Los puntos para abordar la ruta peligrosa de la migración desbordada son intrincados, oscuros, selváticos, altamente peligrosos y movidos al antojo de los narcotraficantes y los agentes de la trata de humanos. VOZ reproduce este artículo del Partido Vanguardia Popular de Costa Rica
Alfonso Pardo Martínez – Trino Barrantes Araya
Situémonos en un punto de la geografía de nuestra hermana República de Colombia. Desde ahí, iniciemos algunos ejercicios simples, que desde hace aproximadamente un año el Partido Vanguardia Popular de Costa Rica viene denunciando, pero que las autoridades, prestan oídos sordos y lo más preocupante aún, son parte de un negocio que nadie conoce de sus sucios nudos gordianos.
Los puntos cartográficos para abordar esa ruta peligrosa del Tapón del Darién son intrincados, oscuros, selváticos, altamente peligrosos y movidos al antojo por los narcotraficantes y los agentes de la trata de humanos. (Mapa 1). Pero es que dichos anclajes no solo son peligrosos desde la perspectiva geográfica, sino también en los múltiples lazos humanos que sostienen esas tenebrosas y obscenas cadenas del sucio negocio de traficar con los migrantes y, obviamente, con el narcotráfico.
Un problema del sistema económico
Por supuesto que, con estas notas introductorias, no es que desconozcamos la violación del Derecho Internacional Humanitario y el compromiso y contenido solidario que debemos como personas, hombres y mujeres, y principalmente como partido de brindar a una situación de esta envergadura.
El problema de los migrantes está en nuestra agenda de trabajo. Solo que esta gran tragedia del siglo XXI, en las actuales circunstancias, competen, en términos de solución, directamente, en la forma coyuntural que se expresan, a los organismos internacionales e institucionales del país. Nosotros solamente hacemos la denuncia que nos corresponde y como nos lo enseñó el gran Ernesto “Che” Guevara, brindamos la ternura a todas las personas que viven esta tragedia humana.
Es sabido, por parte de los gobiernos de Colombia, Panamá y Costa Rica, que detrás de este gran problema humano de la migración, existe una clara lógica capitalista perversa que lucra, pues para ellos -principalmente Álvaro Uribe-, los migrantes son solo una mercancía más en la cadena de la plusvalía y la ganancia.
Un ajedrez inhumano
Volvamos ahora al ejercicio geográfico y humano. Reiteremos: Turbo, Necoclí, Acandí, Capurganá, Puerto Obaldía, Caledonia y los selváticos territorios de Embera y el Darién, son parte de esa ruta, de esas hojas cartográficas que nos dañan el corazón y que duelen en el alma.
La prensa mediática esconde este drama humano. A veces, en ese lenguaje técnico, solamente se atreve a presentar algunos datos estadísticos, como si solo se tratara de números. Pero en verdad en esos territorios tan pequeños y controlados por pequeñas mafias, narcotraficantes, mercaderes de seres humanos y expresidentes, la multiplicidad de nacionalidades es impactante: haitianos, colombianos desplazados, jamaiquinos, cachurecos, escuálidos, jamaiquinos, cubanos, venezolanos, árabes, brasileños y africanos. El ajedrez político y económico encontró exactamente las fichas necesarias en ese gran tablero incierto.
Se tiene conocimiento a través de varios informantes que las condiciones de salud, no son las más favorables de la población referida. Tampoco el trato humano que se les brinda a estos grandes colectivos desplazados. Brotes de sarampión, múltiples casos de covid-19 y otras enfermedades han sido denunciadas por organismos de derechos humanos, pero las oficinas de migración en Colombia, sujeta a la ley del imperio del narcotráfico, no le importa, tal vez en sus sucios intereses, requieran limpiar con estos métodos bacteriológicos y virales a las poblaciones originarias y dejar así un gran corredor para la industria de la coca, la marihuana y no sabemos que otra hierba mágica del negocio manchado de sangre.
Las lanzaderas
Los informantes nos dicen que, al interior de esos puntos geográficos, las infraestructuras paralelas forman una parte decidida de la mecánica del negocio con los migrantes. En Caledonia, los mapas de Google Earth nos muestran una gran pista para aterrizajes incontrolados.
Paralelo al camino al Darién, existe una trocha con condiciones absolutamente infraestructurales que permite el traslado masivo y clandestino de muchos de los migrantes que pueden pagar su pasaje. Claro está, a los más pobres, los más débiles económicamente, le corresponderá la travesía por el peligroso Darién. Ahí las noticias amarillistas han sido soeces en el manejo de la noticia, fotografiando cadáveres de niños, ancianos, mujeres o cuerpos en estado de descomposición, siendo presas de las aves carroñeras. Pero, por supuesto que, la esencia de este problema del siglo XXI, no lo transparentan. (Mapa 2)
En este segundo mapa, los informantes nos dibujan lo que ellos denominan las lanzaderas. Es decir, esos puntos incontrolados por las autoridades, que saben de su existencia, pero, seguramente, también forman parte de sus negocios sucios para acreditarse una ganancia extra a sus bolsillos.
Exigencias
No le corresponde a nuestro Partido Vanguardia Popular ser parte de esta solución; si pudiéramos lo haríamos bajo el principio guevarista, que la solidaridad es la ternura de los pueblos. Pero más bien, nuestro interés inmediato es denunciar, poner en el tapete político nuevas variables, para que los gobiernos dejen de actuar como tontos útiles y tomen las verdaderas medidas y correctivos para solucionar este problema que no es exactamente de migrantes, sino más bien de un gran negocio trasnacional de trata humana.
Finalmente, llamamos la atención al nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Le solicitamos que si en verdad quiere una solución integral al problema de los migrantes que denunciamos; desde ahora establezca un corredor humanitario aéreo, ponga al servicio de esta población vulnerable cinco aviones Hércules, les evite ese tránsito doloroso por el Darién y Centroamérica y traslade de una vez por todas a los casi 32 mil migrantes a su territorio. Tal vez una acción de esa naturaleza, lo ponga en las puertas de un próximo Premio Nobel, ya de por sí tan desprestigiado.