La naturaleza de la UP: darle felicidad al pueblo

0
5745
Foto Boris Orjuela.

Hernán Camacho

El Congreso de la Unión Patriótica tiene una relevancia para los tiempos venideros. La colectividad nació para la paz, para las reformas, para ser gobierno y ejecutar programas en beneficio de las mayorías excluidas. Su esencia no ha cambiado a pesar de las dos décadas de guerra sucia y de haber inquietado a un establecimiento feudal que prefirió el exterminio que confrontarla en democracia.

De la naturaleza de la UP podemos reconocerle su honestidad. Prometió ser bastión de la solución política al conflicto en el marco de los diálogos de la insurgencia de las FARC-EP y el Estado colombiano en Casa Verde. Lo logró con lujo de detalles. En medio de las conversaciones de paz, en aquella época, la UP cautivo al pueblo colombiano y lo entusiasmo con su propuesta de apertura democrática, consiguiendo que las elecciones en marzo de 1986 fueran los primeros plebiscitos en favor de parar la guerra. Y lo hicieron sin mentiras ni engaños al elector.

Cumplió también la tarea de gobernar con promesas sencillas: planes de gobierno construidos desde las comunidades. La UP fue vocera de las realidades regionales y encabezó, junto a los ciudadanos, las soluciones de los problemas cotidianos dándole la prioridad a los temas fundamentales: salud, educación y desarrollo social. Lo que llamamos justicia social.

“País de Todos, Gobierno de Todos” fue la consigna que llevó a la UP a ser fuerza parlamentaria y gobernar bajo unas lógicas radicalmente opuestas a la politiquería roja y azul de aquellos tiempos. Fueron 24 alcaldías estratégicas para el desarrollo de las regiones, todas gobiernos populares con ascendencia social y con resultados visibles.

Desde la bancada parlamentaria elegida en ese mismo año se propuso, una reforma agraria integral, la regulación de la propiedad y el uso de la tierra, descentralización del poder entregándole capacidades de gobierno a municipios.  Reforma laborales profundas para darle mayores garantías a todos los trabajadores del país, una reforma urbana integrando los conceptos de planeación y superación de pobreza en las urbes y el estatuto de la oposición, entre otras.

Ese relámpago de la UP que sacudió al pueblo colombiano con políticos de rostros familiares, cercanos, plebeyos si se quiere; asustó al establecimiento y su burguesía. Los inquietó por una sencilla razón, la UP logró remover del imaginario social que la política no era para una clase exclusiva. Y demostró que se podía hacer política sin robarse un peso.

El pueblo colombiano escucha cada tanto y cada vez con más frecuencia, los escándalos de corrupción ligados al Estado colombiano. El caso de la refinería de Cartagena, Reficar, es apenas una muestra de cómo la clase política que gobierna es capaz de raspar la olla en 15 billones de pesos y hacer como si no pasara nada. O permitir que los contratistas de turno sean los patrocinadores de las campañas de políticos regionales, locales o nacionales para que luego estos le entreguen la contratación del Estado.

La decepción de los ciudadanos con la política no ha cambiado en décadas. La UP tiene un vasto campo para reconquistar la esperanza. Y el Congreso UP que se avecina es para debatir la propuesta política y de gobierno upeista. Y lejos de separarnos de nuestra naturaleza, pues la propuestas deben se audaces y encantadoras, vamos a proponer en concreto al pueblo colombiano soluciones.

Por ejemplo: una reforma de desarrollo urbano que superar el déficit de vivienda en el país con la implementación de una política pública que cumpla la meta de construir y entregar 500 mil viviendas en cuatro años de gobierno para 500 mil familias colombianas. Además de un plan de financiación para compra de viviendas nueva o usada. En esencia será democratizar el crédito hipotecario y ponerle cortapisa a la burbuja inmobiliaria.  Porque dicen que tener casa no es riqueza, pero no tenerla…

La segunda propuesta concreta es la reducción del rubro de guerra del presupuesto nacional. Para el año 2016 Defensa se llevó 39.4 billones, en concreto la propuesta es reducirlo a 20 billones de pesos y los 19.4 restantes serán trasladados a la educación, con un énfasis en planes y programas educación pública en los grados preescolar y primaria.

El mismo traslado presupuestal se haría en lo que tiene que ver con el pago de la deuda pública pues a ese rubro se va casi la mitad del presupuesto nacional 51.5 billones de pesos. Reducir el pago de la deuda a 40 billones y el ingreso restantedejarlo para la salud. Mientras que se adelanta un periodo de transición de un régimen privado de las tradicionales EPS a uno público financiado con los aportes de los colombianos y el Estado, se debe crear una EPS pública para la atención en salud de los colombianos sin restricción alguna; e iniciar una política pública en prevención y así redistribuir los gastos en la atención a los colombianos.

Tres cambios sustanciales que les permitirán a los colombianos y colombianas solucionar sus necesidades básicas carentes. Eso es la UP, darle felicidad al pueblo colombiano.

@camachohernan