Al recordar a Laura Herrera en su compromiso revolucionario, reconstruimos sus pasos en campos y ciudades, en los escenarios partidarios y en su trabajo con las mujeres
Magnolia Agudelo Velásquez
Maestra de convicciones profundas, así la recordaremos, siempre con la certeza de luchar por una sociedad más justa, igualitaria y en paz, donde las mujeres como sujetas políticas de derechos, tengamos un sitial. Con su palabra sencilla y transformadora llegaba a lo más sentido del ser de sus interlocutoras, para atraerlas hacia el lado de la rebeldía, resignificando así su política en la búsqueda de los cambios trascendentes que urgen en la sociedad colombiana y en el mundo.
Laurita, como le decíamos cariñosamente, nació en la vereda Guatimbol en el municipio de Icononzo, Tolima, el 20 de julio de 1942 en una familia de tradición comunista, en un contexto de fortalecimiento del movimiento campesino y sus luchas por la tierra en Sumapaz y en el oriente del Tolima. Hija de una generación de campesinos y campesinas que enfrentó, como en el resto del país, la represión, la persecución y el asesinato por parte de los gobiernos conservadores de Ospina Pérez, el sanguinario Laureano Gómez, la dictadura de Rojas Pinilla, y los gobiernos del Frente Nacional; un campesinado rebelde que se vio obligado a alzarse en armas y a conformar las guerrillas lideradas por Juan de la Cruz Varela, Salvador Castellanos, Julio Alfonso Poveda, Pedro Acosta y Pedro Pablo Bello.
En medio de la complejidad de ese momento histórico, Laura empezó su militancia comunista desde muy joven, participaba en la conformación de grupos de mujeres comunistas y en las células partidarias sumapaceñas, en compañía de su compañero de vida Teodosio Varela; organizaban comitivas de campesinos y campesinas para construir caminos, puentes y escuelas en las veredas, con el fin de garantizar la educación por la que no respondía el Estado.
Fue así como se fue forjando en la política, desde las necesidades más sentidas en lo comunal y veredal velando por suplir las necesidades de niñas y niños y de la colectividad. Esas acciones emprendidas por las mujeres fueron obteniendo reconocimiento por parte de la comunidad, hasta avanzar en la conformación del primer Comité Federal Femenino en Sumapaz fundado en 1959 por las compañeras Julia Eva Romero, Dominga Morales, Teresa Villalobos, Rosita Cardenal, esposas e hijas de los dirigentes del Partido Comunista de la región; espacio que se convirtió en el semillero de mujeres lideresas donde se forjó Laura.
Lideresas y maestras
El comité Federal Femenino de Sumapaz contó con el apoyo en la formación y educación política impartida por mujeres como Celmira Cruz, Ismenia Silva, Adela Dimas y Teresa Matiz de Prada, destacadas lideresas y cuadros comunistas de nivel nacional, quienes, a mediados de los años 50, del siglo pasado, habían editado el periódico Nuestras Mujeres y conformado la Asociación Democrática de Mujeres, que posteriormente se transforma en la Unión de Mujeres Demócratas (UMD).
Fue en este ambiente que Laura se fue perfilando a nivel de la región de Sumapaz y Oriente del Tolima, más adelante se integra a la UMD, hasta llegar a hacer parte del Comité Central del Partido Comunista, por su destacado reconocimiento en el trabajo con mujeres campesinas y avances organizativos en el trabajo con las mujeres a nivel nacional. Posteriormente en 1990 junto con Hermelinda Castellanos, Tulia Vargas de Poveda y Araminta Mora crean la Asociación de Mujeres por la Paz y la Defensa de los Derechos de la Mujer Colombiana (ASODEMUC).
Esta organización se enfoca en el movimiento de mujeres campesinas contribuyendo a posicionar políticas públicas para las mujeres rurales, aportan en gran parte a la ley de mujer rural, entre otros avances y reconocimientos por sus derechos, confluyendo con su presencia en el movimiento de mujeres y en el movimiento feminista a nivel nacional e internacional. Su legado tenía reconocimiento como parte del trabajo colectivo de las mujeres comunistas.
La UMD y ASODEMUC
En el marco de la guerra fría y la constante intromisión de la política intervencionista de los Estados Unidos en nuestros países, la UMD se afilia a la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM); posteriormente, también lo hace ASODEMUC. En este espacio, Laura con su liderazgo cumple un destacado papel, lo cual le da la posibilidad de participar junto con Gloria Inés Ramírez, Ana Elsa Rojas y Elena Echeverry, presidenta de la UMD, en los congresos mundiales de la FDIM, donde tiene la oportunidad de intercambiar con organizaciones de mujeres de los cinco continentes y lideresas como Dolores Ibárruri “La Pasionaria” destacada internacionalista en la lucha antifascista y dirigenta comunista española; Fany Edelman quien fue presidenta de la FDIM y del Partido Comunista Argentino; Vilma Espín quien participó activamente en la Revolución Cubana quien posteriormente organizó la Federación de Mujeres Cubanas en la cual ejerció la presidencia por muchos años, y Alicia Campos actual coordinadora de la FDIM para la región América y el Caribe quien junto con Laura y las organizaciones integrantes de la FDIM en Colombia organizaron el 16 Congreso de la FDIM en Bogotá en septiembre de 2016. Laura era, ante todo, una internacionalista.
La lucha por la paz
Toda su vida la dedicó a la militancia comunista, al movimiento de mujeres y a la lucha por la paz, los últimos ocho años de su existencia fueron de compromiso total, desde ASODEMUC, en la lucha por la solución política del conflicto social y armado; y en acompañamiento desde el movimiento de mujeres por la paz a los diálogos de La Habana, que dieron como fruto la firma del Acuerdo de Paz, con enfoque de género, por parte del Estado y las FARC EP el 24 de noviembre de 2016.
Entre sus mayores preocupaciones estaba la necesidad de persistir en la defensa e implementación de los Acuerdos, lucha que continuaremos en su memoria. Laura simboliza la satisfacción de una mujer comunista que ha dejado un camino que nos lleva a andar nuevas sendas y nos invita a construir una sociedad sin patriarcado, machismo y sexismo, en el marco de la lucha de clases, y en la búsqueda de una sociedad realmente libre y en paz con justicia social y de géneros.
Nuestro más profundo sentimiento de solidaridad y reconocimiento a su hijo Teo, a las familias Herrera y Varela, a ASODEMUC, su presidenta desde su fundación, a la Unión de Mujeres Demócratas de la que hizo parte, a las organizaciones de mujeres, al movimiento feminista y a la FDIM; a las y los camaradas del partido Comunista, militancia que asumió con orgullo desde muy joven. ¡Hasta siempre camarada Laura Herrera!
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