
Sara Zapata
@sagaza91
En el marco de la conmemoración del bicentenario de la independencia y la gesta libertadora, se realizó el Seminario Internacional Bicentenario y Paz, del 4 al 6 de julio del 2019 en la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga, desde allí sus participantes reafirmaron el compromiso con la paz, la vida, la solidaridad, el internacionalismo y la independencia de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe.
Con 15 invitados internacionales, entre ellos exministros, académicos y líderes sociales de países como Brasil, Argentina, Estados Unidos, Bolivia y Puerto Rico, se surtieron importantes debates en torno a la situación actual y a la historia de los países de la América Nuestra, de la conmemoración de los 200 años de la lucha de Bolívar y su ejército por fundar una gran nación.
Se desarrollaron diversos temas en torno a la campaña libertadora desde las raíces del concepto de América Latina y desde una mirada de género, también se habló de la paz de Colombia y de las luchas por los derechos sociales, políticos y ambientales. Hablamos con algunos de los invitados e indagamos sobre cómo entender la independencia en estos días.
Lo que falta para ser verdaderamente independientes
El profesor Julio Muriente Pérez, Doctor en geografía y profesor de la Universidad de Puerto Rico habló del colonialismo en su país tras 500 años bajo el yugo de España y luego de Estados Unidos. “¿Qué habría sucedido si la separación de Panamá no hubiera pasado, y si se hubiera realizado esa iniciativa del libertador Bolívar de unir este que es un subcontinente, es Nuestra América? Queda el sueño frustrado de independencia, sobre todo en Puerto Rico. Colombia es la muestra de la realidad del conjunto de Nuestra América, es por eso que se habla de la segunda independencia, para lograr el objetivo de lo que no se alcanzó en la primera: una independencia que no fuese solo un recambio en las relaciones de poder de burgueses criollos sustituyendo a la monarquía, sino una democracia verdadera”.
Según lo dice Muriente, falta mucho por hacer en nuestros países y de eso se trata el siglo XXI, “la lucha es contra el imperialismo moderno y la lucha por la paz, puede ser una paradoja, pero son dos momentos históricos, independencia pero para que este país pueda ser medianamente feliz y lograr la paz”.
Para el exministro de gobierno de Bolivia, el comunicador Hugo Moldiz Mercado, la independencia de su país en 1825, no cambió las relaciones de poder ni la forma de producir la violencia, sustituyó unos rostros por otros, ni la forma de producir y distribuir la riqueza cambiaron; por eso continúan los llamados a la independencia y tienen plena vigencia. “Hay una tarea inconclusa, no hay una independencia definitiva para Latinoamérica sin derrotar al imperialismo y sin modificar las relaciones de producción capitalistas, relaciones que nos condenan a la miseria y a la desigualdad”. También afirma que es momento de redefinir nuestro concepto de emancipación, “para tener derecho a ser debemos negar al otro, y ese otro es el imperialismo, construyamos una perspectiva que supere lo anticolonial y busquemos otro tipo de sociedad desde el buen vivir o desde simplemente el socialismo”.
La paz de Colombia, es la paz de la región
Fue muy reconfortante la solidaridad y el reclamo al gobierno nacional por la implementación de los acuerdos de paz, recordaron y compararon los procesos de paz que sucedieron en países como Nicaragua, El Salvador y Guatemala y destacaron la importancia de la experiencia colombiana como un proceso único y ejemplar, donde el centro son las víctimas.
Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro de Sao Pablo, plataforma que articula partidos y movimientos sociales anti neoliberales, de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe creado en 1990, confirmó que a pesar de haber retrocedido en algunos aspectos por estos nuevos gobiernos conservadores en la región, la apuesta del foro sigue en pie, “trabajamos por la integración regional e insertarnos en el mundo globalizado pero de una manera soberana donde se respeten las particularidades y los recursos naturales de nuestros países, también tenemos una apuesta muy importante hacia la paz de Colombia, es uno de los temas más importantes para el foro, por eso hemos estado presentes en ese proceso, hicimos una misión de observación política a los acuerdos de paz junto a expertos de la ONU, las organizaciones y el gobierno. También hacemos eco de la importante consigna de la Celac que es la declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz”.
Valente también confirmó que el foro se reunirá este mes en Caracas y que ya se sumaron al apoyo internacional a los diálogos en Noruega, “porque queremos conseguir la paz en Venezuela, respetando la soberanía de este pueblo, esta mesa puede ser un buen camino para esto”.
El fracaso de la lucha contra el narcotráfico
La lucha antidrogas liderada por Estados Unidos está en la agenda de la opinión pública, debido a las últimas declaraciones del gobierno de Trump, y por las cifras que ubican a Colombia como el primer país productor de cocaína en el mundo y el aumento considerable en los cultivos ilícitos.
Las organizaciones sociales en Colombia y alrededor del mundo están demostrando, que son los campesinos y la gente del común, la que está llevando la peor parte en esta estrategia militar que no soluciona un problema que persistirá mientras exista la alta demanda de narcóticos en los países más poderosos.
Se destacó la experiencia boliviana en la lucha contra el narcotráfico. “Nosotros expulsamos a la DEA en 2008 y sustituimos ese concepto de la guerra contra la drogas, que sin dudas ha fracasado, por un modelo propio que radicalmente reemplazó la política de la fuerza y enfrentamiento con los productores de coca, por un modelo de sustitución voluntaria. Llegamos a tener 40.000 hectáreas de coca, hoy tenemos entre 20 y 22 mil, que en su mayoría son de consumo legal, tradicional o son formas de industrialización”.
La profesora Madelyn Hoffman le dio un enfoque ambiental al tema, y reconoció que su país, Estados Unidos es uno de los culpables de la situación de América Latina, “la gente alrededor del mundo se ha unido en contra del glifosato, y 17 países lo han sancionado en sus territorios, los campesinos deben seguir rechazando el uso de este pesticida. También es global la lucha contra el fracking y por la sostenibilidad ambiental y económica”.
Criticó fuertemente a las multinacionales que vienen a saquear a lugares como Colombia con el apoyo las tropas militares. “No podemos tener mejoras en el medio ambiente si no tenemos paz, las multinacionales controlan los medios de comunicación en Estados Unidos y es la misma estrategia en Latinoamérica”. Hoffman habló de lo difícil que es ser activista ambiental en la región, pero resaltó que hay solidaridad y apoyo internacional incluso con organizaciones norteamericanas que pueden hacer visible lo que pasa en Colombia y ayudarlos a hacer presión con los representantes en el congreso y ayudar a proteger a los líderes. También se refirió al movimiento que hay en su país por denunciar y parar la llegada de bases norteamericanas en América Latina y en todo el mundo, que ya suman alrededor de 840, 9 de ellas en Colombia.
Fueron días de importantes discusiones de actualidad y de la vigencia histórica de la lucha por la independencia, y se avanza en la creación de un movimiento unitario, amplio y poderoso, de profundo arraigo popular, internacionalista y solidario, para la defensa de la paz, la vida, el medio ambiente, la cultura y los derechos de las mujeres, de los indígenas, de los afrodescendientes y de los sectores populares en general, de nuestra identidad, contra la colonización y las pretensiones imperiales en América Latina y el Caribe.