La otra cara de una visita cuestionada

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Ningún pronunciamiento se conoce del papa Francisco por la visita de Marta Lucía Ramírez. Foto Vatican Media

La vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez comenzó visitó al papa Francisco y al primer ministro. Tuvo varios desencuentros, entre ellos, el reclamo por la muerte de un cooperante italiano y el llamado de parlamentarios a entregar “respuestas serias y menos propaganda política” sobre la grave crisis humanitaria en Colombia

Carolina Tejada
@carolltejada

Mientras Marta Lucía Ramírez, con su doble poder, habla de los éxitos de su agenda en Italia, varias son las percepciones de su recorrido que inició con el encuentro en Roma con el Papa Francisco, el Ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Luigi Di Maio y empresarios de este país. Además de la inauguración de una calle que lleva el nombre de Gabriel García Márquez.

El silencio del Papa

Semana y media ha pasado desde la reunión con el Sumo Pontífice, con el que Ramírez asegura hablaron sobre los avances en la implementación del Acuerdo de Paz y el diálogo social, el liderazgo de Colombia en equidad de género, la protección a los migrantes y el cuidado del medioambiente, la lectura que tienen analistas y que se sustenta en el bagaje que tiene el Papa sobre la situación política y social colombiana, es que el silencio del sumo pontífice ante la visita de Ramírez, lo dice todo.

El Papa, tal y como lo ha evidenciado en declaraciones de meses atrás, no solo está al tanto de la situación en Colombia, sino que ha realizado llamados al gobierno colombiano para lograr la unión del país y el cese del conflicto armado. Ese mismo clamor lo expresó cuando se adelantaban las manifestaciones pacíficas del paro nacional y cuya respuesta institucional fue la violencia. En el mes de mayo, el pontífice exhortó “a todas las personas a evitar, por razones humanitarias, conductas perjudiciales para la población en el ejercicio del derecho a la protesta pacífica”.

En el mes de julio de 2021, el Papa envió un emisario a Colombia para participar en una “Comisión de Verificación Internacional”, se trata del Monseñor Bruno Marie Duffè sacerdote francés, filósofo y teólogo especialista en temas de ética social, humanitaria y política y en procesos de paz. En el reporte de 10 puntos que le entregó monseñor al Vaticano el 9 de agosto, deja clara la necesidad del diálogo en Colombia: “Si No Hablamos (…) Las Piedras Gritarán”.

En su informe expresó: “La respuesta del Estado es una «represión violenta, brutal y desmesurada» con acciones extremas: amenazas de muerte contra manifestantes y sus familias, detenciones, torturas, mutilaciones, agresiones sexuales; asesinatos de jóvenes y niños de menos de 16 años” y asegura: “Esta agresión física –que caracteriza la represión al movimiento social, quiere destruir, no solamente el movimiento mismo, sino también el cuerpo social, con el maltrato a los cuerpos de los actores”.

Según menciona el investigador social Cristiano Morsolin, la vista de Ramírez, “nos hace recordar otros momentos en donde el Papa se pronuncia frente a la crisis humanitaria en Colombia y respalda desde el Vaticano a Monseñor Monsalve, así como a monseñor Barreto en Chocó”, haciendo referencia a la labor y al llamado que desde estos territorios han hecho para frenar la guerra.

“Respuestas serias y no propaganda política”

La canciller y vice presidenta mencionó en su balance de agenda que todo fue un éxito. Lo que no expresó fue que, dentro de la agenda diplomática con el Ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Luigi Di Maio, estaban vinculados, no el discurso de la paz a secas, sino el apoyo a los Acuerdos de Paz, los desafíos contra la corrupción, así como la investigación en el caso de la muerte del cooperante Italiano Mario Paciolla, quien hacía parte de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas asignado a la oficina de San Vicente del Caguán en Caquetá y quien fue encontrado muerto en extrañas circunstancias el 15 de julio del 2020 en su apartamento en este municipio.

Precisamente, ocho congresistas de cámara y senado de este país, entre las que se encuentran Paola Nugnes, Elena Fattori, Doriana Sarli, enviaron el 25 de octubre al Ministro Luigi Di Maio, un llamado frente a la reunión con Ramírez; por violación de derechos humanos en Colombia y asesinato del cooperante Mario Paciolla.

En la misiva expresaron que “nuestro gobierno debe dejarle claro a la Vicepresidenta que Italia no puede mantener relaciones comerciales o institucionales con gobiernos que permitan la impunidad por las matanzas masivas de personas inocentes como sucedió en Colombia”. Además, enfatizaron en que, se debía exigirle a Ramírez “respuestas serias y no propaganda política” sobre la impunidad de los crímenes cometidos por la fuerza pública en el país, además del de Paciolla.

Hay que resaltar que, en al caso de la muerte de Paciolla, las autoridades colombianas señalaron el hecho como un suicidio, pero las investigaciones desde las autoridades italianas han evidenciado elementos que brindan otras lecturas sobre esta muerte. Es importante mencionar que, Piaciolla, hizo parte de la elaboración del informe de la ONU que registró el bombardeo del Ejército Nacional que asesinó a 18 niños y niñas en la vereda Aguas Claras en el Caquetá, en agosto de 2019 y cuyo escandalo le costó el puesto al exministro Guillermo Botero.

El investigador Cristiano Morsolin, expresó que en la visita de Ramírez “se le está cuestionando la muerte de Mario Paciolla, por lo que su familia pide justicia y verdad. Hay impunidad y al parecer hay mucha responsabilidad del gobierno colombiano en este tema”, refiriéndose a las pruebas que se presentaron desde Colombia y las investigaciones de la Fiscalía italiana que indican que al parecer fue un asesinato. El silencio sobre este caso ha sido generalizado desde el gobierno nacional, de allí su importancia para el ministro italiano.

El rechazo social

La carta del grupo de congresistas no fue la única reacción ante la visita de Ramírez. Organizaciones de la sociedad civil e integradas en la red humanitaria Tejidos Resilientes denunciaron la instrumentalidad de la presencia de la vicepresidente Ramírez de mostrar al mundo exterior un rostro benévolo y pacífico, cuando es la violencia y el «emblema de la corrupción en el país» lo que representa Ramírez. Mientras se inauguraba la calle dedicada a Gabriel García Márquez, el escritor y Nobel de Literatura colombiano que durante toda su vida denunció la violencia en Colombia.

En una de estas misivas, ciudadanía colombiana en el exterior denunció: “La oligarquía colombiana lo definió -haciendo referencia al Nobel- con rencor como “el guerrillero de izquierda del lápiz». Los colombianos nos preguntamos por qué la vicepresidenta de Colombia que representa la élite actual del país se presenta en Roma bajo la apariencia de una persona democrática” y la señalan de ser “responsable de algunas masacres, de la fuerte represión de las protestas de este año”, y de ser el “emblema de las personas relacionadas con la corrupción y el poder que Gabriel García Márquez atacó directamente toda la vida, no solo en sus libros, sino también en artículos y declaraciones públicas”.

La jornada de inauguración de la calle Gabriel García Márquez también fue acompañada por un mitin de quienes rechazaron la presencia de la vicepresidenta y canciller, y exigían justica frente a los crímenes cometidos en Colombia. Por su parte, el investigador social, Cristiano Morsolin, expresó que “es importante la visita de Ramírez a Italia para que reconozca la autoridad moral y política del Papa Francisco y que escuche las recomendaciones que seguramente el pontífice le ha dicho, para que tenga otras visiones de determinación de los pueblos”.