A pesar de las movilizaciones contra su machismo, en medio de la campaña presidencial de 2018, Brasil eligió como presidente al candidato de la ultraderecha. Hoy en día las mujeres no se rinden y se siguen pronunciando contra su nefasto gobierno
Renata Cabrales
@renatarelata
Las brasileras no lograron frenar las políticas antipopulares que serían evidentes con la elección del actual presidente. Ellas constituían la fuerza que inclinaría la balanza contra el candidato de la ultraderecha. Sin embargo, durante el pasado mes de agosto, mujeres que hacen parte de más de 130 pueblos originarios se encontraron en la capital del país con el fin de hacer un llamado a la población mundial sobre las políticas neoliberales del actual gobierno que van en contra de la protección del medio ambiente y contra la Amazonia.
De esta forma, Brasilia se convirtió durante cinco días, del 9 al 14 de agosto en la sede de la Primera Marcha de Mujeres Indígenas que coincidió con la conocida Marcha de las Margaritas. Las convocantes se citaron para debatir sus exigencias al gobierno, por el respeto de los derechos de las comunidades indígenas y campesinas, y para conseguir alianzas a la hora de realizar un pliego de peticiones. El lema durante la toma de la ciudad era: “Territorio: nosso corpo, nosso espirito”, “Nuestro cuerpo, nuestro espíritu”.
La gran marcha reunió también a representantes de todos los partidos de la oposición del Gobierno de Bolsonaro, que también están en desacuerdo con sus políticas ultraderechistas.
El origen de la gran movilización
Este año se realizó la sexta edición de la “Marcha de las Margaritas”, catalogada como la más grande movilización de mujeres rurales de Brasil. Alrededor de 100 mil mujeres campesinas, defensoras de los bosques y el agua hicieron parte de esta. La primera versión de este gran acontecimiento se organizó en el año 2000, y contó con la participación de 20 mil mujeres.
Así mismo, la marcha se realiza cada agosto en homenaje a Margarida María Alves, expresidenta do Sindicato dos Trabalhadores Rurais de Alagoa Grande, en el estado Paraíba. La lideresa campesina fue asesinada el 12 de agosto de 1983, por terratenientes de esa región del norte del país, según informe de los medios, pues, por mucho tiempo, el sindicato que ella dirigía había estado exigiendo el fin de la violencia en el campo y los derechos de las y los trabajadores.
Es importante resaltar que esta edición de la Marcha de las Margaritas coincidió con la primera “Marcha de las Mujeres Indígenas”, que movilizó a unas 1.500 representantes de diferentes etnias de todo el país.
Pliego de peticiones
Según datos del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada, IPEA, de Brasil, se comprobó que las mujeres campesinas contribuyen con la producción del 70% de los alimentos que consume la población, pero estas no tienen condiciones dignas de trabajo, pues su jornada diaria es de un promedio de 15 horas.
Algunos de los ejes políticos de la Marcha, que han sido publicados en medios locales, son:
Por democracia con igualdad y fortalecimiento de la participación política de las mujeres; por la autodeterminación de los pueblos, con soberanía alimentaria y energética; por la protección y conservación de la sociobiodiversidad y acceso a los bienes comunes; por tierra, agua y agroecología; por autonomía económica, trabajo y renta; por la autonomía y libertad de las mujeres sobre su cuerpo y su sexualidad; por una vida libre de todas las formas de violencia, sin racismo y sexismo; por un sistema previsional y asistencial público, universal y solidario, etc.
Las marchantes vienen denunciando, además, que desde el gobierno de Michel Temer, 2016-2018, fueron eliminadas la Secretaria de Políticas para Mujeres, SPM, y la Dirección de Políticas para las Mujeres Rurales -DPMR; escenarios que las mujeres habían conseguido después de muchos años de exigencias de sus derechos. El presidente Bolsonaro, con sus posturas misóginas y machistas, no demuestra ningún interés en poner fin a las políticas de opresión que vulneran a este 52 % de la población que hoy se moviliza por sus derechos.
La cuestión indígena
Uno de los objetivos más importantes de la movilización era el fortalecimiento de la oposición al gobierno de Bolsonaro, quien se supone “ha hecho retroceder 30 años” la cuestión indígena y, según palabras de Sônia Guajajara, una de las principales lideresas de la Marcha y candidata a la vicepresidencia en las elecciones del año pasado: “Si bien el peligro de los bosques y la Amazonía no es una novedad y han estado mucho tiempo en riesgo, la amenaza se profundiza. Bolsonaro y su petición de inversiones económicas para explotar aún más los bosques, minerales y otros recursos del país y convertir nuestros territorios en ‘tierras más productivas’ está asentando un duro golpe a nuestros pueblos”.
Sônia Guajajara, pasó de su comunidad a ser la primera indígena brasileña en una carrera presidencial, su discurso muestra claramente su oposición al sistema, pues manifiesta su lucha por el medio ambiente y por los derechos de los pueblos originarios: “Porque no existe un Plan B. Esta es la madre de todas las luchas, la lucha por la madre tierra. El mundo entero necesita venir al frente”, afirmó la lideresa en medio de sus exigencias por los derechos de las comunidades indígenas y campesinas y por la defensa y el cuidado del medio ambiente.