Las elecciones: Una opinión femenina

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Aída Avella candidata al concejo por la UP y Clara López candidata a la alcaldía de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo.

Una izquierda fraccionada, atomizada, caudillista y sectaria, con poca generosidad, con intereses y liderazgos personales muy fuertes, les impidió ver que la unidad no es un discurso, que es una práctica política, que debe estar por encima de reclamos procedimentales

Aída Avella candidata al concejo por la UP y Clara López candidata a la alcaldía de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo.
Aída Avella candidata al concejo por la UP y Clara López candidata a la alcaldía de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo.

Chila Pineda*

A las mujeres las elecciones del 25 de octubre pasado, nos dejan mucho que pensar. Las mujeres de izquierda y de los sectores democráticos nos comprometimos con la campaña de Clara López a la alcaldía y con Aída Avella al Concejo de Bogotá, los resultados son preocupantes en tanto que en el caso de la alcaldía, Enrique Peñalosa fue el único candidato que no asistió a la convocatoria que hicimos a la candidata y los candidatos para que la agenda de las mujeres fuera incluida en los planes de gobierno. Las únicas que incorporaron esta agenda en su programa fueron Clara López y Aída Avella.

El triunfo de Peñalosa no fue limpio, no fue en franca lid, no es legítimo, no olvidemos que Vargas Lleras, de quien recibió el mayor apoyo, en el pasado se reunía con Mancuso, y ocho de sus senadores fueron vinculados en el 2008 con el paramilitarismo.

El Concejo de Bogotá pierde sin Aída Avella como cabildante

En cuanto a Aída Avella, duele el fraude contra la Unión Patriótica en Bogotá. Aída representa la esperanza, la dignidad y la memoria de un partido que fue sacado a sangre y fuego del escenario político hace 30 años; el retorno de la Unión Patriótica es garantía para el proceso de paz, y para la construcción de un gran Frente con grandes sectores democráticos para avanzar en la defensa de la causa popular, por una paz con justicia social y enfoque de género, por una democracia radical, directa, que incluya a las mujeres, y un nuevo orden social para el buen vivir.

Aída en el Concejo sería prenda de garantía para el control político, para vigilar, debatir y controvertir de manera independiente a la nueva administración y sus compromisos adquiridos con los grandes capitales de la construcción, del transporte, el metro, la banca y los contratistas que emprenderán los megaproyectos de obras civiles. Además, está comprometida con la defensa de los recursos públicos para la inversión social en los sectores de mayor vulnerabilidad económica y social y con los derechos de las mujeres.

Se perdió en Bogotá

La pérdida de la Alcaldía Mayor de Bogotá, se debe a factores externos e internos, lo más fácil es tratar de justificarnos y decir que toda la culpa la tuvo la campaña mediática; es urgente hacer un debate serio en la izquierda, analizar los factores externos ajenos a nuestra voluntad y los factores internos de manera objetiva, no para darnos látigo, sino para recuperar la confianza y fortalecer el proceso de unidad y convergencia que se gestó en estas elecciones.

Los análisis tendrán que incorporar la crisis estructural del capitalismo y su modelo neoliberal, que a pesar de la crisis, sigue gobernando una clase política a favor de los grandes capitales y unas élites desprestigiadas, que requieren de un sistema electoral que les garantice mantenerse en el poder.

Factores externos

• El sistema electoral obsoleto que no da garantía de transparencia, independencia, eficiencia e idoneidad técnica, tecnológica y política para el manejo de unas elecciones tan reñidas, donde nuevas fuerzas como la Unión Patriótica no contaron con las condiciones mínimas para que sus votos no se desaparecieran.

• La matriz mediática construida para desprestigiar a la izquierda, no descansó en este propósito un solo minuto, desde que amanecía hasta que anochecía la misma cantaleta, ineficiente, incompetente, la desgracia de Bogotá son los gobiernos de izquierda; los medios de comunicación actuaron como partidos políticos, manipularon la opinión pública, con la cuña vote bien, descaradamente nos decían por quién no hay que votar, usaron como herramienta para el manejo de la ciudadanía las encuestas contratadas y pagadas por los mismos medios de comunicación, para orientar la intención de voto, para cercenar la decisión autónoma de elegir libremente, los medios de comunicación no tuvieron un criterio de equilibrio democrático para cubrir estas elecciones.

