La ciencia es cada vez más importante en el proceso de organización, de ajuste y de dirección.
En su forma más extrema la teoría de la nueva clase obrera afirma que la sociedad occidental está a punto de entrar en una nueva era “posindustrial” o “poscapitalista”. Esta era estará dominada por una nueva fuerza de producción: El conocimiento. El factor clave del desarrollo social ya no será el capital, sino la producción y la aplicación del conocimiento científico y técnico.
Dado este nuevo factor, las relaciones sociales problemáticas ya no serán las que se daban en el proceso de fabricación (entre el capitalista y el obrero), sino las que surgirán de la producción del conocimiento. Este hecho implica a dos fundamentales áreas institucionales: las universidades, y, las industrias y los departamentos gubernamentales basados en la ciencia.
En lugar de creer que estos desarrollos traerán consigo el surgimiento de una nueva “elite” de “expertos”, algunos teóricos –como C.S. Mallet y Alain Touraine- prevén la aparición de una vanguardia de expertos técnicos de la nueva clase obrera compuesta de obreros manuales calificados, técnicos y algunos de los cuadros directivos e ingenieros, que estarán más interesados en un cambio revolucionario que en la defensa de intereses sectoriales.
La ciencia es cada vez más importante en el proceso de organización, de ajuste y de dirección. Por consiguiente la universidad, “prepara, de modo especial a través de las ciencias sociales, a personas que llevarán a cabo las funciones de integración y de manipulación sin las que el sistema social y económico no puede desarrollarse.
La conciencia de clase se manifiesta con mayor fuerza no entre los obreros que están situados a los márgenes o excluidos de la sociedad, sino entre los técnicos de las grandes organizaciones. Estos participan del crecimiento económico y al mismo tiempo son capaces de comparar el poder de las organizaciones con la facultad creadora del conocimiento y de la técnica.
Elliot, David y Ruth: El control popular de la tecnología, Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona España 1980, páginas 157 y 158.