“Se puede evidenciar cómo la educación colombiana no responde a necesidades de desarrollo social y científico, sino a los intereses de las empresas privadas y a órdenes de entidades extranjeras”
PCC – Zonal Risaralda
Para el momento actual de Colombia, se requiere que su sistema educativo esté acorde a los procesos de cambio y transformación, y más ahora, cuando el país se adecúa para la implementación de los Acuerdos de Paz, firmados entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP.
No obstante, no se puede olvidar que hoy la educación atraviesa por una grave crisis, que no simplemente se queda en el aspecto de la financiación, sino en otros como lo pedagógico, la formación docente, la convivencia escolar, la dignificación del magisterio y las garantías para el acceso y permanencia dentro del sistema educativo.
De esta forma, se puede evidenciar cómo la educación colombiana no responde a necesidades de desarrollo social y científico, sino a los intereses de las empresas privadas y a órdenes de entidades extranjeras como el Fondo Monetario Internacional –FMI-, la Organización para el Desarrollo Económico –OCDE– que han convertido la educación en negocio y la pasaron de ser un derecho fundamental a un privilegio de pocos.
Pero además, no se puede olvidar que los artículos 356 y 357 de la Constitución Política, ordenan a la nación transferir unos recursos a los entes territoriales (sistema general de participaciones) para la financiación de salud, educación, agua potable y saneamiento básico, los cuales han sufrido dos reformas: en 2001 y en 2007, donde Gobierno y Congreso introdujeron nuevas fórmulas de liquidación reduciendo notablemente el ritmo de crecimiento de las transferencias. Prueba de ello, es la aplicación de la ley 715 de 2001, la cual regula las finanzas de la Nación, pero al mismo tiempo, afecta los servicios sociales que el Estado debe atender y garantizar.
En ese sentido, el Gobierno y el Ministerio de Educación Nacional, MEN, implementan la política neoliberal de privatización bajo el lema “Colombia la más educada hacia 2025”, a través de convenios por cobertura con el sector privado con programas educativos que aumentan el control político e ideológico de la población y del magisterio, como: jornada única; Ser pilo paga, Becas por excelencia docente, Índice sintético de calidad y su DIA E; Primera infancia, de cero a siempre; colegios en concesión; universidad en tu colegio; derechos básicos de aprendizaje; entre otros y una contra-reforma educativa a través de la expedición de normas como los decretos 490, 501 y de 915, todos sancionados durante el año 2016.
Qué hacer
Ante este panorama, los comunistas colombianos deben considerar que su accionar debe tener en cuenta estos elementos para el trabajo político y gremial desde las organizaciones sindicales, estudiantiles, entre otras.
- Apoyados en los Acuerdos de Paz, los comunistas en el magisterio deben estudiar y promover iniciativas políticas que tengan que ver con el sector, en lo relativo con la implementación, con la Escuela como territorio de paz y con la cultura de paz. Consideramos que la paz y la implementación son un compromiso histórico para el magisterio en el contexto que se vive y como tal debe ser un marco teórico que trascienda nuestras luchas, en ello deben jugar papel importante Fecode y el CEID.
- Bandera fundamental de los comunistas y a su vez de Fecode debe ser la lucha por defender la educación pública y la financiación de la educación. Por esto, la lucha contra la disminución del sistema general de participaciones debe tener un lugar importante.
- Rechazar la utilización del fast track para aprobar una contrarreforma educativa, para aprobar cosas que no fueron acordadas en la mesa de negociación o para limitar o despojar de derechos al pueblo colombiano.
- Defender la unidad de Fecode y promover relaciones de unidad de acción con otras organizaciones sociales y de la CUT, padres de familia, Andes, pensionados etc., sobre la base de proyectos claros y concretos, procurando que no se queden en lo simple declarativo sino en elementos que sirvan para que nuestra lucha trascienda a otros sectores de la sociedad.
- Rescatar el movimiento pedagógico que es fundamental para el desarrollo de la educación pero también para la organización política y gremial. Por ello hay que retomar el PEPA, adecuarlo y ponerlo a tono con el momento, pues es una propuesta político-pedagógica para y desde el magisterio.
- Frente al 1278, la propuesta general del Estatuto Único de la Profesión Docente debe seguir siendo una bandera de lucha que mediante la conformación de la Comisión Tripartita de estudio y consolidación del estatuto, o en las calles con la movilización, se debe seguir luchando por la dignificación de la labor docente que beneficie a todo el magisterio en su conjunto, pero también para evitar que la existencia de dos regímenes sean factor de división al interior de nuestro gremio y de nuestra organización sindical.
- Luchar contra las posiciones socialdemócratas y oportunistas que han sumido a la Federación en un retroceso político y organizativo. Es necesario hacer las denuncias respectivas y diferenciarnos de esos sectores que en ocasiones han enredado camaradas, lo cual empaña y desdibuja nuestra imagen.
- La organización sindical debe reconocer las reivindicaciones y la organización de los pensionados del magisterio, luchar de la mano con ella y tenerla en cuenta para los pliegos de peticiones, para las acciones y para estimular su crecimiento y fortalecimiento.