Declaración política del 22 Congreso del Partido Comunista Colombiano
Las y los comunistas colombianos nos dirigimos al pueblo todo, para comunicar con orgullo que hemos celebrado y concluido con éxito el 22 Congreso de nuestro Partido. Surgido de las luchas obreras, campesinas y populares en la búsqueda de un futuro digno, de justicia social y democracia avanzada, el Partido Comunista Colombiano ha mantenido continua incidencia en la vida nacional, pese a la persecución política y haber sido tratado de manera sistemática como enemigo interno, con base en la doctrina de la seguridad nacional.
- Sobre los Acuerdos de la Habana
El 22 Congreso ha tenido lugar en un momento excepcional de la vida del país. La aspiración histórica por una solución política negociada para poner fin a la guerra contrainsurgente se ha hecho realidad con los Acuerdos de La Habana entre el Gobierno y las FARC-EP y, gracias a ellos, se ha abierto la posibilidad real de dar inicio a un ciclo de transformaciones que pueden avanzar hacia la democratización de la sociedad colombiana. Observamos con admiración la persistencia y el gran esfuerzo realizado por la guerrilla de las FARC-EP para lograr un acuerdo final, transitando un camino lleno de obstáculos. Nuestra política durante las últimas décadas, no ha escatimado esfuerzos para contribuir, con importantes sectores del movimiento social, populares y democráticos, a la causa de la paz con justicia social.
La consolidación del acuerdo de paz es el reto más importante que enfrenta las fuerzas democráticas y revolucionarias de nuestro país. Entendemos que los acuerdos de La Habana son una oportunidad para emprender las necesarias transformaciones de la sociedad colombiana. Sientan las bases para lograr importantes cambios en el agro colombiano, para la democratización de la vida política, para reconocer la centralidad de los derechos de las víctimas del conflicto, particularmente del derecho a la verdad y para poner en marcha un sistema de justicia propio de una solución política.
Impulsaremos la intervención activa de las y los trabajadores y el pueblo organizado, para que lo convenido sea un proceso de construcción de condiciones reales materiales y su implementación tenga una base en recursos del presupuesto.
Los acuerdos cualifican la contienda política en la medida en que habilitan condiciones para que pueda haber una separación definitiva entre armas y política. Ante la dejación definitiva de las armas por parte de las FARC, el Estado debe renunciar a la violencia y al uso de las armas contra el pueblo, debe combatir el paramilitarismo y desmontar su andamiaje financiero. Impulsaremos el Pacto Político de garantías de No Repetición.
Es una excelente noticia para el país y para el campo popular y democrático el hecho de que las FARC-EP se conviertan en partido político legal, con una bancada parlamentaria propia y continúen sus luchas en defensa de los intereses de las clases populares.
Con las FARC-EP compartimos una historia de resistencia popular, un presente por consolidar la paz y la aspiración de construir futuro haciendo parte de un amplio proceso de unidad y de gran convergencia democrática.
- La paz en el orden internacional
La perspectiva de construir la paz democrática con justicia social en nuestro país se desenvuelve en un contexto de la mayor complejidad, tanto en el orden internacional y global, como en la situación de Nuestra América. Asimismo, en lo que concierne a la correlación política y social de fuerzas en nuestro país.
Los comunistas no somos indiferentes frente al destino de los pueblos del mundo; nos alientan el mayor sentido de la solidaridad y el internacionalismo. Acompañamos todas las luchas sociales y populares que se llevan a escala planetaria contra las diversas expresiones del orden social capitalista, seguimos con atención y preocupación la inestable configuración del orden mundial.
- Rechazar la amenaza de guerra, la militarización y el saqueo de recursos energéticos.
Tras la denominada guerra al terrorismo basada en viejas prácticas imperialistas por el control territorial y el saqueo de recursos estratégicos para la acumulación capitalista, particularmente energéticos, se ha asistido a la restricción de derechos civiles y políticos y a una creciente militarización de la vida social, imponiéndose la llamada agenda de seguridad como algo de la mayor prioridad. Con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, además de darse continuidad a políticas ya existentes, entre ellas la expansión de bases militares, los pocos avances hacia regulaciones estables del orden mundial se han visto sensiblemente afectados, a lo que se agrega el fortalecimiento de posiciones que alientan el chauvinismo y refuerzan aquellos proyectos políticos de derecha que, a escala planetaria, reivindican falsos nacionalismos y la demagogia hacia sectores sociales afectados por la crisis.
