…Y la lucha continua

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Zabier Hernández Buelvas
@ZabierHernndez

Reconozcamos sin ambages el resultado. Pero el resultado es un reto, es una escala en la larga lucha que traemos las fuerzas progresistas, democráticas, de izquierda y las ciudadanías libres que salen fortalecidas en el cierre de este capítulo.

La elección del representante de la extrema derecha colombiana Iván Duque, tiene dos caras opuestas, asume la dirección del Gobierno el sector más corrupto del bloque de poder dominante, sectores ligados al persistente paramilitarismo y mayoritariamente enemiga de la paz, pero por otro lado, por fin se logra cohesionar una gran fuerza democrática opositora que se expresa en las urnas con 8 millones de votos, cifra nunca antes lograda en elección alguna.

El bipartidismo corrupto del país y los enemigos de la paz concentradas al lado del nuevo presidente, contarán con una oposición de una bancada de decentes y demócratas encabezada por Gustavo Petro, Angela Robledo y 8 millones de colombianos y colombianas, que durante los próximos 4 años crecerá al acecho de un gobierno que aplicará las ya desgastadas formulas neoliberales de apoyo a los grandes empresarios y terratenientes en detrimento de los derechos de los más pobres.

Como en la lucha por la paz, terminado el proceso eleccionario presidencial, la continuidad de la construcción de una alternativa política en Colombia, vuelve al terreno de lo territorial. Será en los departamentos, municipios, comunas y distritos donde esta lucha continuará, siendo nuevamente las regiones y los territorios donde se ve la mayor expresión de conciencia política y donde se proyecta el contrapeso al poder dictatorial, corrupto y criminal que se avecina. Serán tiempos de movilización y lucha del pueblo campesino, cocalero, indígenas, de habitantes rurales que hoy se despertaron sin carreteras, sin puestos de salud y hospitales, de millones a los que la EPS no aprueba su medicamento o tratamiento.

Con la organización y movilización popular y social, se avecinan dos tareas centrales. La primera es la defensa e impulso de la consulta anticorrupción, tarea política que medirá nuevamente las capacidades de lucha del pueblo ante el nuevo gobierno, y la segunda, construir unidad de las fuerzas democráticas y progresista en los departamentos y municipios para elegir ediles, concejales, diputados alcaldes y gobernadores que asuman el liderazgo de construcción de paz territorial y los derechos humanos.

El resultado a diferencia del ambiente victorioso en las toldas del uribismo, muestra en esencia la unidad política de una gran fuerza de centro izquierda, transformadora e innovadora que cautiva y crece, fuerza que logró y avanzará en desatar el potencial del nuevo momento político y social generado por los acuerdos de paz de La Habana.