La localidad número 20 de Bogotá ha entendido muy bien la situación y por eso es el único territorio del Distrito que hoy reporta cero casos de contagio. ¿Qué hicieron las comunidades campesinas para afrontar la crisis sanitaria?
Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz
Con el arribo al país del covid-19, la declaratoria de pandemia y las acciones tomadas por el Gobierno nacional, la ruralidad y el campesinado como es costumbre, han sido olvidados. No existe una orientación clara sobre qué medidas especiales de protección se deben tener con esta población respecto al control y atención de la pandemia.
Llamar al campesinado al confinamiento es llevarlo al hambre y en consecuencia llevar al desabastecimiento a las ciudades y centros poblados que dependen de su producción, por eso en el campo las medidas de protección deben darse desde el territorio y su gente como unidad, no desde el individualismo y el mero cuidado del núcleo familiar que implica el aislamiento en la ciudad. Lógica que el campesinado de localidad número 20 de Sumapaz, en Bogotá, ha entendido muy bien y por eso es el único territorio del Distrito que hoy reporta cero casos de contagio.
Protección del territorio
Ante la ausencia de medidas por parte de la alcaldesa local encargada, con limitación de funciones, Francy Liliana Murcia, y la falta de orientación desde los gobiernos nacional y distrital, el campesinado sumapaceño desde sus organizaciones, como lo es el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz, Sintrapaz, y buena parte de las juntas de acción comunal, en decisión unánime asumieron medidas para la autoprotección individual y colectiva, evitando las reuniones y visitas, promoviendo medidas de higiene en el hogar y distanciamiento en el trabajo de la tierra.
Asumieron acuerdos para regular el tránsito en el interior de la localidad, en las vías que la comunican con la Bogotá urbana y otros municipios, conviniendo con comerciantes y vehículos que transportan productos alimenticios hacia la ciudad en las medidas de cuidado, y haciendo el llamado a los sumapaceños de origen para que no repliquen las desbandadas que se dan en otras regiones del país desde las ciudades y no poner en riesgo a sus coterráneos.
Con el propósito de llevar a cabo estos acuerdos, las comunidades instalaron tres puntos de control en las entradas de la localidad: uno en la vereda Santa Rosa, el segundo en la vereda La Unión y otro en la vereda San Juan, los cuales funcionan desde el esfuerzo conjunto, la participación de voluntarios de las diferentes veredas, quienes han debido aguantar el sol, la lluvia, y el inclemente frío del páramo en las noches, para la protección de su territorio y sus comunidades.
En estos aspectos se viene trabajando desde los escasos recursos con que se cuenta para buscar realizar la desinfección de los vehículos y de quienes los conducen, dar orientación respecto a las medidas preventivas, pedido del uso de los elementos mínimos para la protección como el tapabocas y la regulación de los acuerdos.
Desconocimiento institucional
Sin embargo, la Alcaldía local, que no ha desarrollado actividad alguna para mitigar el riesgo, ha tomado medidas tardías que pareciesen fueran en respuesta y en la búsqueda de desautorizar las acciones desarrolladas por el campesinado. Por ejemplo, el pasado 30 de abril junto a otras instituciones se desarrolló un auto denominado “consejo de seguridad” que no contó con todas las autoridades pertinentes para que en verdad tuviera ese carácter, como lo denunciaron los ediles de la Colombia Humana – Unión Patriótica, desconocieron la labor exitosa de las comunidades, orientando el levantamiento de estos puestos.
No es la primera vez que la alcaldesa local encargada, se viene en contra del campesinado y sus organizaciones, de hecho, ha sido una constante en su ejercicio como funcionaria pública, renunciando a la concertación, el diálogo e imponiendo su visión, desde un discurso “tecnicista”. Y por eso, el campesinado hace también el llamado a que se tomen las medidas para el nombramiento del nuevo alcalde o alcaldesa local.
Hoy el campesinado sigue trabajando en este gran esfuerzo y mantiene a raya los posibles contagios, ya que la mayor preocupación es que ante un posible contagio no se tiene como atender a un enfermo, y las unidades médicas del territorio no cuentan con elementos para realizar pruebas y mucho menos con las capacidades para atender un contagiado, ya que a la desatención histórica del Estado en la garantía de derechos para el campesinado, se le suma que en el gobierno de Enrique Peñalosa, se le restó dramáticamente la capacidad de atención al servicio médico.
Ver vídeo: Sumapaz resiste al Covid-19, elaborado por Terrepaz, Don Jumento y Sintrapaz.
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