
Los expertos recuerdan que las perturbaciones del cambio climático han modificado la naturaleza para siempre. Los niveles de extinción de fauna y flora son mil veces más altos que antes de la era actual
Alberto Acevedo
El mundo ha conocido últimamente impactantes noticias de desastres naturales a causa del cambio climático en varios países. Aún esta semana, Canadá ha sido escenario de devastadores incendios que arrasan hectáreas enteras de bosques. En la parte norte de Estados Unidos se repite el fenómeno y peor aún es la situación en Chipre, donde las conflagraciones han destruido caseríos cercanos a los bosques y ya causan un importante número de muertes entre los vecinos.
En contrate, la tormenta Elsa se convirtió en el primer huracán de 2021 en el mar Caribe, al norte de Venezuela, con vientos sostenidos de hasta 120 kilómetros por hora. En Cartagena produjo inundaciones y daños materiales en varios barrios de la ciudad, y en La Habana los vientos y las fuertes precipitaciones también causaron daños de consideración.
Las condiciones meteorológicas extremas, como las descritas, serán hacia el futuro una de las numerosas consecuencias del deterioro acumulado del daño que el hombre ha causado sobre la naturaleza, según un informe, todavía en borrador, del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, IPCC, de las Naciones Unidas, y cuyo texto definitivo se conocerá en los primeros meses del año próximo.
Todo el planeta
Y a pesar de lo preocupante de la situación climática, “lo peor está por llegar”, advierte el informe. Entre los efectos a corto plazo está la escasez de agua potable, de alimentos, el aumento de enfermedades, mayores desastres naturales y la migración creciente de comunidades que escapan en busca de mejores condiciones de subsistencia.
La vida en el planeta se transformará drásticamente en las próximas décadas. Será un cambio irreversible, incluso si los humanos consiguen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y las afectaciones serán no solo en la salud de los seres humanos sino en el planeta en general.
Aún si lográramos limitar el calentamiento global por debajo de 1.5 grados centígrados, como lo propuso hace unos años la comunidad científica internacional, los cambios que en su momento se anunciaron como irreversibles, ya están en curso.
Pero la reducción del calentamiento global por debajo de ese indicador, tampoco se va a dar, y el apocalipsis parece inminente. Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron un 11 por ciento entre 2010 y 2018, lo cual representa un alarmante incremento de esas sustancias contaminantes, ha puntualizado un estudio publicado el primero de julio pasado en Environmental Research Letters.
Se reducirá la biodiversidad
Los expertos recuerdan que las últimas perturbaciones del cambio climático han modificado el medio ambiente para siempre. Ya han aniquilado muchas especies animales y vegetales. Las tasas de extinción de fauna y flora son mil veces más altas que antes del antropoceno, un periodo geológico que algunos definen como la tercera y última etapa de la era cuaternaria, pero otros asocian con el inicio de la revolución industrial, que comenzó a impactar la naturaleza por efectos de la actividad humana.
Para el año 2075, pronostica el informe de IPCC, el cambio climático podría reducir la biodiversidad en un 75 por ciento. En el fondo del mar, por ejemplo, las olas de calor se harán más frecuentes y producirán la desaparición del 70 u 80 por ciento de los arrecifes de coral, vitales para el ecosistema del fondo de los océanos.
Las altas emisiones de gases de efecto invernadero podrían conducir a la desaparición de la mitad de toda la selva amazónica, y en consecuencia a tasas de emisiones aún más altas, en un círculo vicioso infernal. Muchos ecosistemas existentes en el mundo no tienen ninguna posibilidad de adaptarse a los cambios en el clima, lo que es lo mismo, a las altas temperaturas.
Enfermedades devastadoras
El informe recoge la opinión de científicos que creen que “la vida en la tierra puede recuperarse del cambio climático drástico”, evolucionando hacia nuevas especies y ecosistemas. Este es un asunto que se discute con ardor. Implica que inevitablemente, muchas especies desaparecerán, otras se adaptarán.
No sucede así con la especie humana que tienen menores posibilidades de adaptación. El impacto de los cambios en el clima va a provocar escasez de agua potable, enfermedades devastadoras, migraciones a causa de desastres naturales y enfermedades. Unos 1.700 millones de personas quedarán expuestas a temperaturas extremas, y algunas de ellas sufrirán un calor mortal, principalmente en regiones de África y Asia.
Alrededor de 2.7 millones de personas serán desplazadas cada año por inundaciones y 400 millones de habitantes de centros urbanos se verán afectados por la escasez de agua. Además, unos 80 millones de personas se verán expuestas al hambre y la miseria.