Los fisiócratas y el proceso de paz

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Exguerrilleros de las FARC-EP en la décima conferencia.

Nelson Fajardo

El Acuerdo de Paz de La Habana, firmado entre el Gobierno nacional y las FARC-EP en 2016, tiene una serie de novedades, que ameritan referirse a cada una de ellas de forma especial. En esa dirección nos corresponde una corriente del pensamiento económico que, sin ser de procedencia burguesa, nos hace aportes muy importantes para dinamizar la práctica económica, a partir del campesinado. Los fisiócratas conformaron un grupo, principalmente de médicos, procedentes de Francia, que vivieron durante los siglos XIV y XV, caracterizados por ser defensores sin límite del trabajo productivo.

Esas apreciaciones iniciales, fueron defendidas por los fisiócratas, en cabeza de su más alto representante, François Quesnay, quien nació en 1694 en Meré Ile de France y falleció en París en 1774. Anterior a Adam Smith y otros clásicos de la economía política burguesa, Quesnay, especializado en medicina, decide comparar el sistema sanguíneo del cuerpo humano con el comportamiento del Sistema Económico de su época para poder comprender el Sistema Fisiográfico. En esa dirección, era necesario determinar la existencia de clases sociales que, al igual del circuito sanguíneo del cuerpo humano, tenían un ritmo de movimiento similar a ese circuito sanguíneo. Así se entablan relaciones de intercambio entre todos los vendedores y compradores, sobre la producción campesina.

Esta ecuación entre esos personajes de la transacción económica es producto de un régimen feudal ascendente y en pleno desarrollo. La transacción va a ser supremamente dinámica y dará rumbo positivo a la economía campesina. Hacemos este recuento, por el valor que ello tiene para el valioso campesino colombiano.

Al respecto, nuestro campesinado tiene en la Tableau Economique de Quesnay el siguiente esquema para su compresión y puesta en práctica:

A pesar de las impresiones propias en los fisiócratas, hay cuestiones precisas y muy buenas, ahora que atravesamos por una transición a la que tenemos que entregarle todos nuestros esfuerzos para llevarlas adelante. Mencionamos algunas medidas que contiene la Reforma Rural Integral:

“Con el propósito de lograr la democratización del acceso a la tierra, en beneficio de los campesinos y de manera especial las campesinas sin tierra o con tierra insuficiente y de las comunidades rurales más afectadas por la miseria, el abandono y el conflicto, regularizando los derechos de  propiedad y en que el desarrollo rural integral se adelantará en un contexto de globalización y de política de inserción en ella por parte del Estado que demandan su atención especial de la producción agropecuaria nacional y especialmente la producción campesina, familiar y comunitaria1”.

Las palabras claves en los documentos de los Acuerdos de Paz de La Habana, citados de una breve extracción hecha recientemente son la democratización, el acceso a la tenencia de la tierra, beneficios al campesinado, globalización, políticas de inserción por parte del Estado que tengan en cuenta los noveles campesinos, familiar y comunitario.

El inicio de los procesos de implementación va de para atrás, la derecha mueve todos sus dispositivos contra los ejemplos de paz y está propensa a sabotear hasta destruir el proceso de paz en desarrollo.

Si tenemos la intención de convertir los planteamientos expuestos, es vital desarrollar toda una estrategia que nos conduzca hacia los alcances propuestos en la táctica.

1 Acuerdos de La Habana entre el Gobierno nacional y las FARC-EP, Colombia, Bogotá, páginas 11 y 12.