La paz es el camino, Carlos Lozano Guillén

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Reseña de un libro urgente para la pedagogía de paz. Con una narrativa diseñada y pensada con el profesionalismo periodístico del autor, se convierte en un indispensable punto de referencia sobre el proceso de paz, hoy hostigado por los enemigos de la democracia en Colombia

Rosendo López

Extraordinaria investigación publicada por la editorial Teoría & Praxis en conjunto con el semanario VOZ, del periodista Carlos Lozano Guillén. Son doscientas cincuenta y nueve páginas, donde se plasma con una pluma amena y elegante una reconstrucción, a manera de comparación, de los diferentes procesos de paz.

Son tres capítulos. El primero, explica con lujo de detalles los antecedentes de las conversaciones de La Habana; allí se engarzan, inteligentemente, como una unidad temática, la formación por el expresidente Turbay Ayala de una Comisión de paz encabezada por Carlos Lleras Restrepo y John Agudelo Ríos. Este es el punto de partida del investigador Lozano, de allí en adelante y bajo un influjo de búsqueda de la verdad emergen los protagonistas de los diferentes procesos: expresidentes, insurgentes, presiones de Washington, sindicatos, desplazados, estudiantes, entre otros. Se finaliza este capítulo con una obra maestra: una crónica nombrada: La última vez que vi al comandante Marulanda.

El segundo capítulo, dedicado a crónicas, donde hablan los dirigentes y comandantes de las FARC. Son 13 entrevistas deleitables, bien escritas, donde los guerrilleros nunca hablan de la guerra sino del futuro, es decir la terminación definitiva del conflicto.

El tercer capítulo: La paz es el camino, es un segmento de la historia reciente, arranca con el discurso de la insurgencia y el gobierno en Noruega; el almanaque marca: octubre de 2012. En vibrante artículo, Carlos dibuja lo acontecido, y sin tapujos afirma:

Desde la “gran prensa “hubo insultos, mientras que las cadenas privadas de televisión, Caracol y RCN, cortaron de manera abrupta la transmisión de la rueda de prensa con la delegación insurgente. ¡Cuánta pequeñez! Y se atreven a hablar de ecuanimidad y libertad de prensa (p.146).

Es obvio que desde los discursos en Oslo -De la Calle e Iván Márquez- se vislumbraron puntos de vista diferentes sobre la paz; hacia adelante, y es lo más importante, el arco iris de los que promueven la paz se ha ampliado y se ha configurado un espíritu de paz que copa todos los espectros ideológicos y políticos. Así las cosas, la paz no tiene propietarios: No es del presidente Santos, ni de la insurgencia. Es un derecho del pueblo colombiano; y el pueblo es diverso étnicamente e ideológicamente.

El libro de Carlos Lozano, es necesario para la pedagogía sobre la paz, seguramente algunos desde la perspectiva puritana ideológica intentarán descartalo por la formación marxista del autor. Orientación y militancia que Carlos nunca escondió. Todo lo contrario. Siempre la deja entrever en sus análisis. Lo importante, aquí, es que la narrativa está diseñada y pensada con un profesionalismo investigativo que necesariamente se convierte en un punto de referencia importante sobre el tema.

rlopezg@udistrital.edu.co