Lo que dijeron los comunistas ante la petición de perdón de sectores progresistas de la iglesia

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El pasado 3 de septiembre en la iglesia del Voto Nacional, en el centro de Bogotá, algunos sectores de la iglesia pidieron perdón por las acciones de la iglesia en la producción de violencias en Colombia. A los primeros que pidieron perdón fue a los comunistas de Colombia por la persecución que fueron víctimas desde sectores radicales y conservadores de la iglesia católica. Aquí lo que respondieron los comunistas en un texto leído a dos voces por Gloría Inés Ramírez y Jaime Caycedo Turriago:

UNA ORACIÓN A QUIENES PIDEN QUE LES PERDONEMOS

Este acto reviste una particular importancia. Por primera vez en la historia de Colombia sectores muy representativos de la Iglesia Católica asumen el compromiso de conciencia de pedir perdón por la persecución, la estigmatización, la desaparición forzada, la muerte,  los prolongados cautiverios y el exilio, en lo que pudo haber de responsabilidad por acción, omisión, complicidad, estigmatización, señalamiento o justificación.

Tiene lugar en un espacio  donde fueron fusilados patriotas anticolonialistas de la guerra de independencia. Frente a un templo construido al término de otra guerra que desangró al país y lo dividió con la ayuda de una potencia criminal e imperial. Estamos hoy aquí al finalizar la larga guerra de nuestro tiempo, tratando de superar sus causas profundas qué tienen que ver con la desigualdad, la injusticia, el odio inducido desde los poderosos y la violencia orquestada desde el poder  para defender y reproducir privilegios egoístas que subrayan la indolencia de los dueños del gran dinero ante el sufrimiento, la miseria y la tragedia de los de abajo.

Quienes obran hoy de penitentes ante nosotros, que somos ciudadanos del común, sobrevivientes del Partido Comunista colombiano, de la Unión Patriótica,  de Marcha Patriótica, del sindicalismo, del movimiento agrario, de la luchas estudiantiles y juveniles, de la intelectualidad y los artistas, que han sido, son y seguirán siendo  constructores de esta nación; han tomado la decisión valerosa de responder ante su conciencia y renunciar a no ser nunca más instrumento de quienes han hegemonizado el poder y violado su propia legalidad para impedir que las mayorías reclamantes de justicia social puedan verla realizada sobre la tierra.

Los comunistas valoramos con respeto esa decisión. Estamos por el perdón pero sin olvidar. Colombia necesita recuperar la verdad histórica que nos es común y que no puede seguir siendo invisibilizada  y negada a las generaciones de hoy y de mañana. Necesita de la Memoria  de una verdadera justicia que ayude a restaurar las heridas y los daños, que favorezca la reparación de todas las víctimas, especialmente de aquellas humildes y sometidas al desarraigo, a la prisión o al exilio.

Hemos sido y somos partidarios del diálogo de creyentes y no creyentes, de comunistas, cristianos y el amplio abanico de las creencias  humanas. El gesto que hoy realizan nos recuerda la batalla común de la Federación Universitaria Nacional al lado del padre Camilo Torres Restrepo. Camilo no sólo llamo a los comunistas a través de su Mensaje, sino que hizo posible un camino de convergencias en la palabra y la acción del Frente Unido, que convocaba a la unión de todos los desposeídos para construir una nueva Colombia.

Hoy este mensaje de unidad es más válido que nunca. La reparación de las víctimas, especialmente de aquellos millones de seres que representan la persecución del Estado, de los terratenientes y de los grandes intereses vinculados al capital, reclama una nueva justicia y una decisión para hacer posible el nunca más. El principio de la no repetición es la clave para la consolidación de la paz que hoy estamos empezando a construir. Saludamos que el Congreso de la República consagre la prohibición constitucional del paramilitarismo y ojalá su tipificación como delito. Llamamos, ahora que las FARC han hecho dejación de sus armas  han devenido en un movimiento político legal para actuar desarmados y en ambiente de reconciliación en el accionar social y de masas, se hace imperativo el Pacto Político Nacional para sacar a las armas de la política. Todo el andamiaje paramilitar vinculado a la parapolítica de la derecha debe ser desarmado. Deben ser depuradas todas las instituciones del Estado que han prestado y siguen prestando impunidad. Toda la legislación permisiva debe ser derogada.

Con la modestia digna del comportamiento de los comunistas no solamente concedemos el perdón que se nos solicita sin que invitamos a seguir actuando unidos, hombro a hombro en este nuevo momento de la patria. Aquí donde vertieron su sangre tantos mártires, en este suelo colombiano que sigue viendo caer a tantos inocentes por cuenta de la codicia del poder,  hacemos un llamado para la confraternización entre los justos, entre los oprimidos, entre todos los que reclaman justicia, entre todos los que nos hemos rebelado contra la inhumanidad y el capitalismo, para proclamar una vez más la fraternidad y la solidaridad necesarias para una Colombia libre de odios, estigmatizaciones, exclusiones y  persecución política.