Asistimos al resurgimiento de políticas y prácticas fascistas que ponen en peligro la paz mundial. La presencia de China, Rusia e Irán en el contexto mundial, sin que represente un bloque compacto político internacional si constituye una contención para prácticas imperialistas más extendidas y abre la posibilidad de consolidar un tipo de organización multipolar, en todo caso más favorable para los pueblos del mundo.
4 Trump profundiza el militarismo y el intervencionismo en América latina
Son preocupantes las líneas de continuidad y profundización de las políticas imperialistas. Militarismo e intervencionismo, la pretensión de acceso a recursos estratégicos, el control político sobre gobiernos de la Región, la reversión de proyectos democrático populares y progresistas en posiciones de gobierno, continúan siendo propósitos de la política estadounidense, que con el Gobierno de Trump adquieren nuevos impulsos, como se aprecia en Cuba y Venezuela. Por las características de Trump y su entorno ultraconservador no es descartable incluso la intervención militar directa. Es indiscutible que con Trump la ultraderecha y sectores de la derecha han tomado nuevos bríos. El 22 Congreso llama a hacer conciencia de la amenaza que significa Trump, a denunciar y movilizar la respuesta popular a los nuevos aires agresivos del imperio.
5 Solidaridad con los pueblos y los procesos democráticos de América Latina y el Caribe
Toda nuestra solidaridad a Cuba contra el infame bloqueo; nuestro rechazo al desmonte de los tímidos avances en la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
Nuestro apoyo a la revolución bolivariana y al pueblo de Venezuela, sometidos hoy a la más feroz ofensiva de la derecha que busca propiciar condiciones para el intervencionismo militar directo de los Estados Unidos, calcando modelos de desestabilización y de producción de crisis, ya probados con relativo éxito en otros lugares del planeta. En Venezuela, un gobierno y un pueblo defienden la revolución y han llamado a una Constituyente soberana para encontrar salidas a la crisis provocada.
El destino de Cuba y Venezuela es el destino de Nuestra América. Nuestra solidaridad y apoyo a los procesos de cambio de Bolivia y Ecuador, de Nicaragua, El Salvador y Uruguay y, en general, a todas las luchas de los pueblos por democracia y buen vivir.
6 Por la construcción regional de una perspectiva socialista
Necesitamos comprender de mejor manera el momento político de Nuestra América, más allá de las evidentes dificultades y conflictividades incluso del propio campo popular. Estamos viviendo un momento de intensa disputa por el destino de la Región. Debemos contribuir a que se consolide la perspectiva de una inflexión histórica a favor de las causas de la verdadera democracia y de la perspectiva socialista. Nuestro mejor aporte a ese propósito, consistirá en contribuir a que la perspectiva de la construcción de una paz estable y duradera en nuestro país sea una realidad material de impacto continental.
7 Por la Unidad y la Convergencia, con base social popular
Se hace imperioso producir la derrota de la ultraderecha y el militarismo. Alcanzar ese propósito es posible si se logra concretar el más amplio proceso de unidad y convergencia. Con un gobierno de transición a la democracia, amplio y progresista, surgido de un movimiento de convergencia comprometido en la causa de la consolidación de la paz, del respeto a sus acuerdos con los insurgentes y con las necesidades más sentidas de las regiones, de las y los trabajadores, de las capas medias y del conjunto del país. Significa que es fundamental avanzar a una nueva correlación de fuerzas en la lucha social y política para conjurar las amenazas de los enemigos de la paz y las inconsecuencias del gobierno que entorpecen el cumplimiento estricto de la implementación del Acuerdo de La Habana y de otros acuerdos posibles.
8 Apoyo a los diálogos con el ELN y garantías para el iniciarlos con el EPL
La nueva correlación de fuerzas es también indispensable para que avance afirmativamente el diálogo del ELN en Quito con su exigencia de cese al fuego bilateral, medidas humanitarias y participación ciudadana, como también para que el Estado dé las garantías y abra conversaciones con el Ejército Popular de Liberación.