• Los medios de comunicación son una amenaza para la democracia, la campaña de odio dirigida contra la izquierda, acusada como inepta, ineficiente, corrupta, descalificó e invisibilizó los logros de los gobiernos de izquierda, hechos que fueron haciendo mella en la intención de voto.

• Esa campaña de desprestigio no fue dirigida contra Petro como persona, fue una campaña contra la izquierda y el derecho de la izquierda a gobernar, desde el poder se escuchaba decir: hay que hacer lo que sea, para sacar a la izquierda de la alcaldía, y en la alcaldía estaba Petro con su equipo.

• Un sistema político que restringe las minorías, de partidos clientelistas, ligado a los grandes capitales y al paramilitarismo, ríos de plata para la compra de votos, las campañas dirigidas como empresas electorales, para comprar conciencias ligado a los controles ineficientes por parte de las autoridades electorales.

• Se montaron como los problemas fundamentales la seguridad y la movilidad y con ello explotaron la insatisfacción de la ciudadanía, no se hizo un estudio técnico y objetivo sobre las causas estructurales del problema de la movilidad, no se habló del derecho al trabajo.

• Fue una campaña desigual, las grandes masas de dinero con los que contaron los candidatos de la burguesía nos ponían en condiciones de desigualdad.

• La abstención sigue siendo importante, para Bogotá fue del 48%.

• El factor de la misoginia, expresado en el matoneo y la violencia contra Clara López.

Los factores internos

• La crisis y la división interna del Polo le restó fuerza a la campaña.

• Un Polo excluyente, incapaz de organizar y coordinar de manera amplia la campaña, generó alrededor de la candidata, una guardia pretoriana impenetrable, la coalición no pudo funcionar.

• No se organizó con la convergencia un grupo amplio coordinador y orientador de la campaña, que diera lineamientos, mensajes claros y organizara el trabajo, cada cual por su lado haciendo lo que podía, en las elecciones la desarticulación es fatal.

• Una izquierda fraccionada, atomizada, caudillista y sectaria, con poca generosidad, con intereses y liderazgos personales muy fuertes, les impidió ver que la unidad no es un discurso, que es una práctica política, que debe estar por encima de reclamos procedimentales, ¿qué puede entender el campo popular de estas posturas?, hubo personas de la izquierda que no votaron, con esa actitud ayudaron a Peñalosa, eso de cada cual por su lado, cala en la opinión pública y no genera confianza.

• La unidad electoral de la izquierda llegó muy tarde y no tuvo tiempo, ni lugar para hacer un trabajo articulado.

Se imponen retos

• Demandar una reforma profunda al sistema electoral que está hecho para que los partidos tradicionales y la clase política le metan la mano a su favor.

• La construcción de un gran Frente Amplio, democrático, más allá de la izquierda, con un liderazgo, amplio y popular, para el cumplimiento y la implementación de los acuerdos de la paz.

• Organizar y apoyar la movilización popular por la paz, la democracia y la justicia social.

• La unidad de la izquierda debe superar los egos mayúsculos, una izquierda sin hegemonismos, capaz de liderar los acuerdos de paz y ser opción de poder popular.

• La experiencia sobre las elecciones no solo puede quedar en el terreno de la práctica política, debemos trabajar por la garantía de la participación política de nuevas fuerzas.

• Demandar la democratización de los medios de comunicación, como garantía de la paz y de la democracia.

• Superar la desarticulación entre la lógica discursiva del centro y la vida real, que se expresa fundamentalmente en las regiones que toman sus decisiones de acuerdo a las condiciones concretas y con ellas van interpretando la vida real.

• Hacernos la autocrítica y apoyar el análisis de las elecciones en cada región y saber objetivamente, qué pasó, cómo pasó y por qué pasó.

• La construcción de nuevos liderazgos populares, sin personalismos, ni protagonismos y con gran capacidad de comunicar desde el corazón, el alma, los cambios que requiere un país en paz.

* Economista y feminista.