Los Simpson y el Metro

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Render del proyecto del Metro de Bogotá.

Simón Palacio
@Simonhablando

Al el inicio del capítulo “El regreso de Bob Patiño” de la serie animada de comedia norteamericana, Los Simpson, Homero personaje principal escucha el programa radial de un líder republicano. “Buenos días amantes de la libertad, acá Tino Burgos, el cuarto poder, el amante de la institución” es el saludo del líder, quien continúa diciendo: “Hay tres cosas que nunca podremos quitar en Springfield: una, los murciélagos de la biblioteca; dos, el cerro de basura de la señora Núñez; y tres, al eterno alcalde Diamante”.

Este fragmento del capítulo, que sin duda es uno de los más sarcásticos y graciosos del dibujo animado sobre política, me lleva a parafrasear la frase del periodista reaccionario, está vez desde otra posición. Hay tres cosas que nunca podremos cambiar en Bogotá: una, el eterno trancón de la tercera con 68; dos, la contaminación del río de la ciudad; y tres, el sistema de buses en movilidad por el sistema del metro eléctrico.

Es cierto que han existido cambios, la puesta en marcha del modelo Transmilenio que ya completa 18 años o la accidentada implementación de los buses azules del SITP, han modificado en algo la cultura política con respecto a la movilidad; sin embargo, estas políticas han sido insuficientes a las demandas ciudadanas en una metrópoli cada día más grande y compleja. Mientras no exista Metro en Bogotá, la movilidad de la ciudad estará condenada al fracaso.

En una ciudad con déficit de vías, el Transmilenio utiliza con violencia esa malla vial. En una ciudad con altos índices de contaminación, el sistema de los buses rojos aporta niveles impensados de smoke diésel en sus distintas troncales. En una ciudad segregada y con problemas de desigualdad, el sistema público cobra una alta tarifa por un pésimo servicio. Existen mil formas para justificar porque el negocio de Peñalosa, la Volvo y la aristocracia bogotana, no es la alternativa de movilidad para Bogotá.

Se viene con toda la campaña electoral por la Alcaldía. Es seguro que el tema del Metro volverá a ser parte del debate. La derecha que hoy gobierna, seguramente dirá que ya está en marcha el proyecto, cuando gracias a los concejales Hollman Morris y Manuel Sarmiento sabemos que el Metro de Peñalosa carece de estudios técnicos, financieros y legales; que la apertura de su licitación fue abiertamente ilegal; que la maniobra que hoy ocupa titulares de prensa, es un acto politiquero para justificar la línea que alimentara tres troncales más de buses rojos en la ciudad.

Momento de recordar un twittero que decía con razón: Nada de esto estaría pasando si la Volvo hiciera metros… Continuara.