Liney Paternina: mujer luchadora de la UP

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“Enamorada de la vida, canto con Pablo Milanés, que la vida no vale si me quedo sentada, después de que he visto y soñado que en todas partes me llaman. Pero voy más allá y digo que la vida no vale nada si veo que a la gente la están matando de hambre, de injusticias, de exclusión y de marginalidad y no hago nada”

Renata Cabrales

–¿Quién es Liney Paternina?

–Primero que todo, soy víctima de la violencia. El paramilitarismo en Córdoba, confabulado con las Fuerzas Armadas, me asesinó a mi compañero Alfonso Cujavante Acevedo, en marzo del año 1988, dos días después de haber sido electo concejal de la UP en Montería. Madre de dos hijos, Andrea y Sergio. Trabajadora independiente, desplazada por la violencia, destechada, y consecuente defensora de los sobrevivientes de la Unión Patriótica a quien he buscado y reactivado en Córdoba. Con más de 30 años de militancia constante, he liderado el proceso de reorganización de la Unión Patriótica en un departamento donde este partido estuvo proscrito por la extrema derecha en el poder y por el paramilitarismo, durante más de dos décadas. En donde aceptar esta militancia era un acto suicida.

Enamorada de la vida, canto con Pablo Milanés, que la vida no vale si me quedo sentada, después de que he visto y soñado que en todas partes me llaman. Pero voy más allá y digo que la vida no vale nada si veo que a la gente la están matando de hambre, de injusticias, de exclusión y de marginalidad y no hago nada.

Teniendo en cuenta que Córdoba ha sido y sigue siendo un departamento azotado por la violencia paramilitar, ¿es difícil aún hacer política de izquierda en el departamento?

Contra todos los obstáculos y dificultades, he asumido el  liderazgo de visibilizar en las pasadas elecciones a la Unión Patriótica en Córdoba, fui de pueblo en pueblo y alcancé una votación cercana a los tres mil votos, sin comprar uno solo, sin ofrecer una sola dádiva, sin apelar a las corruptas mañas de la política tradicional. Puse a sonar a la Unión Patriótica con tres candidatos a alcaldías municipales y más de diez candidatos a concejos.

Hacer política en Córdoba desde la izquierda democrática es muy difícil. Sobre todo, si se es militante y dirigente de la Unión Patriótica porque se pertenece a un partido estigmatizado, amenazado y casi exterminado, que fue considerado por más de dos décadas como el brazo armado de las FARC.  Además, aquí las elecciones se volvieron un carnaval de dádivas y corrupción del elector. Muchos ciudadanos venden el voto al mejor postor, motivados por la pobreza. Hoy ya es público que ciertas campañas están ofreciendo cien mil pesos por el voto. Es una confrontación desigual estimulada por la corrupción y el clientelismo.

–¿Cuáles son las propuestas de gobierno más importantes?

–Convoco a seguir trabajando por la construcción de una paz con justicia social, a consolidar la democracia, a impulsar una nueva economía, a provocar los cambios sociales y políticos que nos permitan perfeccionar una institucionalidad al servicio de la ciudadanía.

Deseo llegar a la Cámara de Representantes para cumplir a cabalidad las funciones establecidas en la Constitución y la Ley, para adelantar los debates de control político que sean necesarios atendiendo la problemática que padece el pueblo colombiano en temas como la salud pública, la educación, la producción agropecuaria, la infraestructura vial, el trabajo, la vivienda y el disfrute de los derechos que nos permitan tener una vida digna. Propiciaremos y haremos las audiencias públicas que sean pertinentes con la participación directa de los ciudadanos, debatiendo y explorando reales soluciones.

Desde la Cámara adelantaremos las acciones que sean pertinentes para propiciar el cumplimiento de los Acuerdos del Teatro Colón. La culminación exitosa de las conversaciones con el ELN y demás organizaciones alzadas en armas. El sometimiento de las bandas narco paramilitares y un tratamiento adecuado al problema del narcotráfico.

Desde la Cámara, trabajaré por el desarrollo de políticas económicas, sociales, culturales, ambientales y democráticas que impulsen la construcción de una paz integral con justicia social, priorizando reformas urgentes a la salud, educación, la producción agropecuaria, reforma urbana, vivienda social digna, revisión a los Tratados de Libre Comercio, reforma laboral y pensional progresista, entre otros aspectos.

Seremos dolientes activos de la problemática que enfrentan amplios sectores ciudadanos de Córdoba en temas neurálgicos como: la mala infraestructura vial, la precaria situación de la infraestructura educativa, la optimización del Plan de Alimentación Escolar, PAE; la grave problemática derivada de las inundaciones que requiere de un billón de pesos para blindar las cuencas de los ríos Sinú y San Jorge y evitar los cíclicos desbordamientos. La protección de nuestro humedales y ecosistemas, la construcción de un sistema de riego estratégico en los sitios identificados, el fortalecimiento de la Universidad Pública, la superación del déficit hospitalario y el mejoramiento de la cobertura de los servicios básicos. Asumimos el compromiso de defender a los productores agropecuarios del departamento, hoy sometidos al impacto negativo de los tratados de libre comercio, el alto precio de insumos, la falta de comercialización y la competencia desleal con importaciones indiscriminadas. Abogaremos por la industrialización de Córdoba con un criterio social humano sostenible e integral.

Así mismo, asumo el compromiso de luchar desde el Congreso por la erradicación del 36% de analfabetismo en el departamento.

Busco, además, implementar una política de seguridad alimentaria en todas las subregiones de Córdoba y propiciar y jalonar un plan de asistencia técnica agropecuaria a los pequeños y medianos productores del departamento.

–¿Incluyes el enfoque de género en tu programa?

–Claro que sí, busco defender los derechos de los sectores poblacionales vulnerables como las mujeres, los niños, los ancianos y las etnias.

En cuanto a las mujeres, vale la pena resaltar que al haber aumentado los índices de violencia machista y feminicidios en la región, es urgente implementar políticas públicas que busquen dar cumplimiento, con mayor celeridad, a las necesidades de las mujeres que denuncian maltrato y persecución por las parejas y exparejas y la justicia no las atiende a su debido tiempo.