La UP no se amedrenta

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La Unión Patriótica se va mantener en la justa electoral del 2018.

Trabajar con mayor empeño es la respuesta de la última UP a la amenaza recibida

Hernán Camacho
@camachohernan 

El pasado 12 de octubre a las instalaciones de la sede nacional de la Unión Patriótica y el Partido Comunistas en la localidad de Teusaquillo, en Bogotá, llegó un sobre cuyo contenido era una amenaza de muerte a los integrantes del comité Ejecutivo de ese partido. El panfleto fue firmado por el estado mayor de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

La amenaza anuncia un plan pistola contra la Unión Patriótica, declarando a sus directivos objetivos militares, a quienes exige renunciar a sus cargos a más tardar el 20 de octubre. Además de hacer público un desistimiento de participar en las elecciones del próximo año. La amenaza también llegó a la sede de la Corporación Reiniciar, cuyo encuentro nacional de víctimas de la UP inicia el próximo 19 de octubre y se extiende hasta el 21 de ese mismo mes.

Antecedentes

Para las directivas del partido esta nueva amenaza hace parte de un plan sistemático para sabotear la implementación de la paz y la apertura democrática que trae consigo la firma de los acuerdos. Según el vicepresidente de esa organización, Felipe Santos, las amenazas son muy graves para el momento que vive el país, después de ser testigos de una masacre perpetrada por policías en Tumaco y ver como la aprobación de la reglamentación de la Justicia Especial de Paz naufraga por las artimañas de la derecha colombiana en el parlamento. No hay duda que detrás de las amenazas a la UP hay fuerzas políticas de la derecha colombiana.

“Lo cierto es que las amenazas provienen de un grupo militar, respaldado por un grupo político que no quiere que participemos en las elecciones del próximo año. Aquí el plan sistemático contra la paz va desde actuar contra la UP hasta perpetrar atentados a las FARC y luego amedrentar a toda la sociedad. Quieren polarizar al pueblo colombiano para buscar réditos electorales. No puede haber otro rumbo para el país que la democracia y la reconciliación. Nuestra propuesta política y la de las fuerzas de izquierda revolucionaria van contra la corrupción y en favor de la paz y esas dos posturas no son favorables para la extrema derecha”, señaló Felipe Santos, vicepresidente de la UP.

Participarán en elecciones

Otra de las voces más importantes para la UP es la de la directora de la Corporación Reiniciar, Jahel Quiroga, quien expresó que nadie de la UP se va ir del país, ni el partido dejará de participar en elecciones por un panfleto: “la UP se ha ganado su puesto en el país y no va a permitir que lo saquen con violencia por pensar diferente”.

La Fiscalía ya inició las investigaciones, pero miembros de la dirección de la UP coinciden en que dichas amenazas tienen un carácter distinto. “Son amenazas bien redactadas y con información sensible de los diez nombres que aparecen allí. Además, el panfleto tiene una carga política muy fuerte que no deja de llamar la atención, pues la principal petición es que no participemos en las elecciones del año venidero”, indicó Pável Santodomingo, directivo de la colectividad.

Los enemigos visibles

En comunicado a la opinión pública, la Junta Nacional de la Unión Patriótica, señaló que son evidentes los ataques al proceso de paz con amenazas directas o con provocaciones legislativas como lo hacen el Centro Democrático y Cambio Radical: “los enemigos declarados y soterrados de la paz, se retiran de las sesiones del Congreso de la República, donde se van a aprobar los textos para la implementación de los acuerdos de La Habana. Diferentes formas que conducen al mismo resultado, el saboteo a la paz desde la derecha y sus diferentes sectores. Mientras unos disparan, asesinan, amenazan, otros hacen la parte política, engavetan los proyectos, desbaratan los quórums necesarios y se preparan para conformar la alianza que les garantice el triunfo en las elecciones del 2018, para hacer trizas los acuerdos de paz”.

Lo que se confirma es la existencia del paramilitarismo en todas sus formas. Ya no solo son grupos que desarrollan violencia armada en los territorios más apartados de Colombia, sino en la capital del país.

Ante esa situación la vicepresidenta de la colectividad, Jahel Quiroga, indicó que los grupos paramilitares autores de las amenazas “no podrían actuar a sus anchas sin el apoyo y complicidad de la fuerza pública”. Y agregó que en la región del Urabá antioqueño, muchas organizaciones de víctimas le entregaron al Ministerio del Interior, en época de Juan Fernando Cristo, un mapa de la existencia de grupos paramilitares y sus apoyos en la fuerza pública y hasta ahora no se conoce ninguna acción policial en su contra.

La solidaridad de las organizaciones sociales y de víctimas no se hizo esperar. Desde el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, se exigió a la Fiscalía General de la Nación, investigar los hechos y establecer la responsabilidad material e intelectual de estas amenazas. Y le exigió a la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, “que se encargue de establecer las políticas públicas para desmontar toda clase de organizaciones criminales que continúan atentando contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales y movimientos políticos que trabajan en la construcción de paz”.

Interlocución

La UP hizo un llamado al presidente Juan Manuel Santos, para que se siente con ellos y analice la grave situación por la que atraviesa, no solo la implementación de los acuerdos sino la grave amenaza en contra de esa colectividad: “Solicitamos al presidente una reunión urgente para tratar este grave asunto de falta de garantías para con la Unión Patriótica. Hemos buscado una audiencia y se han cerrado los caminos de intercambiar opiniones con la institucionalidad que usted representa”.

La dirección de la Unión Patriótica expresó su agradecimiento por sentirse acompañada: “gratitud a las distintas expresiones de solidaridad de los sectores políticos afines a la paz y de los sectores sociales que nos han acompañado y entendemos que esa amenaza no solo es en contra de la Unión Patriótica, sino en contra de la esperanza de una paz estable y duradera para Colombia”.