componente mental, psicológico que entró a jugar negativamente en coyuntura económica mundial: el temor a la expansión mundial de la enfermedad, el miedo al contagio inicialmente por contactos con los chinos o personas que hubieran estado en ese país, terminó afectando al turismo de manera grave. Fuentes relacionadas con esta actividad afirman que por lo menos mil aviones han dejado de circular por esta causa.

El mejor ejemplo de efecto negativo del Covid-19 sobre el turismo mundial es que la Feria Internacional de Turismo de Berlín, que debió realizarse entre el 4  y el 8 de marzo, fue suspendida. Estaban inscritas para participar 10 mil empresas de 180 países.

Hablamos solamente de un solo sector económico afectado por el Covid-19, pero prácticamente todas las actividades humanas han sido impactadas por la enfermedad.

Sin embargo, el detonante del estallido que destruyó tanto dinero el lunes catastrófico: fue el choque entre Arabia Saudita, su empresa petrolera Aramco y el gobierno de Rusia.

¿Cuál es el meollo del problema petrolero? Hasta el viernes pasado las relaciones entre Arabia Saudita y Rusia eran armónicas, pero este día Rusia no aceptó la propuesta de los árabes, segundos productores de petróleo en el ámbito mundial, de reducir la producción 1.5 millones de barriles diarios. Ante el rechazo ruso, los sauditas entonces redoblaron la producción, lo cual produjo la caída de los precios, rápidamente llegó a 35 dólares, un precio que no se veía desde la crisis de 1991, en la época de la Guerra del Golfo.  Debemos recordar que en aquella ocasión muchas empresas que utilizaban el fracking quebraron y los Estados Unidos devino el primer productor mundial.

Este rifirrafe produjo el pánico de los inversionistas con sus efectos sobre las principales Bolsas del mundo, cayeron entre un 6 y 8%, caída superior a la de la crisis del 2008. El lunes todo era incertidumbre, algunos agoreros económicos pesimistas ya hablaban de terribles consecuencias económicas a corto plazo y mediano plazo. Incluso algunos pronostican petróleo a 20 dólares.

Para que se tenga una percepción más cabal de los efectos del lunes catastrófico, mírense estas cifras: Las principales empresas ese medio día del lunes perdieron 239 mil millones de dólares. En América Latina, los países más impactados negativamente son Argentina, Brasil, Colombia y México.

Las acciones de estos países se devaluaron así: Bovespa de Brasil el 12.7% de sus acciones; Petrobras perdió el 32, 2%. La acción de Ecopetrol pasó 2.965 pesos a costar 2.345, perdió el 20, 91%, perdió 24 billones de pesos.

Una consecuencia de la caída del precio del dólar es la devaluación, lo cual afecta negativamente el 19% de las mercancías que se negocian en Colombia.

La caída del precio del petróleo le produjo una pérdida de US$ 6.308 millones a Ecopetrol. Para colmo de peras en el olmo, la epidemia causó una fuga de capitales de los países emergentes en un mes, de 30 mil millones de dólares.

Pero bastó un mensaje cordial de los rusos para que las Bolsas recobraran la calma y los grandes inversionistas otra vez miran con optimismo el panorama. En cambio, otro gallo canta en nuestro continente. Este tema será objeto de análisis en otra nota.