La memoria colectiva como resistencia

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Acto simbólico de las víctimas al inicio de la búsqueda de desaparecidos, Fase 1 en La Escombrera de la Comuna 13, en el año 2015. Foto Manuela Gónima

Tras 18 años de perpetrarse la Operación Orión en la Comuna 13 de Medellín, la búsqueda de la verdad sigue siendo la prioridad de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos

Sebastián Chingaté Sánchez
@cronopiorolo

El pasado 16 de octubre se cumplieron 18 años de la Operación Orión, suceso que ha pasado a la historia como una de las primeras sistemáticas violaciones a los derechos humanos perpetuadas al ingresar Álvaro Uribe Vélez a la presidencia; donde la complicidad entre Fuerzas Militares y grupos paramilitares en el contexto de la “seguridad democrática” se empezó a poner en práctica con todo vigor.

Si bien la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado en 2016 por su participación en la desaparición forzosa de civiles, y a su vez el Centro de Memoria Histórica también reconoció la autoría de las fuerzas militares por la complicidad en múltiples violaciones a los derechos humanos; en lo ocurrido entre el 16 y 17 de octubre de 2002 en la Comuna 13 de Medellín, hoy el uribismo sigue afirmando que la Operación Orión “fue una campaña exitosa contra la insurgencia”.

Así quedó evidenciado el pasado 16 de octubre cuando la cuenta de Twitter llamada “Legado de Álvaro Uribe Vélez”, bajo la etiqueta “#LaVerdadDeOrion”, en una serie de videos afirmaba: “Los enemigos de Álvaro Uribe han buscado deslegitimar con falacias la operación. Tanto es el afán de estos personajes, que llevan 18 años buscando en el lugar unas fosas comunes que no existen”.

Frente a esta actitud negacionista de los hechos, Adriana Arboleda Betancur, integrante de la Corporación Jurídica Libertad, la describe de esta manera: “Eso está acompañado de un ejercicio de impunidad, no solamente en el sentido jurídico, donde no hubo juicios o sanciones a los responsables, sino una impunidad acompañada de un discurso justificatorio, hasta el día de hoy negacionista de lo que allí pasó, de violación de derechos humanos y de desmemoria, se quiere imponer un relato contrario al de las víctimas y a la realidad de lo que ha pasado.”

Los abusos en cifras

De igual forma, Adriana comenta cómo la justificación de un operativo con más de 1.500 hombres se cae por sí solo por sus propias inconsistencias, donde el discurso de atacar a la guerrilla terminó atacando a la población con 80 civiles heridos, 17 homicidios cometidos por la Fuerza Pública, 71 personas asesinadas por los paramilitares, 12 personas torturadas, 92 desapariciones forzadas y 370 detenciones arbitrarias, según la Corporación Jurídica Libertad.

Adriana Arboleda

“En Orión hubo más de 350 personas privadas de la libertad, de las cuales años después solo llegaron a juicio ocho personas que se probó que eran milicianos, todas las demás eran trabajadores, habitantes de los sectores, y la mayoría jóvenes, porque si hay alguien criminalizado son los jóvenes, y muchos de esos jóvenes privados de la libertad fueron desaparecidos. En lo trabajado en la JEP tenemos una base de datos de 450 víctimas de desaparición forzada, de las cuales el pico más alto es del 2002 y del 2003, por tanto, estas son las verdades de la Comuna 13 de las cuales no habla el uribismo. La operación Orión la ordenó directamente el expresidente Uribe amparado en unos decretos que había expedido días después de haberse posesionado como presidente el 7 de agosto de 2002”, relata Adriana en conversación con VOZ.

Voces de las víctimas

Este semanario se puso en contacto con Margarita Restrepo, víctima en el marco de la Operación Orión y hoy miembro de la organización Mujeres Caminando por la Verdad, para que relatará su caso y el avance de este tras 18 años de los sucesos ocurridos.

¿De qué manera usted es víctima de Orión?

-Soy víctima de la operación Orión porque mi hija fue desaparecida el 25 de octubre de 2002. Desde antes de la desaparición de mi hija yo siempre he tenido esa capacidad para ser la voz de otros, de apoyar y ayudar a las personas que lo han necesitado, he tenido esa capacidad de ser líder independiente de la Comuna 13 en el sector, muchas personas querían postularme para la acción comunal, pero yo nunca lo acepté debido al conflicto que se vive con los grupos armados. Entonces, siempre trabajé como líder independiente, esto me ha creado grandes problemas porque debido a esta situación me señalaron como guerrillera, en especial, por la fuerza pública.

¿Su hija desaparecida también desempeñaba esta labor social?

-No, era señalada como la hija de la guerrillera. Mi niña era menor de edad, ellos estuvieron un tiempo en un grupo de jóvenes donde jugaban básquet y hacían deporte, recogían las basuras del mismo barrio, eso era todo lo que hacían durante un tiempo, pero eso se desunió debido a que cualquier labor social a favor de la comunidad siempre iba a ser malo y en contra de los grupos armados. En todo caso, mi niña nunca fue eso, ella era señalada como la hija de la guerrillera; y la guerrillera era supuestamente yo.

¿Desde entonces no sabe nada de ella?

-Cuando mi hija fue desaparecida un viernes, no me recibieron la denuncia hasta el lunes por que tenía que esperar 72 horas, no hubo poder humano que escuchara las lágrimas ni los desesperos para que me recibieran una denuncia. Yo estuve buscándola en Medicina Legal, hospitales, bases de la policía tratando de encontrarla. Pienso que la desaparición de estos jóvenes se podía haber evitado porque ellos para el lunes estaban vivos, esto por una llamada que hicieron que la Fiscalía rastreó e hicieron un allanamiento adonde se supone que los tenían, pero ya se los habían llevado. Desde ahí no he sabido nada de ella, y yo perdí mucho la fe de que estén vivos aún.

Margarita Restrepo

El perdón

¿Cómo ha sido el proceso de sanación en Mujeres Caminando por la Verdad?

-En todas estas muestras de resistencia, de valentía y de amor son muchos los logros que hemos tenido en la organización, uno después de levantarse al estar caído en una guerra y solo ver correr sangre y fusiles por todos los lados es algo muy traumático, donde le queda uno una guerra en su mente. Creo que estar donde estamos es un logro muy grande y que muchas de las mujeres de la organización hemos buscado esa sanación a través de cosas de memoria, se nos ha desarrollado la mente y el sentir del alma a través del dolor. Por ejemplo, unas lo expresan a partir de manualidades, otras a través de poemas, del deporte, yo por ejemplo he compuesto canciones, las he cantado; y aunque no sea cantante y no haya nacido para ello, he expresado mi dolor con las canciones.

Hoy en el marco de la paz se habla del perdón ¿Qué opina usted del perdón?

-Qué pregunta más difícil para tocar las fibras de una mamá. Yo en ese momento no puedo decir si yo perdono, tengo que hacer todos esos procesos para después perdonar, creo que este proceso sí lo lograría al menos yo, porque soy una de las que más insisto en cada entrevista que no solamente las organizaciones de la Comuna 13 necesitan una reparación colectiva o individual. La comuna 13 toda necesita una reparación porque toda fue revictimizada, toda sufrió el conflicto y allí una de las maneras de repararla es que el señor expresidente Álvaro Uribe le pida perdón, reconozca el daño que hizo, que reconozca que generalizó a la Comuna 13 como zona de guerrilleros.

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