9 Unidad Política y Social: construcción de un bloque histórico y popular de la Izquierda y sectores independientes
La unidad del campo popular es fundamental y debe ir en dirección a crear mecanismos de coordinación y unidad de acción con la Unión Patriótica, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, corrientes socialistas, sectores de izquierda del Polo y de los Verdes, MAIS, ONIC, sectores independientes y el nuevo partido de las FARC-EP. En este contexto apoyamos las iniciativas para la protesta social y la preparación de un paro cívico nacional. También el impulso de un proceso constituyente que está en la perspectiva de los cambios por venir. Surgen las condiciones objetivas y subjetivas para la configuración de un Bloque Histórico y Popular como una unidad política y social para las transformaciones democráticas avanzadas.
10 Elecciones del 2018: unidad, programa básico, bancada de izquierda y candidatura presidencial de convergencia.
Frente al reto electoral de 2018 proponemos practicar una política coherente, para reagrupar y potenciar nuestros acumulados, con listas unitarias al legislativo para una bancada significativa de la izquierda, en torno de un programa básico y protocolos de entendimientos para una candidatura presidencial de convergencia, con aspiración de triunfo desde la primera vuelta.
11 La Unidad de los comunistas
La unidad de los comunistas es una tarea central. Es un proceso que se debe construir a todo nivel, a través de los contactos y conversaciones entre las direcciones nacionales y también en las regiones y los territorios con acciones comunes en el campo político y social. Existen experiencias de los seminarios nacionales, los contactos de los comités regionales y locales del partido con los ex combatientes en las zonas veredales. Es un trabajo paciente en que se deben superar diferencias, prevenciones y construir confianzas. Es necesario establecer una hoja de ruta conjunta, fijar cada paso que debe ser en firme con la convicción que la unidad de toda la familia comunista será el objetivo trazado.
12 La renovación y fortalecimiento del PCC al calor de las movilizaciones populares
La idea central de la política organizativa que nace de este congreso es la de la renovación del Partido, de su política, de sus métodos de trabajo con las masas, de su estilo organizativo, de su labor teórica y comunicacional, a la vez que la renovación de su composición de clase, étnica, de género y generacional.
Ello toma sentido en la dinámica de los nuevos fenómenos sociales, el resurgimiento de la movilización popular y las iniciativas de la cultura democrática, desde el gran paro agrario de 2013, los paros campesinos, las mingas y paros afro, los movimientos cívicos de Buenaventura y Chocó, los paros del magisterio y estatales, las protestas del movimiento petrolero, las movilizaciones de jóvenes y mujeres en respaldo a la paz, de los defensores del medio ambiente y LGTBI, los movimientos culturales de masas como el Festival Internacional de la Poesía de Medellín y el Festival Popular de Teatro en Bogotá; o en los actos preparatorios del 19º Festival Mundial de la juventud y los estudiantes en Moscú, con sus eventos preparatorios entre ellos el 11º Festival Nacional de la juventud a celebrarse en Medellín, que ponen a prueba la capacidad de vinculación con las masas y el arte de dirección en las líneas de orientación comunicacional, el compromiso y el crecimiento del Partido, aunados a una renovada labor de educación política y formación de cuadros de carácter intensivo y ampliado a los espacios unitarios en construcción. El enfoque de género exige la lucha colectiva por los derechos de las mujeres y diversidades y el propósito de avanzar hacia la paridad. VOZ, Taller, las redes, la propaganda y la educación cobran un papel esencial para el trabajo partidario.
La libertad de las y los presos políticos es a demostración más diáfana del valor de la paz.
Saludamos la libertad de las y los presos políticos, entre ellos los camaradas David Ravelo Crespo y Huber Ballesteros. Nos solidarizamos con las protestas y reclamamos la liberación inmediata de las y los prisioneros de la insurgencia mediante la ley de Amnistía. Pedimos la libertad del ex concejal Gil Trujillo. El retorno al país y la liberación de Anayibe Rojas (a. Sonia). Pedimos prioritariamente al gobierno tramitar la repatriación y libertad inmediata de Simón Trinidad.
¡En los Aniversarios 87 de nuestro Partido, Centenario de la Revolución de Octubre, 60 años del semanario VOZ, 50 del asesinato del Che; 30 años de la ignominiosa masacre de la JUCO en Medellín; fieles a la identidad internacionalista y al legado bolivariano, los comunistas estaremos a la altura del compromiso con el pueblo colombiano y sus esperanzas de paz, igualdad y felicidad!
¡Viva 22 Congreso del Partido Comunista!
¡Viva la unidad del pueblo colombiano!
¡Viva el internacionalismo bolivarista y antimperialista latinoamericano!
Bogotá, julio 16 de 2017
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO