Qué son, cómo se conforman y para qué servirán las Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz
Una nueva batalla política por la concreción de los acuerdos de paz, se abre en el Congreso de la República, con el primer debate al proyecto de acto legislativo que creará las Circunscripciones Transitorias Especiales para la Paz. Un mecanismo de reparación a las víctimas en los territorios más golpeados por la guerra, que podrán tener, por primera vez en su historia, representación política en el parlamento y decidir sobre el futuro de esas comunidades.
El objetivo fundamental de las Circunscripciones Especiales de Paz es garantizar la integración de las zonas afectadas por el conflicto, el abandono y la débil presencia institucional, y una mayor inclusión y representación política de estas poblaciones.
Es también una medida de ampliación de la democracia. Serán 16 curules nuevas que tendrán asiento en la Cámara de Representantes de manera temporal por los siguientes dos períodos electorales. Se verán beneficiados casi 167 municipios de 19 departamentos; se calcula que pueden llegar a cubrir a un número de 6.5 millones de personas, que hoy no tienen representación política en el Congreso.
La Cámara
La Cámara de Representantes en la actualidad tiene 166 curules, que se eligen de acuerdo al crecimiento poblacional del país. La regla general es que cada departamento tenga dos representantes y las demás curules se disputan por el mecanismo de asignación tradicional. Asimismo hay circunscripciones especiales destinadas a las comunidades afro-descendientes, indígenas, y colombianos en el exterior.
Actualmente la representatividad política se funda en el número de habitantes y no en cobertura territorial. Por eso departamentos como Chocó, Arauca o Putumayo solamente tienen dos representantes en la Cámara, mientras Atlántico o Valle del Cauca tienen las bancadas más numerosas del país.
Por eso la entrada en vigencia de las Circunscripciones Especiales de Paz, es un ejercicio efectivo de apertura democrática. “Las nuevas curules no son un desfase de los componentes integrales del Congreso de la República, tampoco alteran la representatividad de los partidos tradicionales allí. Los nuevos 16 parlamentarios no acaban con la democracia ni limitan la acción política de los partidos tradicionales”, puntualizó, Pablo Cruz, representante de Voces de Paz en la Comisión Primera de Senado.
Naturaleza
Las Circunscripciones Especiales de Paz tendrán requisitos particulares. Solamente podrán presentar candidatos a dichas circunscripción los grupos significativos de ciudadanos y las organizaciones sociales que habiten regularmente estos territorios y las víctimas del conflicto en plan de retorno. Las organizaciones sociales no podrán presentar candidatos a más de una Circunscripción Especial. Y lo más importante, es que los partidos políticos con personería jurídica no podrán presentar candidatos, así como tampoco el partido político de las FARC-EP.
La oposición
Y cuando se trata de ampliar la democracia surgen voces en contra. “La posición de los partidos tradicionales es de irrespeto con el acuerdo y con las víctimas. Son mayoría en el parlamento y quieren ocupar también las curules de la Jurisdicción Especial. La senadora liberal, Vivian Morales en su intervención en la Comisión Primera dijo que esa Jurisdicción va en contra de la Constitución y en contra de los partidos políticos tradicionales que según ella son la democracia colombiana. Lo que quiere decir Morales es que si no es avalado por los partidos tradicionales los colombianos no tienen derecho a elegir ni ser elegidos”, sentenció Judith Maldonado de Voces de Paz.
Lo mismo ocurre con la oposición del partido Centro Democrático, quienes señalaron lo inconveniente de la reforma constitucional, con el argumento de que en los territorios beneficiados por la Circunscripción Especial tiene influencia la insurgencia. A lo que Pablo Cruz, respondió como “falaz, ligero y mentiroso ese argumento, pues en San Vicente del Caguán, ganó la alcaldía de ese municipio el Centro Democrático y se ha dicho toda la vida que allí la influencia histórica es de la guerrilla”, puntualizó.
Desafíos
“La organización electoral ejercerá una especial vigilancia sobre el censo electoral, la inscripción de candidatos y candidatas y la financiación de las campañas, garantizando que se cumplan las reglas establecidas. Se promoverán mecanismos adicionales de control y veeduría por parte de organizaciones especializadas como la Misión de Observación Electoral (MOE) y de partidos y movimientos políticos”.
A pesar de la claridad de los acuerdos, aún persisten inquietudes que hasta ahora no se superan con el acto legislativo. Por ejemplo, la financiación de las Jurisdicciones Especiales deberá estar regulada a partir de la reforma política presentada al Congreso; así como el umbral de las Circunscripciones, el acceso a los medios de comunicación, los anticipos para la campaña y la reposición de votos.
Paramilitarismo
En ese mismo sentido se perciben peligros para el sano ejercicio democrático de las Circunscripciones. Uno de ellos es la presencia del paramilitarismo en los municipios de 19 departamentos que albergan las circunscripciones. Según el Ministerio del Interior una de las circunscripciones agrupa los municipios de Guapi, López de Micay y Timbiquí y la zona rural de Buenaventura donde se conocen índices altos de violencia paramilitar.
Registraduría
Otro de los desafíos es el papel de la Registraduría Nacional del Estado Civil, en las regiones de conflicto. La naturaleza de las Circunscripciones es que tengan representatividad política las comunidades que han sido abandonadas por gobiernos locales y el nacional. Y una de las consecuencias es que sus habitantes, en un número considerable, no se encuentran en los registros oficiales del censo nacional y menos el electoral. Es imperioso, señalan los voceros de Voces de Paz, que a esas comunidades además de llegar la oferta de servicios del Estado, llegue la Registraduría con campañas de cedulación como lo están realizando en las zonas de normalización.
Falta por ajustar la reglamentación que les permitirá a las comunidades en los territorios olvidados por el Estado participar activamente en la construcción de un país en transición de la guerra a la paz. “Serán los plebeyos los que formen parte de la construcción de país en el Congreso de Colombia, eso es verdaderamente democrático”, sentenció el profesor Jairo Estrada, de Voces de Paz.