La juventud intensifica la acción colectiva

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Campamento humanitario en el Cauca

No se detienen los ataques y asesinatos contra jóvenes manifestantes ni se respeta el derecho constitucional a la protesta. Para contrarrestar esta situación, una iniciativa juvenil en el Cauca quiere llevar la política a los barrios y fortalecer el Paro

Yessica Arandia 

Hasta el momento, luego de que el Comité Nacional de Paro anunciara el pasado 15 de junio de 2021 la interrupción de la movilización orientando que se suspendieran las marchas constantes y bloqueos, así como darles paso a algunas movilizaciones puntuales priorizando a las asambleas populares y otros espacios de deliberación, el sector juvenil sigue siendo un ejemplo de tenacidad y resistencia en las calles.

Las vidas de la juventud están siendo arrebatadas por el Estado y por las fuerzas oscuras de los paramilitares, como queda en evidencia con el reciente caso del joven Santiago Ochoa que apareció desmembrado su cabeza en una bolsa de basura en Tuluá donde participaba de las protestas del paro como Primera Línea luego de ser capturado y desaparecido por el Esmad. Es imperativo seguir exigiendo respuestas por los casi 700 desaparecidos/as que van en más de 40 días de protestas.

Es así como la situación de represión estatal y paraestatal no se detiene en ciudades como Cali, Palmira, Tuluá, Popayán, Pasto, Armenia, Bogotá, que son además las que mayor movilización concentran. Los ataques y asesinatos de jóvenes manifestantes, artistas, los hostigamientos a jóvenes que cumplen labores de defensa de los derechos humanos, la falta de garantías para ejercer el derecho constitucional a la protesta sigue siendo pan de cada día en estos territorios.

En el Cauca se resiste

El departamento del Cauca ha sido históricamente territorio de resistencia popular, tanto por el papel que siempre han jugado las comunidades ancestrales, campesinas, los movimientos sin techo, las y los jóvenes para conservar sus tierras, sus tradiciones, así como para generar procesos de organización en torno a la construcción de paz. Desde el #28A, al igual que en todo el país, la población del departamento se mantiene en paro, a partir de diversas acciones y experiencias de movilización.

Para profundizar sobre el paro nacional en este departamento, la redacción juvenil del semanario VOZ dialogó con Sarah Klinger, dirigente estudiantil, militante de la Juventud Comunista Colombiana, miembro de la Comisión de derechos humanos de la Universidad del Cauca e integrante del Campamento social, popular, comunitario y humanitario.

¿Cómo está la situación de derechos humanos en el Cauca durante el paro?

-El estallido por el paro nacional conllevó necesariamente a que la gente se expresara en contra de todo lo que considera contradictorio para el beneficio colectivo del pueblo. Desde el primer momento fuimos miles de jóvenes quienes quisimos ingresar al Parque Caldas de la ciudad de Popayán (sitio de esparcimiento y de encuentro juvenil), con el fin de instalar allí diferentes actividades de manifestación tanto populares como culturales. Sin embargo, el acceso a este ha sido restringido, pues lo han tenido cerrado para contrarrestar estas acciones, hasta el punto que se convirtiera en un comando de la Policía desde donde se han atacado muchas movilizaciones en el marco de la pandemia.

Lo anterior ha desembocado desde el mismo 28 de abril en una serie de represiones por parte del Esmad que hasta el momento dejan como saldo más de 150 heridos, destacando 15 casos de lesiones y/o pérdida ocular, 40 detenciones arbitrarias, hechos denunciados de tortura, de violencia sexual y de amenaza. Como patrón de conducta existe una falta de respeto, odio y ataque a la prensa alternativa, brigadas de salud y defensores de derechos humanos.

En mi caso como defensora, miembro de la Comisión de derechos humanos de la Universidad del Cauca he denunciado un caso de detención y traslado arbitrario e ilegal, un ataque físico con piedras por parte de motorizados de la policía, reiterados hechos de violencia verbal y obstrucción del trabajo y dos hechos de amenaza contra mi integridad física, un hecho directo a mí y otro de manera colectiva en un panfleto que llega a mi correo electrónico y al de otros compañeros.

Sarah Klinger

La acción colectiva es prioridad

¿Qué es el Campamento Humanitario?

-El campamento social, popular, comunitario y humanitario es una decisión de una asamblea general de la Universidad del Cauca y desarrollado por el dinamizador de la misma, toda vez que se encontraban las puertas de la universidad cerradas y que en una ocasión tuvimos que tomarnos el campus para el resguardo de la gente que estaba siendo hostigada por el Esmad, se decide entonces, que la Universidad debía recuperar el carácter autónomo y solidario del campus, para las actividades del estudiantado, que hoy se encuentran enmarcadas en el paro nacional.

Es así como decidimos, entre diferentes procesos juveniles y populares de Popayán tomarnos la universidad e instalarnos con carpas, olla comunitaria de la cual participan personas de algunos barrios, actividades artísticas y culturales, entre otras. Al día de hoy, el campamento lleva más de 40 días de instalado, cuenta con participación de estudiantes, jóvenes barristas, jóvenes del movimiento Lxs Sin Techo, jóvenes de las diversidades sexuales a quienes les conocemos popularmente como “La Marikalle” y una gran variedad de sectores que se unen a este ejercicio en términos de la agenda pública y política, siendo un punto de referencia y encuentro para jóvenes de la ciudad.

¿Cuáles son las apuestas del Campamento?

-En términos generales es exteriorizar la política juvenil hacia los barrios y fortalecer la dinámica del paro. Por ello durante la última semana nos hemos estado moviendo en diferentes puntos de la ciudad a realizar lo que hemos llamado una escuela itinerante con la finalidad de formar liderazgos juveniles en los distintos barrios de la ciudad de Popayán. Con la escuela buscamos compartir con otros jóvenes y poder avanzar en un tejido social juvenil que permita la construcción de consensos sobre la política del paro, la dinámica y su acción en este momento de receso de la movilización.

Creemos que también es una respuesta ante la brutalidad policial, en la que como jóvenes y como movimientos sociales intensificamos la acción colectiva, la solidaridad, la necesidad de confrontar a este Gobierno que se ha encargado de perseguir y asesinar a esta juventud que solo está exigiendo garantías para vivir una vida digna.