Manuel Antonio Velandia Mora
El 4 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual, una iniciativa promovida por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) desde 2010. El lema de este 2021 es Turn it on (enciéndela): la salud sexual en el mundo digital. Cuando alguien necesita un dato sobre cualquier tema lo primero que piensa es buscando en la Internet. Sexo es la palabra más buscada en todo el mundo, pero entre el sexo y la sexualidad hay una gran diferencia.
El sexo es un dato eminentemente biológico, así la gente diga que “tener sexo” es equivalente a tener relaciones genitales, no es lo mismo. La sexualidad abarca todo lo que somos como seres humanos sexuados.
Usualmente se piensa que el ejercicio de la sexualidad debe ceñirse a un “deber ser”, pero como decía Agrado, el personaje de Almodóvar, en Todo sobre mi madre: una es más feliz y cuanto más se acerca a lo que siempre ha querido ser. La felicidad parece muy lejana de ese “deber ser” y estar mucho más cercana al acercarse al “querer ser”. Pero no siempre es fácil vivir el “querer ser”, el bullying, el acoso, el sexteo (envío de mensajes sexuales, eróticos o pornográficos), el estigma y la discriminación, la pena de muerte o el asesinato, la falta de trabajo afecta a quienes no se autorizan ese “deber ser”.
La finalidad de esta efeméride es concienciar a la población acerca de la promoción de la diversidad sexual, así como la salud sexual reproductiva y no reproductiva de una manera placentera, sin discriminación o riesgos y los derechos sexuales; cabe aquí señalar que no sólo tienen derechos sexuales quienes se reproducen sino también quienes no tienen como meta la reproducción.
Asimismo, al hablar de salud sexual evidentemente es necesario divulgar información acerca de los factores de riesgo, enfermedades de transmisión sexual y sus formas de transmisión, así como las precauciones pertinentes para una vida sexual saludable.
La tecnología al volverse un espacio recurrente en el que pasamos muchos momentos de nuestro día a día, que propicia conexiones que llevan a acceder y expandir contenidos e informaciones que pudiesen ir a favor de la salud sexual y los derechos sexuales, esto va a depender de lo adecuado y oportuno de estos mensajes.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación aportan a la promoción de la salud sexual herramientas idóneas para conseguir que la comunicación promueva una implicación en el autocuidado de la salud, especialmente, en grupos a los que no se llega con métodos tradicionales, como son los jóvenes.
Las redes sociales son fundamentales en el ámbito de la salud pública. Las App son plataformas que debieran servir para la consulta de datos importantes y recomendación, y esto suele ser hacen; en las apps se encuentran datos sobre el tamaño del pene, el tipo de prácticas que la persona desea, si usa o usa sustancias psicoactivas durante la práctica, si las hace sólo por placer o también ha encontrado en ello una fuente económica, si está en la misma calle o a pocos kilómetros… Por supuesto que las Apps también se encuentran personas que se van llevar como recuerdo todas sus pertenencias.
No estoy diciendo que las apps deban prohibirse. La historia del sida nos muestra que tratar de tapar el sol con un dedo no fue de gran ayuda a los países que cerraron los lugares de encuentro. Las Apps son los nuevos lugares de encuentro, las personas ya no suelen mirar a los ojos, prefiere mirar la pantalla del móvil así que deberíamos buscar que las apps se volvieran nuestras aliadas. Existen apps y plataformas orientadas a la sexualidad, así como aplicaciones con sistemas de citas o enfoques lúdico-sexuales. Es muy fácil acceder a los datos, pero son menos las apps que realmente producen información; con información quiero decir que aquello que se informa está científicamente fundamentado. El problema radica en que siempre se logre discriminar entre lo confiable y aquello que no lo es.
Pareciera que cuando una persona dice sí a un posible parnert en una de ligue estuviera diciendo sí a otras situaciones. Por supuesto cuando uno acepta un intercambio genital en una de estas apps aparecen retos adicionales como los relacionados con la privacidad, el consenso, el consentimiento informado, la confidencialidad. La red multiplica las posibilidades, pero también no se expone a posibles amenazas, como el acoso sexual, el “bullying” y otras violencias sexuales.
El uso de la tecnología requiere pensar en un nuevo marco de referencia y de conceptualización de la salud y los derechos sexuales: necesitamos aprender a integrar las tecnologías en la vida de las personas, en un entorno ético de derechos humanos y con los retos propios de la pandemia por el covid-19.
¿Qué es la Salud Sexual?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud sexual como «un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia».
La sexualidad abarca aspectos como el cuerpo, el sexo, el género, la genitalidad, el erotismo, el placer, la reproducción y la no reproducción, la intimidad. Se expresa en pensamientos, valores, creencias, deseos, actitudes, roles y prácticas.
No se trata, por tanto, de la disfunción o ausencia de enfermedad, o de ambas. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen.
Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS)
La Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) es una organización internacional creada en el año 1978 que agrupa a organizaciones no gubernamentales, sociedades científicas y profesionales en el área de la sexualidad humana, cuyo objetivo principal es promover los derechos sexuales, fundamentados en los derechos humanos universales para una adecuada salud sexual. Promueve la salud sexual a través de campañas, eventos y actividades educativas en diferentes regiones del mundo.
Velandia afirmaba hace cinco años en una conferencia en Alicante, España: Mientras pensemos que el referente del mundo para los seres humanos es la igualdad, no será posible el reconocimiento de la diversidad y en consecuencia se seguirá negando el sentido pleno de la unicidad. Yo le apuesto a la equidad en la construcción del vínculo y el respeto.
Los derechos sexuales se fundamentan en los derechos humanos universales que ya están reconocidos en los instrumentos internacionales y regionales sobre derechos humanos, en constituciones y leyes nacionales, en principios y estándares de derechos humanos, así como en el conocimiento científico relacionado con la sexualidad humana y la salud sexual.
