La situación del conflicto saharaui

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La intervención militar de Marruecos ha roto 29 años de esfuerzos para alcanzar una solución pacífica y democrática en el Sahara occidental. Foto Telesur

Ante el estallido del conflicto entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos, VOZ reproduce este artículo sobre la lucha del pueblo saharaui por su libertad y autodeterminación

Salamu Hamudi*

La lucha del pueblo saharaui comienza desde el primer momento de la llegada del colonialismo español, allá por 1885. Es un pueblo pacífico y acogedor, pero valiente y luchador, especialmente ante la arrogancia de las potencias ocupantes e imperialistas y ha demostrado a lo largo de la historia de que para él no existe la rendición. Y como muestra, su valentía en pleno siglo XXI por su libertad, pero esta vez contra la ilegal ocupación marroquí de su tierra, el Sahara Occidental.

Localizado en la costa atlántica del África noroccidental, el Sahara Occidental fue una colonia española hasta 1975, cuando fue invadido y ocupado ilegalmente por dos países vecinos, Marruecos y Mauritania. El Sahara Occidental es muy rico en recursos minerales. La traición de España, actual potencia administradora del territorio, provocó una guerra larga y sangrienta liderada por el Frente Polisario, el movimiento que había luchado por la independencia de España, pero pronto comenzó a luchar contra la ocupación de Marruecos y Mauritania.

Esta última se rindió a finales de los años setenta, dejando el frente de batalla entre el legítimo representante del pueblo saharaui, el Frente Polisario, y Marruecos. Después de 17 años de guerra, y gracias a la intervención de las Naciones Unidas, se firmó un acuerdo de alto el fuego en 1991 entre ambas partes en conflicto, con el compromiso de celebrar un referéndum de autodeterminación, donde los habitantes del Sahara Occidental puedan elegir de forma pacífica su destino.

Territorio invadido

El pueblo saharaui, dividido entre dos partes, una en los actuales campamentos de refugiados en el sudeste de Argelia (donde dependen de la ayuda exterior), y la otra, bajo el yugo militar de Marruecos en los territorios ocupados del Sahara Occidental, está aún pendiente de aquel incumplido compromiso de la Comunidad Internacional de un referéndum de autodeterminación, obstaculizado siempre por la intransigencia de Marruecos, con la clara connivencia de potencias occidentales como Francia, Estados Unidos y España, que constantemente avalan sus atropellos a las resoluciones y artículos de las Naciones Unidas, que año tras otro corroboran el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia de su territorio.

Desde hace más de 20 años la situación apenas ha cambiado. Las Naciones Unidas se han involucrado en la búsqueda de una solución pacífica del conflicto mediante un referéndum de autodeterminación, a través del auspicio de negociaciones que han fracasado. Igualmente, desplegó la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental, MINURSO. Además del nombramiento de una serie de enviados personales del Secretario General de la ONU al Sahara Occidental (el actual, nombrado en 2009, es el estadounidense Christopher Ross).

Referendo aplazado

Y aunque como cada año, se sigue apostando por la vía legítima de un referéndum de autodeterminación, la comunidad internacional aún no ha podido aplicar ese principio, y da siempre la oportunidad a Marruecos de seguir practicando la ocupación en el Sahara Occidental. La ocupación de ese territorio ha provocado que Marruecos sea el único país africano que no es miembro de la Unión Africana, debido a la presencia en este organismo de la República Árabe Saharaui Democrática, RASD, fundada por el Frente Polisario en 1976.

A eso hay que añadirle el hecho de que Marruecos también tuvo un grave conflicto con el mismísimo exsecretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por la visita de este último a la región a principio del mes de marzo de 2019. Tras haber guardado silencio durante todo el desarrollo de la visita de Ban Ki Moon, que se desarrolló entre Mauritania, Argelia y los campamentos de refugiados de Tinduf (sede del Frente Polisario), más una visita a Bir Lahlu (los territorios saharauis liberados por el Polisario), el gobierno marroquí reaccionó con inusual dureza contra el Secretario General acusándolo de no ser “imparcial”.

Y la locura llegó cuando también expulsó a unos ochenta miembros civiles de la MINURSO de los territorios ocupados del Sahara Occidental, un hecho que el Polisario condenó de forma enérgica. Dentro de ese torbellino, Ban Ki Moon publicó a mediados del mes de abril su habitual informe anual sobre el Sahara Occidental, donde insistió en el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia. Y exhortó a las partes, Marruecos y el Frente Polisario, a entrar en negociaciones directas, partiendo del principio inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación, como así lo recogen cientos de resoluciones de la ONU.

Igualmente, Ban Ki-Moon, después de señalar que no ha habido avances significativos en la solución del contencioso, advirtió de las graves consecuencias que pueden derivarse de socavar la tarea de la MINURSO en el Sahara Occidental, subrayando que el mandato de esta misión sigue siendo la organización del referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental, supervisar el alto al fuego y conservar la situación militar.

Violaciones de derechos humanos

Además de eso, Marruecos es acusado constantemente por organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, por las habituales violaciones de los derechos más elementales en el territorio ocupado del Sahara Occidental, y han solicitado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a que de competencias de observaciones de estos atropellos a la MINURSO, la única misión del mundo que no cuenta en su haber con mecanismo de monitoreo en esta materia.

Igualmente debido a su intransigencia en este conflicto, Marruecos recibió desde el Tribunal de Justicia de Luxemburgo de la Unión Europea, una dura sentencia a finales de 2018 que invalidó el acuerdo comercial entre la UE y Marruecos por incluir el territorio del Sahara Occidental, debido a que se encuentra incluido, desde 1963, en la lista de Territorios No Autogobernados (No Autónomos), bajo el Capítulo XI de la Carta de las Naciones Unidas.

Recientemente se ha celebrado la segunda mesa redonda sobre la cuestión saharaui en Ginebra, Suiza, bajo los auspicios del Enviado Personal del Secretario General de Naciones Unidas, Horst Kohler. Este encuentro se efectuó los días 21 y 22 de marzo de 2019. En el mismo han participado las dos partes en conflicto, el frente Polisario y Marruecos, por una parte y por otra los dos países vecinos como partes interesadas. Los debates se han centrado en temas inherentes a la cuestión saharaui. A pesar de ellos Marruecos, la fuerza ocupante de una porción de territorio saharaui intenta tergiversar y manipular, transfigurando los conceptos y las resoluciones de Naciones Unidas con el fin de crear confusión e intentar de esta burda manera imponernos el hecho consumado de la ocupación ilegal de nuestra patria.

De esta forma, Marruecos, apoyado por Francia y Estados Unidos, se encuentra aislado debido a su ilegal ocupación del territorio del Sahara Occidental. Y como últimos malabarismos, constantemente busca también el aval económico y político de otras dictaduras que financian sus armamentos para utilizarlos contra el pueblo saharaui, cuya única arma es el derecho internacional, la legalidad y la razón de ser libre como cualquier pueblo, al precio que sea y el tiempo que sea necesario.

* Presidente de la Liga de Periodistas Saharauis en Europa, SPL

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