Las peleas sindicales en los Estados Unidos

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Protesta de los trabajadores de la planta de ensamblaje de Ford en Chicago. Foto UAW

En un país donde el gran capital manipula al Congreso, la desprotección de los trabajadores solo cambiará con la proliferación y el fortalecimiento de los sindicatos

Redacción Internacional

Hace unas semanas, por invitación de un docente de la Universidad Nacional de Medellín, estuvo en el país Jana Silverman para dar unas charlas y cátedras sobre trabajo de cuidados, y trabajo y género. Además, para asistir como ponente en el Congreso de la Asociación Colombiana de Estudios de Trabajo, en la Universidad Javeriana, y fortalecer relaciones con partidos amigos o los afiliados al Foro de Sao Pablo.

Jana Silverman es la directora de un centro de estudios académicos sobre el trabajo en la Universidad de California, sede Santa Cruz, y coordinadora de la Secretaría Internacional de Socialistas Democráticos de Estados Unidos, agrupación socialista más grande de ese país.

Esta doctora en Economía del Trabajo es una estadounidense que vivió en Colombia entre 2004 y 2008, años en los que trabajó en la Escuela Nacional Sindical. VOZ habló con ella para conocer aspectos de las relaciones obrero-patronales en esa potencia económica.

Baja sindicalización

Para empezar a caracterizar las relaciones laborales de su país, la doctora Silverman dice que son menos del 11% los trabajadores sindicalizados. Es necesario aclarar que la población económicamente activa es de alrededor de 150 millones de personas.

“Para un país avanzado, desarrollado, es una tasa de sindicalización bastante baja, de la cual el 35% son los servidores públicos, los trabajadores oficiales, y apenas 6% los trabajadores del sector privado”.

Al buscar las causas de la baja sindicalización, descarta la violencia física contra los sindicalistas, y anota que hay muchas prácticas antisindicales por parte de las empresas norteamericanas. “El problema es que si las empresas violan las leyes relacionadas con los derechos sindicales lo máximo que reciben es una multa baja. Entonces, las empresas prefieren hacer una persecución sindical, principalmente cuando se está intentando formar un sindicato por primera vez. Prefieren pagar la multa que tener un sindicato, hacer negociación colectiva y pagar mejor a sus trabajadores”.

Expone tres causas de la baja sindicalización: una tradición, una mentalidad o cultura empresarial altamente antisindical; la desactualización o las malas leyes laborales que, por ejemplo, para fundar un sindicato el 50% más un trabajador de esa fábrica tienen que firmar una tarjeta para afiliarse, a diferencia del modelo colombiano, no existen sindicatos de minorías; y, el concepto de que Estados Unidos es el país del sueño americano.

Jana Silverman

“O sea, la idea que, si uno individualmente se esfuerza, si trabaja mucho, si estudia va a poder tener todo, va a tener beneficios y buenos salarios, etcétera. Eso por mucho tiempo, en cierto sentido fue verdad y es una cuestión ideológica muy fuerte. Estados Unidos fue neoliberal antes de que el neoliberalismo existiera”, explica la dirigente sindical norteamericana.

Crece la aceptación

Comenta que hace dos años se intentó hacer una reforma laboral para actualizar la normatividad, no obstante, fracasó porque la mayoría de congresistas demócratas y republicanos la hundieron. “La gran mayoría del Congreso está absolutamente en las manos, en los bolsillos del gran capital”, identifica.

Silverman advierte que esa concepción está cambiando porque los trabajadores, principalmente los jóvenes, ven cómo su situación laboral empeora, que crecen las formas más precarias de trabajo como el trabajo parcial, el trabajo por aplicativos y ven en los sindicatos la solución para salir de esa precariedad.

“Estamos en un momento en que el 77% de los jóvenes trabajadores, o sea trabajadores con menos de 35 años, y el 70% de la población en general tiene una opinión favorable de los sindicatos”, manifiesta la dirigente sindical.

Otro de los problemas que la doctora Jana Silverman identifica, es que los estadounidenses no confían mucho en el Estado, a diferencia de los europeos que en su mayoría cuentan con una legislación laboral con protecciones y beneficios como vacaciones y licencia de maternidad.

“Nosotros somos un Estado mínimo en muchas cosas, incluyendo el tema laboral. En ciertas áreas, cuando el empresario consigue sobreexplotar lo hace, y aquí hay un problema de mentalidad del americano, de la cultura del mundo que es una cultura de Estado mínimo. Eso lleva a que sea más fácil para los empresarios explotar”.

Las luchas de la actualidad

En ese contexto, las peleas de los sindicatos se circunscriben principalmente en lo económico, ya que en la actualidad el país pasa una situación de postpandemia: “Estamos con un mercado de trabajo apretado, o sea con bajo desempleo lo que es favorable, pero hace un año estábamos en una situación de relativa alta inflación. Entonces, los trabajadores estamos consiguiendo mejores salarios, pero con la inflación estaban perdiendo capacidad de compra, y ese es un tema recurrente en todas las negociaciones. Sin embargo, más allá de la cuestión económica siempre es muy fuerte la cuestión de la protección social, porque no tenemos un sistema de salud pública y todo el mundo tiene acceso a la salud a través de seguro de salud privado, y a veces las pólizas son muy caras. Casi siempre las empresas negocian sobre el costo de la seguridad en salud”.

Otro de los aspectos que normalmente se negocian son las políticas que determinan el tiempo de vida laboral y de vida familiar de los obreros, o las licencias remuneradas de maternidad, lo que no existe en ese país por ley. También las licencias remuneradas por enfermedad o las vacaciones que son determinadas por las empresas, unas pueden dar una semana y otras un mes, dependiendo de la fortaleza del sindicato.

Sin Primero de Mayo

“Hay otra generación de reivindicaciones sobre igualdad de género e igualdad racial, contra la discriminación de género y raza en la contratación, promoción en el trabajo, igualdad de género para los trabajadores LGBT, especialmente en los casos de los trabajadores trans que tienen ciertas necesidades como cuando tienen que hacer sus cirugías. Por ejemplo, ahora los trabajadores del sector automotriz están en huelga, son unos 150 mil y ahí la gran reivindicación es que ellos tienen un grupo con más antigüedad, con una escala salarial y los más nuevos están con otra, entonces quieren unificarlas. También para poder convertir los contratos de tiempo parcial en tiempo integral”, explicó la doctora Silverman.

Por último, expuso por qué no celebran el Día Internacional de los Trabajadores el Primero de Mayo, como se hace casi en todo el mundo, sino que el primer lunes de septiembre celebran el Labor Day: “La gente lo usa como para hacer asados y esas cosas, es un día muy despolitizado. El Primero de Mayo fue celebrado en Estados Unidos porque fue producto de la lucha sindical de los trabajadores norteamericanos, pero con la Guerra Fría, con el comunismo y el socialismo que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, lo quitaron y crearon ese nuevo festivo para despolitizar la cuestión sindical y para quitar las raíces comunistas de esa conmemoración”.