En entrevista con el galeno Sergio Isaza, de la Federación Médica Colombiana, se explica el funcionamiento y el futuro del sistema de salud colombiano
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
-¿Qué es lo que ha pasado con Saludcoop, Cafesalud y ahora Medimás, que siempre le prometen a los millones de afiliados mejor atención, pero todo empeora?
–Lo que ha pasado ahora, antes y después con esas EPS es lo mismo que ha pasado y seguirá pasando con todas las demás, porque las EPS en realidad son una máscara que esconde el verdadero objetivo del Sistema General de Salud y Seguridad Social de Colombia.
Al analizar integralmente su funcionamiento, se devela que las EPS son el instrumento institucional legal que garantiza la extracción de dinero al sistema de salud, para derivarlo al sistema bancario con el fin de acumular y ampliar grandes sumas provenientes de los aportes de los contribuyentes que creen que pagan para que les atiendan su salud.
¡Imagínese, son más de 40 billones de pesos cada año! Y todo está montado sobre la base de atender la enfermedad para vender servicios, pero ventas muy lucrativas. No es un verdadero sistema de salud, pues allí el elemento más poderoso no es la prevención de la enfermedad sino su tratamiento, cuando la gente tiene la suerte de llegar a ser atendida.
–Y, ¿cómo funciona todo eso?
–Pues mediante un sistema de aseguramiento, vendedor de pólizas de seguros para asumir el riesgo de enfermedades. En el caso de Colombia, las EPS privadas, organizadas en un cartel, volvieron totalmente privado al sistema cuando lograron excluir a las Cajas de Previsión Social, -nacional, departamentales y municipales-, y al Instituto de Seguros Sociales que, al no tener ánimo de lucro, eran las instituciones estatales que regulaban los precios en el negocio de la venta de seguros para atención de la enfermedad.
Con la privatización total de la intermediación en la venta del seguro de salud, allanaron la posibilidad de hacer muy lucrativa la gestión del aseguramiento. Y la póliza de ese sistema privado y no regulado, es el Plan Obligatorio de Salud, POS. A lo largo de más de dos décadas todo eso ha ocurrido por acciones cómplices de funcionarios del Gobierno, desde ministros para abajo. De manera que la compra-venta de la EPS de turno refleja la puja de grupos económicos que buscan mamar de esa teta.
Posible solución
–¿Qué hacer ante esta situación?
–Pienso que la salida es hacer valer la Ley Estatutaria y presentarles a los candidatos presidenciales y al Congreso una propuesta de ley reglamentaria que contenga los principios de la salud como derecho fundamental, que desarrolle y ejecute la estrategia de atención primaria en salud, cuyo objetivo sean los territorios saludables, una estructura única de financiación y pago fuertemente controlada por representantes de la sociedad, sin EPS ni ningún tipo de intermediador financiero, un sistema de salud que ofrezca información en tiempo real de sus ejecuciones, situación y avances, que tenga un código de sanciones ejemplares para sus transgresores, que no tenga ningún tipo de pólizas como el POS, pues no será de aseguramiento privado con ánimo de lucro, sino de verdadera seguridad social en salud que garantizará la atención de las personas de acuerdo con sus necesidades y un sistema que honre la dignidad del trabajo de todos sus integrantes mediante la estabilidad laboral y el respeto de sus derechos como trabajadores.
–Luego de la declaración de la salud como derecho fundamental, en la ley estatutaria de salud, ¿ha habido mejoras en el sistema?
–Por lo contrario, a través de su actual ministro de Salud, el Gobierno se ha empeñado en violar la Ley Estatutaria en nombre de ella misma, invocándola en cada decreto y norma que expide para burlarla. Por ejemplo, en nombre de la ley estatutaria expide el decreto de reafiliación amenazando con que quien no lo haga queda excluido del sistema.
Otra norma es la de las exclusiones en la atención y entrega de medicamentos, que limitará aún más el acceso al derecho a la salud, pues el Ministro interpretó de manera tramposa los criterios de exclusión como un listado de exclusiones, con lo cual crea un POS más severo a pesar de que este desapareció legalmente; o el Mipres* que lo presentó como la norma que cumplía con el sistema de información y permitiría controlar el gasto por medicamentos, aunque lo ha hecho en algunos de ellos, sobre todo en los de alto costo, en realidad se ha convertido en una barrera al acceso a medicinas sencillas.
–¿Cómo están las relaciones laborales en las clínicas, hospitales, centros de salud?
–La realidad es que en centros de salud, hospitales y clínicas, públicos y privados, no existe el contrato laboral, y por lo tanto, no hay estabilidad laboral ni aportes a seguridad social y salud, por parte de los empleadores.
Existen los contratos de prestación de servicios, trabajo a destajo, pagos por eventos; todo esto funciona bajo el método de intermediación o tercerización laboral que el Gobierno dice estar sancionando, pero esto pareciera ser más una táctica publicitaria para frenar las expresiones de los trabajadores de la salud que han devenido recientemente en un incremento de la creación de sindicatos médicos y de otras profesiones y oficios de la salud.
En esto están involucradas verdaderas mafias llamadas “los carteles de las enfermedades” como la de la hemofilia en la Costa Atlántica. Son esas organizaciones criminales las que controlan en buena medida la disponibilidad condicionada de puestos en parte del sistema hospitalario público para garantizar dominio político y robo al sistema.
El futuro…
–¿Hacia dónde va el sistema de salud con la problemática que usted describe?
–Hacia el cumplimiento de su verdadero objetivo estratégico que es continuar acumulando y ampliando capital en manos del sistema financiero para que pase en seguida a invertir en la construcción de clínicas y hospitales privados, y controlar totalmente el modelo desde allí. Pues en esas instituciones se cerrará el ciclo del gran negocio que integra la venta de seguros privados que complementen lo que no dará el plan de exclusiones y se crearán los llamados centros de excelencia a los cuales se asociarán las universidades. Todo privado.
El modelo ya echó a andar. Es el futuro hospital de Sarmiento Angulo para el tratamiento del cáncer. Nos lo presentan como una donación. ¿Donación? A quién. Habrá sido a una de sus fundaciones. Negocio es negocio y con los costos de insumos para el cáncer, no lo hay mejor. ¿Por qué no hizo la donación al Instituto Nacional de Cancerología para mejorarlo? Y lo peor, sospecho sin temor a equivocarme, es que muy buena parte de esos dineros provienen de rentabilidad recursos públicos que han sido depositados en sus bancos. Es decir, las EPS serán mantenidas hasta cuando no sean necesarias. Ellas son y han sido un instrumento que ahora es simplemente distractor mientras se hacen grandes negocios financieros para determinar quién será el depositario del gran paquete. ¿Y la salud? La salud para qué. Lo que sirve como negocio es la enfermedad.
* Mipres: Mi prescripción. Herramienta tecnológica diseñada para prescribir servicios y tecnologías no incluidos en el Plan de Beneficios a los afiliados del régimen Contributivo, implementada por el Ministerio de Salud y Protección Social, desde el 1 de diciembre de 2016.