La economía europea, de mal en peor

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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, habla con la canciller alemana, Ángela Merkel.

José del Río

La crisis que conmociona al mundo, tanto la de orden clínico como la económica, obliga a los pensadores a escudriñar el pensamiento revolucionario de mediados del siglo XIX y los inicios del siglo XX, esto quiere decir examinar otra vez, por ejemplo, el pensamiento de Lenin. Estos momentos grávidos de tantos acontecimientos impactantes nos recuerdan un pensamiento de Lenin: “Hay décadas en las que no pasa nada, pero hay semanas en las que pasan décadas.”

Los sucesos que están discurriendo nos dejan impávidos, en algunos casos nos paralizan. Acaso alguien en algún momento pensó que la globalización, propagaría una parálisis de la movilidad y la economía mundial de la dimensión que vivimos. Que lo que se suponía era esencial de la globalización, el comercio y el intercambio de mercancías y hombres, se afectaría tan radicalmente.

Lo que está ocurriendo en estos momentos obliga a buscar referentes ocurridos muchos años atrás. Léase lo que afirma el Banco Central de Francia: “la actividad de la última quincena de marzo fue un tercio de lo normal. El único antecedente que se asemeja a esta gran crisis viene de 1968, cuando a raíz de las revueltas de mayo, en el segundo trimestre la economía se contrajo en un 5,3%”.

Los acontecimientos son tan lesivos y determinan fenómenos que generan procesos sociales y económicos que comprometen el empleo, la suerte y sobrevivencia de las pequeñas y medianas empresas. Incluso ha puesto en riesgo empresas que se suponía poseedoras de una gran solidez financiera y de grandes flujos de caja como las aeronáuticas, la industria de autos, químicas; textileras, y la construcción, el turismo y la hotelería.

Los pronósticos

Pocas veces la dinámica económica había sido objeto de tantas predicciones negativas y tantas veces repetidas, con el agravante que las más recientes son peores que las antecedentes. Ejemplo los últimos pronósticos del Foro Económico Mundial, de enero 2020, destacaba que el mundo crecería 3,3 por ciento en 2020 y 3,4 en 2021. Para la Zona Euro, vaticinaba un crecimiento de 1,2 en el año 2020 y 1,3 para el año 21.

El Fondo Monetario Internacional, FMI, hizo pronósticos del crecimiento para los años 2020 y 2021 de los países de la Unión Europea más desarrollados, Alemania crecería 1,1 y 1,4 los años 2020 y 2021 respectivamente; Francia, 1,3 y 1,3 en los años 2020 y 2021. En esos mismos años, Italia, crecería 0,5 y 0,7.

Esas proyecciones relativamente positivas, se tornaron extremadamente negativas, por efectos del encerramiento y sus secuelas, Christine Legarde, presidente del Banco Central Europeo acaba de anunciar que la zona euro decrecerá un 9,0 por ciento, sin embargo, es posible, si siguen empeorando las secuelas del Covid-19, que se produzca un desplome de la economía del orden de 15 por ciento.

El factor humano

A esas cifras tenemos que ponerles humanidad, tenemos que evidenciar que ellas representan afectaciones a familias, a seres humanos, vinculados a empresas, los más afectados, los empleados en pequeñas y medianas empresas. Por ejemplo, el desempleo se mide en millones de ciudadanos. Por esa razón, Legarde ha exigido a los mandatarios de los 27 países integrantes de la Unión Europea, “que los aportes financieros no deben ser demasiado pequeños ni demasiado tarde.” Como ejemplo de diligencia y de amplitud financiera, anunció que el Banco Central Europeo en las operaciones de liquidez para apoyar los bancos aceptaría como garantías los bonos basuras.

Lo que no dijo es que esa largueza estaba motivada por la elevación de la prima de riesgos de Italia y España. (La prima de riesgo es la suma extra que debe pagar un país que es calificado con solvencia limitada para pagar sus deudas, por tanto generalmente debe pagar un interés más elevado para obtener préstamos.)

Un ejemplo sirve para aclarar el efecto práctico de la prima de riesgo en las condiciones de dos países europeos. La prima de riesgo de Italia, es de 250 puntos, por esa razón un préstamo del Gobierno italiano debe pagar un interés de 2,1 por ciento, en cambio el Gobierno alemán solo debe pagar 0,4 por ciento, porque tiene una calificación positiva de Estándar & Poors.

Peligra la estabilidad de la UE

El economista Jaime Ducht, afirma expresando gran preocupación, “que la crisis es de tal magnitud que lo que está en peligro es todo el proyecto de la Unión Europea”.

En efecto, el hecho que Alemania y Holanda rechazan la posibilidad de ayuda a las economías de Italia y España, con los coronabonos, está fortaleciendo a los enemigos y críticos de la Unión Europea. Incluso les dan la razón a economistas como Joseph Stiglitz, quienes conceptúan que el euro debe desaparecer porque entraba el desarrollo de la llamada Zona Euro. Por algo Legarde, con énfasis declaró: “No hay límites para nuestro compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato”.

Ducht también considera que la crisis finalmente pone en riesgo entre 5 y 15 puntos de pérdida del producto interno bruto de la UE.  Por esa razón España, Italia y Portugal están proponiendo que se constituya un fondo de rescate de un 2 por ciento de la renta nacional bruta de la Unión Europea, que representa aproximadamente dos billones de euros. Esto implica rehacer el proyecto de presupuesto para los siete próximos años.

Estos mismos países están planteando la necesidad que haya una especie de mutualización del riesgo; lo cual hasta ahora no ha sido aceptado por los miembros del norte, Holanda y Alemania. El mejor argumento planteado por los países mediterráneos es que la UE, es un mercado integrado, como afirmó el presidente del Parlamento Europeo David Sassoli: “Si no se consigue reducir el alcance de esta crisis, ¿a quién venderán sus tulipanes en Holanda? Aquí o ganamos todos o perdemos todos, eso está muy claro”.

La expresión en cifras de la crisis, no requiere comentarios. El producto interno bruto, PIB, de Francia cayó 6,0 por ciento en el primer trimestre, Alemania cayó el 4,2 por ciento, pero los alemanes consideran que entre abril y junio se hundirá al 9,8 por ciento; Italia caerá un 8 por ciento, su déficit será de 10,4 por ciento del PIB; la deuda se situará en el 155,7 por ciento, según datos del Gobierno italiano.

En cuanto al desempleo la situación de España es deplorable. El sector del comercio, la Confederación Española de Comercio y la Asociación Española de Centrales de Compra, La Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos, las cuales representan más de la mitad del comercio del país, con 510 mil puntos de ventas que ocupan 1,7 millones de trabajadores, en un comunicado expresan que el sector comercio representa un 13 por ciento de la economía española y ocupa 3,2 millones de trabajadores. Por tanto, si no reciben un apoyo financiero del Gobierno, el 50 por ciento de las empresas tendrán que cerrar y se podrá perder un 35 por ciento de puestos de trabajo.

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