Los Derechos Humanos También son Sexuales, Los Derechos Sexuales También son Humanos
Manuel Velandia, hizo una presentación en el «Primer Simposio Ética y Sexualidad» noviembre de 1998, Medellín. Organizado por la Sociedad Colombiana de Sexología, publicado en Revista Latinoamericana de Sexología. Bogotá: Volumen 13, n.1, 2 y 3, p.84 – 89, 1998, bajo el título: Derechos de Human@s: Derechos Sexuales, una lista de derechos y las explicaciones que venía trabajando desde 1991, en la que exponía que estos derechos no podían centrarse solamente en quienes se reproducen y en las mujeres, sino también teniendo en la mira las sexualidades no reproductivas de todos los seres humanos.
Al respecto, en 1992 en la Fundación Apoyémonos se publicó un cartel que ilustra esta nota y un artículo en la revista “Apoyémonos información en Sida”, cuyos 250.000 ejemplares se distribuyeron gratuitamente junto con un condón inserto en cada una, el 1 de diciembre de ese mismo año, que fue repartida gratuitamente como inserto en el periódico El Espectador.
Mi primera ponencia sobre el tema, en un evento científico, fue en la Javeriana (1995), la llamé “Tolerancia y minorías sexuales” y fue publicada en la Revista Pastoral Xaveriana, Volumen 3 Números ½, en la misma universidad. A la segunda ponencia sobre el tema fui invitado por el hoy senador Iván Cepeda, la titulé “Los derechos humanos también son sexuales, los derechos sexuales también son humanos” (1996). Fue publicada en “Duelo, Memoria y reparación”, publicado por la Fundación Manuel Cepeda Vargas/ Defensoría del Pueblo/ Ministerio de cultura, 1998.
Es importante recalcar que Eli Coleman, quien fue presidente de la WAS, y que actualmente es el director del Programa de Sexualidad Humana de la Universidad de Minnesota, también venía trabajando sobre el tema; pero que mi propuesta se centraba en que también se reconocieran los derechos de quienes no teníamos la reproducción como meta de nuestro intercambio genital. Eli fue el primer sexólogo importante de talla mundial y con peso internacional en darle importancia a mi propuesta de los “Derechos Sexuales entendidos como Derechos Humanos”.
Las propuestas de Coleman y Velandia fueron la base de la discusión en el XIII Congreso Mundial de Sexología, Sexualidad y Derechos Humanos, realizado en Valencia, España, en donde el 29 de junio de 1997 se promulgó la Declaración de Valencia de los Derechos Sexuales.
Coleman fue uno de nuestros invitados internacionales en el «Primer Simposio Ética y Sexualidad» organizado por la Sociedad colombiana de Sexología en Medellín, Simposio en el que presentamos el manifiesto de los Derechos Sexuales o declaración de Valencia
A continuación, presento el listado de derechos sexuales contemplados en los derechos humanos, en su versión más reciente:
El derecho a la igualdad y a la no-discriminación.
El derecho a la vida, libertad y seguridad de las personas.
El derecho a la autonomía e integridad del cuerpo.
El derecho a una vida libre de tortura, trato o pena crueles, inhumanos o degradantes.
El derecho a una vida libre de todas las formas de violencia y de coerción.
El derecho a la privacidad.
El derecho al grado máximo alcanzable de salud, incluyendo la salud sexual que comprende experiencias sexuales placenteras, satisfactorias y seguras.
El derecho a gozar de los adelantos científicos y de los beneficios que de ellos resulten.
El derecho a la información.
El derecho a la educación y el derecho a la educación integral de la sexualidad.
El derecho a contraer, formar o disolver el matrimonio y otras formas similares de relaciones basadas en la equidad y el pleno y libre consentimiento.
El derecho a decidir tener hijos, el número y espaciamiento de los mismos, y a tener acceso a la información y los medios para lograrlo.
El derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión.
El derecho a la libre asociación y reunión pacíficas.
El derecho a participar en la vida pública y política.
El derecho al acceso a la justicia y a la retribución y la indemnización.
Salud sexual para todas, todos y todes
En el Centro de Atención Integral a la Diversidad Sexual y de Géneros CAIDS – G Sebastián Romero, todas, todos y todes son el motivo de nuestra actuar. Nos interesa la salud sexual reproductiva y no reproductiva de las personas de los sectores LGTBI y de las diversidades de géneros y cuerpos. Comprendemos que la salud sexual es integral, por eso nuestros servicios también responde a dicha integralidad.
Para vivir plenamente la sexualidad es necesario asumir plenamente el cuerpo, por eso con nuestros aliados ofertamos servicios relacionados con el yoga, la biodanza y una serie de talleres a los que denominamos Katarsis. Nuestro equipo de profesionales psicosociales apoya desde la psicología y el trabajo social. Contamos con una serie de estudiantes quienes en su función de pasantes se forman para acompañar talleres y otro tipo de procesos abiertos a las personas de estos sectores.
La salud sexual por supuesto también preocupa a padres y madres, y nuestros profesionales les acompañan buscando que puedan construir mejores relaciones con sus hijos, hijas e hijes, creando las condiciones para que la salud sexual relacionada con lo emocional se viva en las mejores condiciones posibles, con el respeto y la solidaridad que el amor alimenta.
La salud sexual también se relaciona con la salud física y por eso tenemos programas y que las personas pueden hacerse pruebas para diagnosticar la presencia de diferentes infecciones de transmisión sexual, al respecto las personas pueden recibir apoyo emocional antes y después de hacerse la prueba como también para aprender a manejar el diagnóstico y uso de medicamentos cuando esto se hace necesario.